La historia detrás de Emilio Alonso Manglano, el militar que controló los servicios secretos desde la Transición a la llegada de Aznar

La historia de Emilio Alonso Manglano es la cara B de la historia de España, la que no aparece en los libros de texto. La realidad detrás de los acontecimientos que han marcado las últimas décadas estaba perfectamente registrada por Emilio Alonso Manglano, seguramente era uno de los hombres mejor informados de España. Sus agendas, versión alternativa a los archivos oficiales, son 'desclasificadas' por Javier Chicote y Juan Fernández-Miranda en El jefe de los espías.

Un repaso por la historia personal del hombre que dirigió los Servicios Secretos españoles el CESID (Centro Superior de Investigación para la Defensa) desde los días inmediatamente posteriores a la intentona golpista del 23-F a la caída del 'felipismo' y su propio paso al ostracismo tas el asunto de 'las escuchas del CESID'. Charlamos con Javier Chicote sobre Manglano y los eventos más llamativos en los que intervino, por los que desfilan Juan Carlos I, Felipe González, Bárbara Rey, Adolfo Suárez o Mario Conde. 

- ¿Cuál ha sido el papel de Emilio Alonso Manglano en la inteligencia española?

- La gente joven ni lo conoce y la no tan joven se queda con la imagen del Manglano que dimite por el caso de las escuchas del CESID en 1995. Manglano es el creador de la inteligencia moderna. Llega después del 23-F, que hay que recordar que es un Golpe de Estado del que no se enteran los servicios secretos y los que lo sabían estaban a favor. El poner al día a unos servicios que vienen del franquismo. Mete civiles, mujeres... Algo imposible antes de eso. En definitiva, los moderniza. Los equipara a los servicios de cualquier país importante como Francia o Reino Unido. De hecho, se convirtió en el decano al frente de un servicio de inteligencia en Europa. 

- ¿Cree que escribió estas agendas con intención de que algún día se leyesen?

- Manglano escribió todo eso con disciplina militar. De hecho, hay anotaciones suyas de mucho antes de su llegada al CESID. Lo cierto es que no hizo esas anotaciones y le dijo a sus hijos, entregadlo a dos periodistas cuando yo muera. No, eso no ha sido así. También es cierto que quien escribe algo está pensando en que alguien lo leerá, pero estoy seguro de que si estuviera vivo muchas cosas las habría omitido. La prueba de esto es que cuando deja el CESID llama a dos agentes y van a su casa a revisar papeles para que se lleven lo que pueda ser importante para el servicio. Por lo que sea estas agendas no les parecieron importantes. La verdad es que esto ha sido una desclasificación no oficial.  

- Muchas de las cosas que durante años se han rumoreado ahora se confirman a través de Manglano. En el caso de Juan Carlos I, de la forma en cómo hizo su fortuna y su relación con los presidentes, por ejemplo.

- Claro. Lo más importante es que son las cosas que el Rey le contaba a Manglano y él las anotaba. Su presidente fue Felipe González, eso no hay duda. Con Suárez empieza bien, pero a medida que ganaba elecciones le hacía menos caso, retrasaba la audiencia... Él llega a decir ofendido que "se comporta como un Jefe de Estado" y le sientan muy mal ciertas indiscreciones de Suárez. Le ofrece un Ducado y un millón de dólares para que abandone la política. El sistema político iba hacia el bipartidismo. Como en Alemania y en Estados Unidos, que estaban interesados en que eso pasara en España. La UCD sobraba en ese esquema y lo cierto es que, además, Suárez desentonaba.

Javier Chicote. 

- ¿Por qué se llevaba tan mal con Aznar?

- Lo suyo con Felipe fue un idilio. Tiene un gesto de cariño cuando pierde las elecciones en el 96 y lo invita a Zarzuela. Su presidente fue Felipe González. Con Aznar al principio hay cierto idilio pero se detona pronto. Todo el asunto de Bárbara Rey le tocó gestionarlo a Aznar y él se echa las manos a la cabeza y al rey le ofende. Además, consideraba a Ana Botella y al propio Aznar gente sin clase. 

- Hablando de Bárbara Rey. ¿Cuál fue el papel de los servicios secretos?

- Se tomaron más que licencias. Hay que entender que el jefe de Manglano era el Ministro de Defensa, pero a pesar de eso el CESID más que para el Gobierno trabajaba para el Estado y el Jefe del Estado tiene conductas poco cautelosas. Aceptar el chantaje de Bárbara Rey y llamar al director de TVE para que le de un programa son cosas escandalosas. Hoy quiero pensar que esto sería impensable. 

- Otro nombre de mujer que interesó al CESID fue Isabel Preysler. ¿Por qué?

- El romance de Isabel con Boyer se convierte en un elemento primordial en la primera crisis de Gobierno. Lo político es que Boyer exige la vicepresidencia económica y Guerra, vicepresidente político, amenaza con irse. Su vida personal le llegó a afectar. Vuelve a casa con Elena Arnedo, pero finalmente recibe una llamada de Isabel Preysler y decide volver con ella. Si Manglano escribe sobre ello es porque lo considera importante. Por ejemplo, no hay una sola línea de Filesa. Afectaba sólo al PSOE, no al Estado. Ibercorp sí le preocupa por la presencia de Mariano Rubio. 

- También se confirma una vez más el famoso informe Crillón de Mario Conde. 

- Fue completamente ilegal. El Gobierno veía en Mario Conde una amenaza. Llegan rumores de que está haciendo cosas raras en el banco y, por otra parte, que puede ser un líder de la derecha. Narcís Serra lo sigue negando pero hay un auto de archivo del Tribunal Supremo donde se afirma que existió, aunque el Gobierno tenía derecho a hacerlo. Por otro lado, cuando Roldán se fuga también deja evidencias de que existió el informe. 

- ¿Cómo se gesta la caída de Manglano?

- Fue por las escuchas. Ellos jugaban con que era el principio de la telefonía móvil. La versión de Manglano es que se hacían barridos legales y se escuchaban sólo si eran trascendentes y todo lo demás. La orden, era grabar encima, pero Perote se las guarda y se alía con El Mundo y Mario Conde. Él tuvo que enviar una carta pidiendo perdón a Pedro J. Ramírez y a Melchor Miralles. Le costó mucho porque no soportaba a la prensa. En junio de 1995 se ve obligado a dimitir. Sin embargo, durante años sigue vinculado al poder. Realmente deja el CESID cuando llega la derecha al poder. Como militar ya había pasado a la reserva. Se dedica a defenderse de dos condenas: las escuchas en la sede de HB en Vitoria y las escuchas que publica El Mundo. En uno es absuelto por el Tribunal Constitucional y en otro consigue la repetición del juicio donde sale inocente. Su expediente judicial queda limpio.