20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Según Iñigo, su hermano Fernando vendió al empresario un cuadro por 5'1 millones de euros supuestamente sin autorización de Patrimonio

Guerra entre los Ramírez de Haro: El marido de Esperanza Aguirre denunciado por su hermano por vender un Goya a Villar Mir

Esperanza Aguirre y su marido Fernando Ramírez de Haro.
Esperanza Aguirre y su marido Fernando Ramírez de Haro.
La familia política de Esperanza Aguirre está a la greña. Y no nos referimos al PP, que también. Su cuñado, el polémico escritor Iñigo Ramírez de Haro, con el que la expresidenta de la Comunidad del Madrid lleva años sin tener buena relación, ha denunciado al marido de la expresidenta, Fernando Ramírez de Haro, por la presunta venta ilegal de un cuatro de Goya al empresario Juan Miguel Villar Mir.

La historia viene de lejos, pero no ha sido hasta este verano cuando Iñigo se decidió a querellarse contra su hermano por varios delitos entre ellos estafa a Patrimonio Nacional. La querella ha sido admitida a trámite. Este es un paso más en la guerra de los Ramírez de Haro que realmente comenzó a recrudecerse con la muerte de Beatriz Valdés y Ozores, matriarca de la saga, en 2019. Sin embargo, el punto real de partida del enfrentamiento hay que buscarlo cuando falleció el progenitor de saga, Ignacio Ramírez de Haro y Pérez de Guzmán.

En octubre de 2010, Iñigo y Fernando formaron con sus cuatro hermanos (Beatriz, Juan, Javier y Gonzalo) una comunidad hereditaria para repartirse de forma equitativa la herencia. Sin embargo, el famoso cuatro de Goya acabaría por romper la calma. Se trata de un retrato de don Valentín Bellvís de Moncada, un antepasado que inmortalizó el genial aragonés. Sin embargo, no siempre supieron que la autoría del cuadro era de Goya. De hecho, al morir el padre la obra, por su antigüedad, estaba tasada en más de cien mil euros, pero no en los ocho millones en los que está valorado en la actualidad. Fue en 2012 cuando la familia decidió despejar dudas sobre la autoría del óleo, solicitando un peritaje a los expertos de la casa de subastas Sotheby’s y Manuela Mena, conservadora del Museo Nacional del Prado, en concreto en el área del siglo XVIII y una de las mayores expertas en la obra del creador de La familia de Carlos IV.

Don Valentín Bellvís de Moncada y Pizarro por Goya

Al conocer la obra que tenían entre mano la familia decidió sacar el cuadro a subas pública. La legislación en España al respecto es muy clara y el Estado tiene siempre el derecho de tanteo con respecto a las obras de este tipo. Si Patrimonio iguala la oferta ofrecida por otro interesado tiene prioridad para la compra. Sin embargo, sea cual sea el comprador final siempre se ha de comunicar a Patrimonio la venta y el destino de la obra. Según informa Vozpópuli, los hermanos habrían determinado vender la obra por un precio de 5’1 millones de euros y repartir equitativamente entre los seis el dinero. Es decir, 853.000 euros. El comprador de la obra, según la denuncia de Iñigo Méndez de Haro, fue el empresario Juan Miguel Villar Mir. Ahora la guerra familiar saca a relucir una venta que, de haberse llevado a cabo, habría atentado de forma clara contra la Ley de Patrimonio Histórico. Iñigo Ramírez de Haro quiere que se declare nula la venta y que sean llamados a declarar Fernando Ramírez de Haro, Esperanza Aguirre, Villar Mir y a un alto cargo de Sotheby’s en España

Guerra por un título

Este enfrentamiento entre hermanos no es el único que ha sufrido la familia del marido de Esperanza Aguirre. También los títulos nobiliarios han sido objeto de disputa en esta saga. Los padres de los hermanos Ramírez de Haro acumulaban varios. El padre era tenía cuatro condados (Bornos con Grandeza de España, Murillo, Villariezo y Montenuevo) y dos marquesados (Villanueva del Duero con Grandeza de España y Cazaza de África). La madre era Marquesa de Casa Valdés. Cuando en 2019 falleció Beatriz Valdés este último marquesado fue reclamado por su nieta Isabel Urzáiz Azlor de Aragón y Ramírez de Haro, una de las trillizas que tuvo Beatriz, hermana de Iñigo y Fernando Ramírez de Haro.

Iñigo Ramírez de Haro.

Iñigo protestó por esta rehabilitación del título, pero la guerra nobiliaria también venía de lejos. Sus hermanos Beatriz y Fernando se intercambiaron condados. La primera pasó a ser de Murillo a cambio de dar a su hermano el Bornos. Así, Esperanza Aguirre siguió siendo condesa consorte, pero con denominación distinta. Recordemos que el de Bornos tiene Grandeza de España.

Tampoco gustó a Iñigo en su momento que sus sobrinos, hijos de Esperanza Aguirre se hicieran con títulos nobiliarios cedidos por el abuelo. Álvaro es hoy Conde de Villariezo y Fernando, Marqués de Villanueva del Duero.

Lo cierto es que Iñigo Ramírez de Haro hace años que tiene una mala relación con su hermano y su cuñada. En 2004 protagonizó una sonada polémica cuando estrenó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid la obra de teatro Me cago en Dios por la que fue denunciado por atentar contra los sentimientos religiosos. Su abogada fue una clásica del comunismo español, Cristina Almeida. Su cuñada Aguirre, entonces al frente del ejecutivo madrileños, amenazó con retirar la subvención al Círculo de Bellas Artes si no se suprimía la obra del cartel.

Esperanza Aguirre, con sus hijos Álvaro (izquierda) y Fernando

Años más tarde también fue sonada la escandalera a raíz del libro El caso Medina Sidonia donde repasaba la vida se su familia la Duquesa de Medinasidonia, conocida como ‘la Duquesa Roja’ que se casó en artículo mortis con su secretaria. “A pesar de que iba de roja y lesbiana y todo eso, nunca dejaba de ser duquesa. El ultimo dia que estuvimos desayunando, ella arremetía como siempre contra los americanos, el capitalismo, las Derechas, y, de repente, entro el jardinero con la gorra puesta. Ella frenó y se le fue directo encima. “¡Quítesela! ¡Quítesela!”. “Perdón, perdón señora duquesa”, dijo el pobre hombre. La tendencia generalizada es al plástico, a todos iguales en una especie de gran aburrimiento cósmico; en ese contexto, la duquesa roja me gusta porque era bastante única y tenía perspectiva histórica”, explicaba en Vanity Fair sobre la protagonista de su libro. Ahora, Iñigo sigue haciendo honor a su fama de enfant terrible de la nobleza llevando a los tribunales a su hermano por la supuesta venta de un cuadro de Goya a Villar Mir.

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