28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Al empresario azteca le gusta pasar desapercibido ante los focos, pero atesora una gran fortuna y numerosas propiedades como un castillo en Irlanda

Allen Sanginés-Krause: Éste es el millonario mexicano que pagaba los caprichos de Juan Carlos I y familia

Allen Sanginés y Juan Carlos I en un fotomontaje.
Allen Sanginés y Juan Carlos I en un fotomontaje.
El millonario mexicano Allen Sanginés-Krause era un desconocido en España hasta que en 2017 saltó a los medios de comunicación que invitó a Juan Carlos I y Marta Gayá a una gran fiesta privada en su castillo de Irlanda. El empresario atesora una gran fortuna y es un ferviente amante del arte, los caballos y las antigüedades. Posee numerosas propiedades y en 2018 compró el hotel Villa Magna de Madrid, aunque luego salió del accionariado.

Las amistades de Juan Carlos I siguen dando de qué hablar. El rey emérito vuelve a estar en el punto de mira después de que se hiciera público que la Fiscalía del Tribunal Supremo le investiga junto a varios familiares por el uso de tarjetas de crédito opacas vinculadas a cuentas bancarias de las que no son titulares. Tal y como ha desvelado El Confidencial, el propietario de estas tarjetas black es el millonario mexicano Allen Sanginés-Krause, amigo íntimo del ex monarca y una persona que prefiere evitar los focos. Pero ¿quién es realmente este empresario?

Si bien se conoce verdaderamente poco sobre Sanginés-Krause su nombre ha salido a la palestra varias veces. Posee tanto la nacionalidad mexicana como la británica y tiene 61 años. En la actualidad, vive en Londres y está casado con Lorena Sanginés-Krause, con quien ha tenido tres hijos. La familia posee propiedades en la ciudad británica, Madrid y México. Fuentes cercanas al empresario relataron que se trata de un “hombre súper culto” y todo un amante del arte y las antigüedades. Además, también es conocida su devoción por los caballos.

Pero esta no es la primera conexión que don Juan Carlos ha tenido con "su México lindo", un Estado cetroamericano que visitó por primera vez en noviembre de 1978 como "abrelatas" por sugerencia el entonces presidente del Gobierno de España, Adolfo Suárez que quería que de nuevo se renaudaran las relaciones diplomaticas con el país azteca, nexos históricos que se rompieron durante el franquismo con el exilio de miles de españoles republicanos.

Muy pronto, el entonces Rey Juan Carlos afianzó más que una amistad con el presidente mexicano de entonces José López-Portillo, que escasos meses antes, en octubre de 1977, ya había aterrizado en España en visita oficial. Precisamente también el último acto oficial de Juan Carlos I como Rey de España fue recibir como Jefe del Estado al presidente de México Enrique Peña Nieto, que visitó España los días 9 y 10 de junio de 2014, poco días antes de anunciar el monarca su abdicación. No era la primera vez que Peña Nieto visitaba España, ya que lo había hecho en octubre de 2012 nada más ser elegido.

Desde hace ya casi 45 años, Juan Carlos de Borbón no ha parado de unir nexos personales con muchos y poderosos empresarios aztecas. Desde sus inicios con su buena relación con el magnate astur-mexicano Plácido Arango, dueño de la conocida cadena Vip´s ya fallecido, hasta hoy en día donde uno de sus mejores amigos y valedores es el empresario mexicano Allen Sanginés-Krause como parece demostrar que una de las cuentas donde repercuten los gastos de esas tarjetas del Rey Emérito esté tutelada por el empresario mexicano.

  El fiscal Yves Bertossa.

Precisamente Sanginés-Krause mantiene grandes resorts en México y negocios relacionados con el turismo por todo el mundo. A su vez, es propietario de un bonito castillo en Irlanda, muy cerca de Dublín, donde el Rey Emérito fue invitado hace tres años a una gran fiesta y donde coincidió con otra de sus grandes amigas, la diseñadora mallorquina Marta Gayá, también beneficiada presuntamente con alguna donación millonaria desde las cuentas del rey Emérito en Suiza.

Igual de relevante es que el empresario mexicano Allen Sanginés-Krause fuera el propietario del lujoso hotel Villa Magna, en Madrid. En su negocio capitalino puso a disposición del Rey Emérito la mejor suite del hotel situado en el madrileño Paseo de la Castellana. Y lo hizo durante el tiempo que fuera necesario, tras la retirada oficial de Juan Carlos I de la Zarzuela y el inicio de sus controversias y beligerancias con su hijo Felipe VI y su nuera Letizia Ortiz, a raíz de destaparse públicamente todo el escándalo del affaire Corinna y sus cuentas millonarias en Suiza.

Ahora habría que tirar del hilo conductor de los dineros del Rey Emérito en el extranjero y figura clave parece ser su primo Álvaro de Orleans, ya interrogado por la justicia suiza. El 10 de octubre de 2018, confesaba al fiscal suizo Yves Bertossa, que en el año 2009 ingresó un cheque por importe de 4,2 millones de euros en una cuenta de la Fundación Zagatka de Ginebra, fundación cuyo principal beneficiario era Juan Carlos I y a la que Felipe VI renunció públicamente argumentando el desconocimiento de su existencia siquiera.

Según Álvaro de Orleans, el dinero procedía de una comisión profesional por su intermediación en la venta de unos terrenos de Playa del Carmen (México) al potente holding español constructor OHL, de Juan Miguel Villar Mir, íntimo amigo del Rey Juan Carlos I y al que hizo marqués en febrero de 2011. Aunque Orleans sólo se refería en su declaración a "una empresa española de nombre Huarte".

  Álvaro Orleans-Borbon.

Los investigadores de la Fiscalía suiza sospecharon que los 4,2 millones podían proceder de un pelotazo especulativo que recalaba en una de las cuentas que la Fiscalía suiza adjudica en propiedad a don Juan Carlos, aunque siempre por medio de sus testaferros, uno de los cuales, quizá el principal sería su primo Álvaro de Orleans.

La declaración de Álvaro de Orleans ante el fiscal Yvan Bertossa se producía tras unas declaraciones previas de Corinna Sayn Wittgenstein, la examiga entrañable del Rey Emérito, en las que la supuesta princesa alemana lo señalaba como uno de los testaferros de Juan Carlos I, junto al abogado suizo Dante Canonica y al gestor de grandes fortunas Arturo Gianfranco Fasana. A raíz de estas confesiones el Fiscal decidió abrir las diligencias secretas P14783/2018 contra los presuntos intermediarios de Juan Carlos I.

Las investigaciones se centraron primordialmente en una Fundación de nombre Zagatka, que había sido constituida en Vaduz (Liechtenstein) hacía 15 años. Álvaro de Orleans-Borbón figuraba como primer beneficiario, pero la Fiscalía helvética estaba convencida de que el propietario real de dicha fundación era el Rey Emérito español, y en cuya cuenta bancaria se había ingresado el supuesto cheque de OHL y otros pagos de supuestas comisiones. Ahora la Fiscalía del Supremo español tendrá que buscar en esa misma cuenta el rastro de las tarjetas opacas reales, si es que realmente ambos hechos estuviesen ligados.

No obstante, el grupo constructor de la familia Villar Mir, por medio de su Dirección de Comunicación ha negado cualquier pago al primo y supuesto testaferro del monarca español. Según OHL, "jamás se ha abonado a Álvaro de Orleans ninguna cantidad en concepto de intermediación en la compra de unos terrenos para un proyecto inmobiliario en Playa del Carmen, en México".

Fiesta de celebridades en un castillo irlandés

Sanginés-Krause ha desarrollado una trayectoria de 25 años en bancos de inversión alrededor del mundo. Sobre todo, es muy conocida su etapa en Goldman Sachs, donde fue el máximo responsable en México y Rusia. También ha ostentado la presidencia de la compañía de telecomunicaciones Millicom y está presente en los consejos de administración de numerosos fondos de inversión, destacando de entre ellos RLH Properties.

Pero fue en 2017 cuando su nombre surgió en la mayoría de los medios de comunicación de España. Sanginés-Krause mantiene grandes resorts en México y negocios relacionados con el turismo por todo el mundo. A su vez, es propietario de un bonito castillo en Irlanda, muy cerca de Dublín, donde el ex monarca fue invitado hace tres años a una gran fiesta y donde coincidió con otra de sus grandes amigas, la diseñadora mallorquina Marta Gayá, también beneficiada presuntamente con alguna donación millonaria desde las cuentas del rey Emérito en Suiza.

En 2018 volvería a hablarse de él en nuestro país tras la compra del lujoso hotel Villa Magna de Madrid, a través del fondo de inversión RLH. En su negocio capitalino puso a disposición del rey emérito la mejor suite del hotel situado en el madrileño Paseo de la Castellana. Y lo hizo durante el tiempo que fuera necesario, tras la retirada oficial de Juan Carlos I de la Zarzuela y el inicio de sus controversias y beligerancias con su hijo Felipe VI y su nuera Letizia Ortiz, a raíz de destaparse públicamente todo el escándalo del affaire Corinna y sus cuentas millonarias en Suiza. Sin embargo, este pasado mes de mayo el multimillonario mexicano salió definitivamente del accionariado del grupo que controla el hotel.