29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

El fácil acceso a productos de espionaje que ofrecen estos establecimientos puede ayudar a delincuentes a evitar ser capturados por la policía

La trastienda de los comercios de artículos de espías: Una redada en Sevilla reaviva la polémica

Imagen de un espía
Imagen de un espía
Las tiendas espía o tiendas del detective son establecimientos que ofrecen material de espionaje a cualquier persona interesada en adquirirlo. Debido a que no existe ningún tipo de control ni de regulación acerca de quién puede comprar estos productos, en algunas ocasiones los clientes de estas tiendas son delincuentes que utilizan su material para luchar contra la policía y evitar ser capturados.

La era tecnológica en la que nos encontramos actualmente ha permitido que muchos sectores se vean beneficiados por las oportunidades que esta ofrece. Incluso han surgido nuevos modelos de negocio basados en la informática, la nanotecnología o el Big Data aunque, probablemente, uno de los sectores que se ha visto más beneficiado por esta evolución es el de la seguridad. La gran variedad existente y el fácil acceso a los productos tecnológicos utilizados para la seguridad, hacen que muchas personas los compren con la intención de mejorar su protección contra los delincuentes, dando lugar a un nuevo nicho de mercado que han sabido aprovechar las conocidas como “tiendas espía”.

Las tiendas espía, también llamadas tiendas del detective, son comercios que ofrecen al consumidor de a pie todo tipo de artículos de espionaje profesionales, como minicámaras, grabadoras de voz, rastreadores GPS o incluso pinganillos para realizar exámenes, ejemplos del amplio catálogo que ofrecen. De hecho, según afirman muchas de estas tiendas, los artículos que venden son los mismos que utilizan los detectives privados, los miembros de seguridad o los “profesionales del sector”.

Ejemplo de localizador GPS para evitar el robo de un vehículo.

Mayormente, los clientes de estas tiendas son profesionales, que utilizan en su actividad laboral estos artículos, o personas que, simplemente, quieren reforzar su seguridad, ya sea instalando un localizador en su coche para evitar que sea robado o mejorar la vigilancia de sus viviendas con cámaras o micrófonos.

Pero el uso que se da a estos artículos ya depende de quien los posee, de forma que la intención y los objetivos del cliente son elementos definitivos. Lo cierto es que en este tipo de tiendas no existen limitaciones ni controles en lo que respecta al comprador por lo que existen casos en los que estas herramientas se utilizan para llevar a cabo tareas que pueden rozar o traspasar la línea de la ilegalidad.

Un ejemplo de esto ha sucedido en Sevilla donde, esta misma semana, la Guardia Civil ha realizado una operación contra una de las principales cadenas de tiendas espía que se ha saldado con más de una decena de personas detenidas. También se han intervenido seis vehículos de alta gama y hasta un millón de euros en metálico.

Operación de la Guardia Civil contra una tienda espía.

Según fuentes policiales, los principales clientes de esta cadena de tiendas eran narcotraficantes y delincuentes de alto nivel que pagaban los artículos con dinero en efectivo de dudosa procedencia. De hecho, la Guardia Civil considera a este negocio como una “organización criminal” dedicada a surtir a las mafias artículos para realizar sus actividades delictivas y evitar ser capturados por la policía. Por esta razón, otros locales de la empresa han sido registrados en las provincias de Madrid, Cádiz y Málaga.

Los artículos más utilizados por estos delincuentes y que pueden ser adquiridos en cualquier tienda son inhibidores de frecuencia que anulan la acción de algunas herramientas policiales para luchar contra el crimen como las balizas, o los geolocalizadores, que se utilizaban para controlar la posición de los agentes. También se adquirían cámaras con visores nocturnos para mantener su vigilancia incluso a altas horas de la madrugada.

El debate público que generan este tipo de casos es inevitable ya que muchas personas consideran que este tipo de artículos no deberían estar al alcance de todo tipo de público y que la venta debería contar con una regulación con el fin de evitar que caigan en manos de delincuentes. 

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