18 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

"Si mis hijos leen esto les diría que los amo y que nos separaron por una mezcla de odio e intereses económicos", señala Paloma Alvárez

Caso menores tutelados: "Esto le puede pasar a cualquiera salvo que seas poderoso, ya que el oscurantismo es su arma"

Paloma con sus dos hijos. Foto cedida solo para esta publicación.
Paloma con sus dos hijos. Foto cedida solo para esta publicación.
La pelea en favor de los menores tutelados sigue adelante. Todo empezó con los escándalos de menores que, estando bajo la responsabilidad del Estado, supuestamente eran prostituidas en Palma de Mallorca. Un hecho escandaloso que hizo de lanzadera para arrojar luz sobre una situación realmente complicada. Un asunto, el de los menores apartados de sus familias, que para el común de la sociedad era desconocido. Hoy relatamos el caso de Paloma Álvarez.

En los casos de menores tutelados que hemos ido conociendo en Elcierredigital.com se repite como elemento común la vulnerabilidad de la madre. El caso de Paloma Álvarez, en Madrid, es llamativo porque es una mujer que, a priori, no reunía ninguna característica para ser considerada víctima de esta situación. Es una mujer con buena formación cultural y un buen trabajo como funcionaria en la Tesorería General de la Seguridad Social.

“Nunca me imaginé que viviría algo así. Cuando oía hablar de menores tutelados me imaginaba siempre familias desestructuradas con problemas de drogas. Hasta que no te toca a ti no tomas conciencia del negocio que hay detrás de esto”, cuenta Paloma para Elcierredigital.com.

La historia de Paloma comenzó cuando decidió separarse de su marido. “En mi matrimonio el tópico no se cumplía. Era yo la que ganaba más dinero. Él era camionero. Estaba harta de sentirme mal en mi matrimonio. Sin embargo, él tenía muy claro lo que quería hacer. Manipularon a mi hija para que contara en el colegio cosas como que no la daba de comer lo mismo que a sus dos hermanos. Todo eso que reflejado en informes basados en datos falsos”, relata Paloma.

Unas informaciones que sirvieron para justificar la intervención de Asuntos Sociales. “En mi caso no buscaron una excusa económica, sino que alegaron problemas de depresión debido al divorcio contencioso que estaba viviendo. Había que inventarse cosas. Algunas eran tan absurdas como que no tenía una vivienda adecuada. Eso teniendo en cuenta que vivo en una urbanización privada…”, explica.

La maternidad fue en el caso de Paloma un deseo que tardó tiempo en hacer realidad: “Estuve 14 años sometiéndome a tratamientos para poder quedarme embarazada. Por culpa de los tratamientos hormonales a los que me sometí se me desarrolló un cáncer. Me dijeron que si no abortaba corría el riesgo de morir. Decidí seguir adelante. Era mi pasión ser madre y no me importaba. No lo consideraba un precio alto a pagar. Al dar a luz a mis dos mellizos me desahuciaron. Gracias a Dios se equivocaron”.

Cree Paloma que en ese momento se inició todo lo que vino después. “Creo que mi marido y otras personas pensaban que no iba a salir viva. Como lo conseguí empezaron las amenazas de quitarme a mis hijos y lo han conseguido. Las supuestas depresiones, el divorcio contencioso… Se dieron los pasos necesarios para arrebatarme a mis dos hijos pequeños”, explica. Todo esto sucedió en junio de 2013, sus hijos pasaron al polémico Centro de Menores de Hortaleza en Madrid. Dos años después la custodia pasó a una hermana de Paloma.

Paloma se enfrentó a un cáncer para poder ser madre./ Foto cedida solo para esta publicación.

Sin ella no habría pasado nada. Ha sido y es colaboradora necesaria. Siempre me ha tenido envidia. Yo me opuse a que los adoptara. Sin embargo, me amenazaron con que los llevarían a otro centro de menores en Melilla y dejé la batalla judicial porque sabía que ese centro no lo soportarían. Son casi cinco años sin hablar con ellos”, sigue Paloma con su relato.

El próximo mes de junio sus hijos cumplirán 18 años y en el ánimo de esta mujer está que la situación cambie. “Durante años les han mentido. Les han dicho que su madre no les quería y que por eso no me veían. Me da miedo acercarme a ellos cuando sean mayores de edad porque les han enseñado a odiarme. Si leen esto les diría que los amo. Que nos separaron por una mezcla de odio e intereses económicos”, asegura una emocionada Paloma.

A pesar de lo duro de su situación tiene claro que quiere que su testimonio sirva para “terminar con este negocio. El día que se acaben las subvenciones acabará parte del problema. Son agencias robaniños. Tienen un negocio en el que la mercancía es gratis. Arrebatan niños con mentiras. Quiero que la gente sepa que esto le puede pasar a cualquiera salvo que seas poderoso o estés vinculado a los medios de comunicación. El oscurantismo es su arma”.

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