28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Irantzu Gallastegi Sodupe ha sido una de las últimas presas de la banda ETA que será trasladada a uno de los centros penitenciarios del País Vasco

Sanguinaria y altiva: Así es 'Amaia', una de las terroristas que asesinó a Miguel Ángel Blanco

Irantzu Gallastegi Sodupe, alias 'Amaia'.
Irantzu Gallastegi Sodupe, alias 'Amaia'.
Arrogante, altiva y sin ningún síntoma de arrepentimiento. Así la han calificado los que han llegado a tratar a Irantzu Gallastegi Sodupe, alias 'Amaia'. Ha pasado a la historia como una de las criminales más peligrosas de la banda terrorista ETA, al igual que 'Anboto' o 'La Tigresa'. Junto a su pareja, Francisco Javier García Gaztelu ‘Txapote', y a José Luis Geresta Mujika ‘Oker’ asesinaron al concejal Miguel Ángel Blanco. 'Amaia' ha sido una de las últimas presas acercadas por Interior.

Irantzu Gallastegi Sodupe ‘Amaia’ -pareja de Francisco Javier García Gaztelu ‘Txapote'-, Gregorio Escudero Balerdi, Asier Borrrero Toribio, Garikoitz Etxeberria Goikoetxea y Faustino Marcos Álvarez son los nombres de los cinco presos etarras que han sido trasladados a las cárceles del País Vasco. El Ministerio de Interior completó el acercamiento el pasado viernes. 

Los acercamientos de reclusos se iniciaron en 2018 a raíz de la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno y el designio de Fernando Grande-Marlaska como ministro del Interior, quien sostiene que esta política se debe al “cumplimiento de la legislación penitenciaria una vez derrotada ETA”. Por tanto, según datos ofrecidos por la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), en la actualidad hay un total de 164 condenados por su vínculo con el terrorismo de la banda criminal en prisiones del País Vasco y otros 11 en Navarra.

Asesina sin piedad

A lo largo de la historia de la banda terrorista ETA han sido muchas las mujeres vinculadas a su acción delictiva. Muchas de ellas comenzaron su trayectoria por vínculos afectivos, aunque en la mayoría de ocasiones han llegado a ser más sanguinarias que los hombres vinculados a la banda terrorista. ‘La Tigresa’, ‘Anboto’ o ‘La gorda’ han sido algunas de las más conocidas, aunque una de ellas ha pasado a la historia de ETA por cometer uno de los asesinatos que puso en jaque la continuidad de la organización criminal. 

Este es el caso de Irantzu Gallastegi Sodupe, alias ‘Amaia’. Porta un apellido de notable relevancia en la banda terrorista ya que sus hermanos Lexuri y Orkatz Gallastegi están considerados como dos de los criminales más sanguinarios de la banda terrorista. Es una de las muchas mujeres que representaban la línea dura de ETA y opuesta a la tregua de 1998 tras los Acuerdos Lizarra-Garazi, pacto firmado por todos los partidos políticos nacionalistas vascos, distintos sindicatos y asociaciones con el fin de buscar “un proceso de diálogo y negociación” que lograra el cese del terrorismo de ETA.

La reagrupación familiar de 'Txapote' y 'Amaia' en Madrid, los asesinos de  Miguel Ángel Blanco

'Txapote' y 'Amaia'.

‘Amaia’, condenada a más de mil años de cárcel por haber cometido 95 delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa, es madre de dos hijos de 21 y 14 años, quienes nacieron en Madrid. Su padre también cumple condena, pues es otro de los criminales más sanguinario de la organización. Se trata de Francisco Javier García Gaztelu, ‘Txapote’, quien impuso un nuevo sistema de organización de los comandos que llevaran a cabo los atentados de la banda criminal. 

A pesar de su historial delictivo, en el que figura el asesinato del dirigente socialista Fernando Múgica, el funcionario de prisiones Francisco Javier Gómez Elósegui y el concejal del Partido Popular en Ermua, Miguel Ángel Blanco, ‘Amaia’ no ha mostrado ni pública ni privadamente su arrepentimiento y su actitud ante los tribunales ha sido arrogante, altiva y de desprecio.

Gallastegi fue detenida por las autoridades francesas y en 2005 entregada finalmente a las autoridades españolas para su ingreso en prisión. Un año después, comenzó el proceso judicial en el que los asistentes fueron testigos del tenso enfrentamiento de los familiares de Miguel Ángel Blanco con los criminales. 

Ante las risas de Gallastegi y Gaztelu, Marimar Blanco les espetó que “el día que sus familiares se pudran en la cárcel, desde ese día, me reiré yo”. Durante el juicio se acogió a su derecho a no declarar y mantuvo su actitud desafiante. Únicamente reconoció ser “militante de ETA” y puntualizó que "la banda no abandonaría su lucha". ‘Amaia’, que cumple condena en el centro penitenciario de Madrid VII-Estremera irá a una cárcel del País Vasco.

48 horas en las que España se rebeló

El 10 de julio de 1997, el concejal del Partido Popular por la localidad de Ermua, Miguel Ángel Blanco, era secuestrado por la banda terrorista ETA. El joven de 29 años se dirigía a trabajar cuando fue abordado por los terroristas Irantzu Gallastegi Sodupe, alias ‘Amaia’, Francisco Javier García Gaztelu, ‘Txapote’José Luis Geresta Mujika, alías ‘Oker’ o ‘Ttotto’, todos ellos pertenecientes al comando Donosti. 

A las 17:30 horas saltaron las alarmas, la banda terrorista ETA había llamado a la emisora Egin Irratia para confirmar el secuestro. El concejal sería asesinado pasadas 48 horas si la organización no obtenía una respuesta por parte del gobierno para acercar a los presos al País Vasco.

El asesinato que conmovió a la sociedad y abrió el camino hacia las  ilegalizaciones políticas: 25 años sin Miguel Ángel Blanco | Público

Manifestación por la liberación de Miguel Ángel Blanco.

España se movilizó y pidió la liberación del concejal. Uno de los momentos más recordados fue el momento en que su padre, albañil de profesión, se enteró del secuestro de su hijo por la prensa. Las concentraciones se dieron por toda España –manos blancas contra ETA–, las movilizaciones eran multitudinarias y desde el balcón del Ayuntamiento de Ermua, sus padres, su hermana Mari Mar y su novia gritaban “Miguel te esperamos”.

El edil del PP nunca regresó. Los terroristas le ejecutaron el 14 de julio de 1997 y España se rebeló. El espíritu de Ermua fue un punto de inflexión y el país no volvió a tener miedo. El homenaje por el  25º aniversario del secuestro de Miguel Blanco presidido por el rey Felipe VI, ha vuelto a poner de manifiesto la importancia de recordar aquel terrible suceso que puso en jaque a la banda terrorista. “No podemos permitir que haya generaciones que ignoren lo que pasó en esos dolorosos días de nuestra historia”, afirmó el monarca. Los asesinos del concejal fueron condenados a 50 años de prisión, aunque 'Oker' solo llegó a estar dos pues se suicidó en 1999. 

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