19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La actriz argentina se casó con Juan Domingo Perón un año antes de que este se convirtiera en presidente de la nación Argentina en febrero de 1946

La vida desconocida en España de "Evita" y el General Perón, 74 años después de la llegada del peronismo al poder

El historiador y periodista Julio Merino cuenta de primera mano, gracias a su amistad con Emilio Romero, el fallecido director del diario Pueblo, que vivió personalmente todo lo que aconteció durante el exilio del expresidente argentino Juan Domingo Perón en España.

El Dictador argentino llegó a Madrid en los primeros días de febrero de 1961 (antes había permanecido casi un año en Torremolinos) y se marchó en octubre de 1972. El General Franco no lo recibió hasta que ya tenía organizada su vuelta a la Argentina, tal día como hoy en el año 1972.

Con  la Revolución peronista,  que puso en marcha junto a su mujer Eva Duarte, trasformaron Argentina. 'Evita' puso en pie de guerra a los descamisados y hoy el peronismo sigue vivo y en el Gobierno. Perón permaneció exiliado en España entre 1961 y 1972.

Juan Domingo Perón llegó a la Presidencia de Argentina al ganar las elecciones libres y democráticas que se celebraron el 24 de febrero de 1946, tras una corta etapa como Secretario de Trabajo y Previsión que le sirvió para ganarse a la clase trabajadora y a los más humildes, que muy pronto lo bautizaron como "El primer trabajador de Argentina".

Unos meses antes (22-10-1945) se había casado con Eva Duarte, la mujer que más le ayudaría a triunfar en el mundo de la política y como Jefe del Estado. En ese momento Perón acababa de cumplir 50 años y ella, 26. Pero, todavía Eva Duarte  no era Eva Perón, y mucho menos la "Evita" que llegaría a ser la Diosa de "los descamisados".

Aquellas Elecciones pasarían a ser históricas porque fueron la mayor sorpresa política que había vivido Argentina. El joven Coronel Perón, sin apenas apoyos y en contra del Embajador de los Estados Unidos ( quien llegó a hacer hasta campaña  en su contra) sorprendió a todos al obtener el 52,8 de los votos emitidos. Durante la campaña Eva Duarte se conquistó a los obreros de todas las ciudades y de todos los barrios y consiguió que el pueblo se subiera al carro peronista y lo que fue más importante para el futuro, que inició su primer discurso siendo Eva Perón y cuando pronunció sus últimas palabras antes de que se cerraran las urnas ya era " Evita".

Una pareja para el poder

La tarea y los logros políticos  de aquella pareja llamada a transformar y reformar política, económica, social, cultural,  y hasta humanamente fue una verdadera revolución que llevaría a "su" Argentina a lo más grande de su Historia. Por ello sería demasiado largo explicar lo que ambos consiguieron. Perón desde la Presidencia y "Evita" desde la "Fundación Eva Perón. Sólo cabe reseñar que aquel su primer mandato duró hasta junio de 1952. Año en el que volvieron a celebrarse elecciones libres y si grande fue el triunfo electoral de 1946 lo de 1952 fue la apoteosis, ya que Perón obtuvo el 62.00 de los votos.

Fueron los tiempos triunfales de la pareja y entre ambos consiguieron lo impensable. El Gobierno peronista salvó completamente la deuda externa, que ascendía  a 12.500 millones de pesos  que se transformó en un superávit de 5.000 y Argentina era ya un miembro destacado de las Naciones Unidas recién creadas y líder de la "Tercera vía" mundial.

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Desgraciada o afortunadamente para los dos "Evita" no pudo ver la caída de su ídolo y el hundimiento del templo del peronismo, porque un cáncer galopante se la había llevado tres años antes. (26-7-1952)

Pero en el camino triunfal del peronismo fueron apareciendo también enemigos, ya que las grandes fortunas y los intereses de las grandes multinacionales (que eran las verdaderas dueñas del país), y las numerosas nacionalizaciones y los alto mandos del ejército, que no aceptaban la Nueva Argentina ni las grandes movilizaciones y apoyos de la clase obrera y de las clases media (los "descamisados" de "Evita") se vio truncado en 1955, cuando un grupo de militares, con el general Eduardo Leonardi al frente, se sublevaron en Córdoba y la insurrección se extendió rápidamente por el resto del país, hasta que a Perón no le quedó otra alternativa que buscar una salida temporal en Paraguay.

Luego sus pasos le llevarían primero a Panamá, después a Venezuela, más tarde a la República Dominicana y, por fín, a España, donde llegó el 26 de enero de l.960. Poco después se casaría con la bailarina María Estela Martínez de Perón, "Isabelita", a quien había conocido meses atrás en Panamá. Durante ese primer año en España, adonde llegó incluso sin la aprobación de su exilio, residió en Torremolinos. Fue el año 1961 cuando llegó a Madrid y se instaló en un chalet en la zona residencial de Puerta de Hierro, al que bautizó con el nombre de "Quinta 17 de Octubre", en recuerdo de la gran marcha popular que lo sacó de la cárcel en 1945.

Perón en el diario Pueblo

Yo conocí al  general Perón una noche del mes de noviembre de 1971 en el despacho de Emilio Romero, mi director en el diario “PUEBLO”. Como todas las noches yo subí a la planta 7 desde la 5 (calle Huertas), donde teníamos la Redacción, a despachar el periódico del día siguiente y de momento tuve que esperar porque, según el secretario Balbino, el director estaba con el general Perón y cuando estaba con él había orden de no llamar ni a la puerta.

A pesar de eso tuve que entrar y fue entonces cuando Don Emilio me presentó al general, un hombre muy alto, fuerte y muy bien vestido, que me saludó cariñosamente. Don Emilio revisó, más rápido que otras noches, las noticias que iban a salir en el periódico y ahí se acabó aquella mi primera entrevista con Juan Domingo Perón, el hombre que había revolucionado la Argentina y del que ya se hablaba que podía volver después de los 12 años de exilio que llevaba en España.

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Aquella misma noche cuando ya se había marchado el general el director me dio instrucciones para que al día siguiente, sin falta, le tuviese preparado un dossier completo sobre la vida y la muerte de Eva Perón, “Evita”, la mujer que, aun llevando ya casi 20 años muerta, seguía siendo el ídolo del pueblo argentino (luego me contaría que había accedido a petición del general a escribir una gran biografía de"La Dama de los descamisados")

Naturalmente, desde ese mismo momento, yo mismo di instrucciones al Servicio de Documentación para que me fuesen recogiendo todo lo que hubiese sobre su biografía y en el primer repaso me encontré con dos “hechos” que sobresalían en toda su vida.  El viaje triunfal a España el año 47 y la entrega a Perón, muchos años después, del cadáver embalsamado que había estado desaparecido casi desde su muerte.

Pues bien, aunque sólo sea un resumen del dossier que al día siguiente le entregué a Don Emilio les adelanto lo que fue aquel viaje y todo lo que sucedió en torno a su muerte, su cadáver y sus entierros.

Llega Eva Duarte

Eva Duarte , la esposa del presidente argentino Juan Domingo Perón, llegó a Madrid el 8 de junio de 1947, en pleno cerco internacional del Régimen de Franco,  y más de un millón de personas se echaron ese día a la calle, cubriendo todos los espacios posibles desde Barajas al Palacio del Pardo entre un fervor sorprendente… y es que “Evita”, además de su belleza y su simpatía personal, había venido a España acompañada de barcos argentinos cargados de cereales y carnes (400.000 toneladas de trigo, 120.000 de maiz, 80.000 de aceites comestibles, 16.000 de tortas oleaginosas, 10.000 de lentejas, 20.000 de carnes congeladas, 5.000 de carnes saladas y 50.000 cajones de huevos...y las mismas cantidades para el año siguiente) y eso para aquellos españolitos que estaban pasando hambre fue como un milagro. 

“Os aseguro, mis descamisados españoles –diría en uno de sus primeros discursos-  que mientras en Argentina crezca una sola espiga de trigo en vuestros hogares no faltará el pan”.

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La llegada de “Evita” a Madrid fue apoteósica, pues ya en el aeropuerto la esperaban Franco, su esposa doña Carmen Polo, el Gobierno en pleno y las altas jerarquías del Ejército, la Iglesia y la Falange. Y más apoteósica fue la concentración en la Plaza de Oriente cuando al día siguiente la Primera Dama argentina recibía de las manos de Franco la Gran Cruz de Isabel la Católica. Con un grito unánime de más de un millón de personas: "Franco, Perón, un solo corazón". Aunque tras la comida oficial “Evita” descolocó a sus anfitriones y al mismísimo Franco, ya que pidió conocer los barrios de chabolas de la capital española.

Y así lo hizo, y con su innato sentido popular, y su generosidad con los más humildes, se los fue conquistando a todos, a los que iba repartiendo dinero a manos llenas, mientras proclamaba que lo suyo no era limosna, sino justicia, lo que  provocó incluso los celos del propio Franco, a quién, al parecer, le fastidiaba que su invitada ejerciera tanto magnetismo sobre las masas.

Pero, todavía quedaba para aquella su primera noche madrileña la cena oficial y de gala en El Pardo, con la actuación incluida de Carmen Sevilla, Lola Flores y Manolo Caracol... y la fiesta folclórica de la Plaza Mayor,  con los bailes de los Coros y Danzas de la Sección Femenina y la entrega de los 50 trajes regionales que representaban a las provincias especialmente confeccionados y bordados para ella.

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Y quedaban sus días por Castilla (Toledo, Segovia, Ávila); Galicia (Santiago, Vigo, La Coruña), Zaragoza y Barcelona (lo de Cataluña fue de escándalo, ya que los miles y miles de personas que la recibieron con aplausos y gritos de "¡EVITA...EVITA¡¡¡" hasta la hicieron llorar)... y Andalucía (Sevilla, Granada, Córdoba, Huelva, La Rábida).

Discurso en Madrid

Famoso fue el discurso que pronunció en la Dehesa de la Villa de Madrid ante 100.000 trabajadores:

“En el trigo que con tanto amor cultivaron los descamisados de mi pueblo, les traigo el mensaje de amor, de solidaridad y de hermandad y el abrazo cariñoso de un pueblo grande a otro pueblo grande. Sepan, obreros españoles, que mientras en nuestros trigales haya una espiga, esa será compartida con vosotros,  con nuestra solidaridad expresión de paz, de cristiandad, y de justicia social. Por eso, a pesar de las Potencias opresoras, el Gobierno Justicialista del General Perón se ha fijado una consigna: en España no habrá ningún hogar sin pan, ningún niño sin leche. Mi pueblo es humilde y bueno, como sois vosotros. Pero orgulloso y altivo, como también sois vosotros. Tened siempre presente que sólo la solidaridad entre los humildes nos hará fuertes para enfrentarnos a  la voracidad insaciable de los poderosos.”

Y emocionantes fueron las palabras que pronunció ante los casi 80.000 pescadores de Berbes que le daban la bienvenida:

“Solamente involucrándonos con el dolor, viviendo y sufriendo con los pueblos, cualquiera sea su color, credo o raza, se podrá realizar la enorme tarea de construir la justicia que nos lleve  a la paz. Bien vale la pena quemar la vida en aras de la solidaridad, si el fruto será la paz del mundo y su felicidad, aunque ese fruto madure, tal vez, cuando nosotros hayamos desaparecido”.

Y en la ciudad de Huelva no solo la recibió una muchedumbre sino miles de andaluces vestidos de fiesta y a caballo:

“Quiero agradecerles desde lo más hondo de mi corazón, todas las muestras de cariño que me han dado, que no son para mí, sino para vuestros hermanos, los descamisados argentinos. Yo les dejo mi corazón, me deberé siempre a ustedes. Me debo a ustedes con la constancia de mi agradecimiento. Dejo parte de mi corazón en España. Lo dejo para vosotros, obreros madrileños, cigarreras sevillanas, pescadores, agricultores, trabajadores de Cataluña, del país todo. Lo dejo a vosotros”.

Indudablemente aquel viaje de “La Dama de la Esperanza”, como la llamaron siempre los descamisados, sirvió para fortificar el Régimen de Franco que en aquellos momentos corría el gran peligro del rechazo mundial. Pero, "Evita" volvería, en muy distintas formas y situaciones, 24 años más tarde, como les contaré en otro capitulo para elcierrerdigital.com.

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