26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La entidad colabora con Euronet para que la imagen de Anna y Olivia pueda verse en las pantallas de 50.000 cajeros automáticos de Europa

Así es SOS Desaparecidos: La Asociación que colabora buscando a las niñas de Tenerife

Las niñas desaparecidas en Tenerife.
Las niñas desaparecidas en Tenerife.
La desaparición de las pequeñas Anna y Olivia Gimeno Zimmermann, de uno y seis años, mantiene en vilo a la sociedad española. Mientras la Guardia Civil trabaja día a día para descubrir su paradero, la Asociación SOS Desaparecidos promueve diversas iniciativas con el propósito de que cualquier persona que viva dentro y fuera de nuestras fronteras conozca los rostros de las niñas.

Para ello cuenta con la solidaridad de numerosos colaboradores, tanto a nivel nacional como internacional, y de las personas que cada día dedican parte de su tiempo a compartir la alerta y los mensajes de esperanza que la entidad promueve a través de sus redes sociales, unas publicaciones que según datos facilitados por sus integrantes a ElCierreDigital.com ya han sido compartidas en más de 30 millones de ocasiones.

La última acción llevada a cabo por la asociación este último lunes ha sido una petición a la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) para que incorpore en su página web el cartel de búsqueda de Tomás Antonio Gimeno, el padre de las dos menores. “No entendemos por qué su nombre todavía no figura en este espacio como persona desaparecida ni tampoco, y esto es aún más grave, como buscada por la justicia”, manifiesta Joaquín Amills, presidente de la Asociación SOS Desaparecidos y portavoz de Beatriz Zimmermann, la madre de las pequeñas.

Esta solicitud internacional se realiza escasos días después de que SOS Desaparecidos hiciera un llamamiento a través de sus redes sociales y diferentes medios de comunicación para que educadores y profesores animen a sus alumnos a hacer dibujos sobre Anna y Olivia, con los que se pretende seguir infundiendo esperanza a su madre y transmitir un mensaje de concienciación a la sociedad, en este caso por parte de la infancia, sobre la necesidad de respetar los derechos de las niñas y los niños y no utilizar su amor como un instrumento de manipulación emocional.

Anna y Olivia en cajeros automáticos y taxis

Según informa Joaquín Amills, los gestos desinteresados de la ciudadanía no han dejado de sucederse. Conscientes de la gravedad que supone que dos menores se encuentren en paradero desconocido, la empresa Euronet propuso a SOS Desaparecidos la posibilidad de ampliar el acuerdo de difusión firmado en febrero de 2020 para que las alertas de Anna y Olivia pudieran verse en las pantallas de los cerca de 50.000 cajeros automáticos que la empresa tiene distribuidos en el continente europeo, lo que supone un alcance de 140 millones de impactos diarios. “Nos sentimos infinitamente agradecidos por el trabajo y la gran solidaridad de Euronet”, señala Amills, quien también asegura sentirse “muy agradecido” con el sector del taxi, al que califica de “tremendamente solidario”.

La imagen de las niñas desaparecidas difundida en un taxi. 

Más allá de Euronet y del sector del taxi, las diversas colaboraciones que SOS Desaparecidos ha firmado bajo convenio con ayuntamientos, agrupaciones de Protección Civil y de drones, y unidades caninas y de emergencia durante los últimos años han contribuido a que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hayan podido resolver casos de extrema gravedad, como son las llamadas desapariciones de alto riesgo, en las que menores como Anna y Olivia, personas con problemas de salud mental y también personas mayores se pierden sin dejar rastro.

La asociación comenzó su colaboración con la Agrupación Gremial del Taxi en 2017, y desde entonces, cada semana numerosos taxistas de Madrid y de otras ciudades españolas muestran las imágenes de personas desaparecidas en el interior y exterior de sus vehículos, entre ellas las de Anna y Olivia. Según destaca Amills, desde la entidad que preside se está tratando de potenciar estas colaboraciones: “Al igual que sucede con la difusión en cajeros automáticos, con la que se han podido resolver de forma satisfactoria un total de quince desapariciones desde el año pasado, las llamadas de los taxistas también han conseguido salvar numerosas vidas. Por ello necesitamos que profesionales autónomos o integrados en agrupaciones o asociaciones continúen sumándose a nuestra causa”, subraya.

Unidades que colaboran con la asociación.  

Una problemática que debe tratarse con prioridad 

Desde su fundación como asociación en 2010, SOS Desaparecidos ha percibido cómo la sociedad ha ido sensibilizándose con la tragedia que supone estar desaparecido o tener a un familiar en esas circunstancias. Una realidad que puede verse reflejada en los numerosos mensajes de apoyo que acompañan a cada cartel de búsqueda que la entidad publica a través de las redes sociales y en el crecimiento de la difusión de los mismos. “En 2011, el primer análisis que hicimos del alcance de las alertas reveló una difusión de un millón. El año pasado, a pesar de que las cifras de desaparición afortunadamente descendieron a causa de los ciclos de confinamiento, estuvimos muy cerca de alcanzar los cien millones”, revela el máximo representante de la organización.

"Ha costado mucho esfuerzo, sin embargo, llegar hasta esta situación", reconoce Amills. El presidente de la asociación articula estas palabras con conocimiento de causa, ya que doce años atrás tuvo que hacer frente a la desaparición de su hijo no biológico, Joaquín Fernández García, de quien se perdió la pista el 11 de septiembre de 2008 en Carboneras (Almería). “Entonces nadie te escuchaba”, rememora. “Incluso hablabas con alguien de a pie y te decía que en España no había personas desaparecidas, que estas pertenecían a otra época… Lo he pensado muchas veces y he llegado a la conclusión de que en aquellos días los desaparecidos estaban desaparecidos para la sociedad”.

Los datos sostienen sus palabras. Cuando se fundó la asociación, el Gobierno todavía no facilitaba cifras de personas desaparecidas ni existía un protocolo oficial de búsqueda. Faltaba  formación y entendimiento, y aunque para entonces ya se había creado el sistema informático conocido como Personas Desaparecidas y Restos Humanos sin Identificar (PDyRH), su uso por parte de los diferentes cuerpos policiales era bastante limitado, lo que en ocasiones suponía que las investigaciones se volvieran más dificultosas.

Hoy en día todo eso ha cambiado. Según señala Joaquín Amills, “los últimos ministros del Interior que ha habido en España sí han puesto la problemática de las desapariciones como prioridad y por eso en estos momentos nuestro país se encuentra en la élite en este tipo de cuestiones”. Cabe recordar que fruto de esta concienciación y trabajo constante por parte de las asociaciones de personas desaparecidas, en 2018 surgía el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES). Un hito que traería consigo la publicación de memorias anuales y el establecimiento de un protocolo de búsqueda que Amills califica de ejemplar. “Todo esto ha hecho posible que nuestros cuerpos policiales puedan trabajar con nuevas herramientas y formación, y también con más empatía hacia las personas desaparecidas y sus familiares”.

Así mismo, el aumento de la preocupación por parte de la sociedad hacia esta problemática ha repercutido en el desarrollo de SOS Desaparecidos. Cuando comenzó a dar sus primeros pasos, recuerda Joaquín, tan solo contaba con tres únicos miembros –los hermanos Daniel y Francisco Jiménez, actuales secretario y coordinador general, y el propio Amills–, mientras que actualmente está conformada por 44 hombres y mujeres, algunos de ellos, familiares que tienen a un ser querido en paradero desconocido.

En parte por esta razón la entidad nació comprometida con unos valores que, según indica su presidente, ha ido reforzando con el paso del tiempo: el valor de la solidaridad, la unidad, la generosidad y la gratuidad (sus miembros no aceptan dinero ni solicitan ayudas públicas). “Creo que parte del crecimiento se debe a que la sociedad ha visto en ella una asociación seria y humilde, volcada en el dolor de las familias. Siempre hemos pensado que los protagonistas son las personas desaparecidas, sus seres queridos y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Nuestra misión es ser una herramienta en favor de los tres”.

Así trabaja SOS Desaparecidos 

Actualmente, la Asociación SOS Desaparecidos está organizada en diferentes departamentos: por un lado se encuentran las áreas de coordinación nacional e internacional (la entidad tiene presencia en la mayoría de las comunidades autónomas y en países como Francia, Bélgica, Italia, Estados Unidos, además de en varias localizaciones de América Latina), que están formadas por coordinadores que cuentan con el apoyo de colaboradores, y por otro, las áreas especializadas, dirigidas por profesionales en Psicología, Ciencias Jurídicas, Informática, Emergencias, Periodismo, Criminología y Asuntos Sociales, así como por colaboradores externos, entre los que destacan instituciones, agrupaciones, unidades de búsqueda y salvamento y empresas como Euronet, la Agrupación Gremial del Taxi y la Asociación Profesional de Detectives Privados de España (APDPE). “Formamos un equipo multidisciplinar en el que cada miembro tiene su parcela, si bien los compartimentos no son estancos, ya que la interactuación del equipo es constante”.

El equipo de SOS Desaparecidos. 

En cuanto a su forma de actuación, se orienta en torno a dos ejes principales: por un lado, el apoyo que se brinda a las familias, y por otro, la colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Para ello, además de compartir las alertas creadas por el Centro Nacional de Desaparecidos, la entidad crea las suyas propias después de que el entorno de la víctima le facilite la copia de la denuncia por desaparición. “Tan pronto la tenemos, en cuestión de veinte o veinticinco minutos comenzamos a difundir la alerta en nuestras redes sociales”, explica Joaquín. “En primer lugar nos centramos en la zona donde la persona ha desaparecido y según avanza el tiempo vamos ampliando este círculo a nivel nacional. En el caso de tratarse de una desaparición de alto riesgo examinamos con la familia la posibilidad de avisar a los medios de comunicación, a la vez que informamos a nuestros cuerpos policiales sobre los recursos que tenemos disponibles, por si en algún momento llegaran a necesitarlos”.

“Paralelamente –continúa–, los coordinadores regionales se encargan de asistir a las familias, con la posibilidad de contar con el apoyo de los responsables de las áreas especializadas”. Según destaca el presidente de SOS Desaparecidos, lo importante es que los familiares se sientan arropados en todo momento y puedan despejar todas sus dudas, en ocasiones desde la experiencia que varios de los integrantes de la asociación han vivido en primera persona. “Siempre les decimos que deben apoyarse en los pilares de la esperanza y de la confianza. La esperanza en encontrar a la persona desaparecida lo antes posible y la confianza en que los cuerpos policiales harán lo posible para que así sea”. En este sentido, una parte fundamental de la labor de SOS Desaparecidos consiste en la comunicación directa con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, al objeto de facilitarles, además de recursos, información que pudiera ser de utilidad para resolver el caso. “Cualquier detalle que pueda interesar a la investigación inmediatamente lo trasladamos a la fuerza instructora”, reconoce Joaquín Amills.

Esa misma esperanza y confianza que los miembros de la Asociación SOS Desaparecidos infunden habitualmente a quienes han perdido a sus seres queridos es la misma que en estos momentos, con el apoyo de la sociedad, están trasladando a Beatriz Zimmermann. Amills asegura que, a diferencia de otros casos de menores desaparecidos, en esta ocasión el tiempo no corre en contra de las niñas porque está convencido de que ambas están siendo atendidas por su padre. “Confiamos, eso sí, en que la generosidad las traiga de vuelta. Anna y Olivia necesitan volver a sentir los besos y los abrazos de su madre”.

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