Reabren la investigación de las imágenes de mujeres orinando en la fiesta de A Maruxaina

La Audiencia Provincial de Lugo ordenó este jueves reabrir la investigación sobre las imágenes colgadas en webs de contenido erótico de más de ochenta mujeres que fueron grabadas sin su consentimiento orinando en un callejón durante las fiestas de A Maruxaina, en la localidad lucense de San Cibrao. 

El magistrado del Juzgado de Instrucción número 1 de Viveiro zanjó inicialmente la investigación y, ya en septiembre de este año, desestimó los recursos de reforma presentados por las víctimas. Ahora, los jueces del tribunal provincial concluyen en un auto que la intimidad se vio comprometida, por lo que decretan que se investigue "sobre quién y cómo realizó las grabaciones", así como para "determinar el lugar concreto y la forma en la que fueron colocados los elementos de grabación", los cuales considera que fueron ubicados en lugares "insidiosos".

Una pesadilla que comenzó en verano de 2020

En el verano de 2020, un centenar de mujeres descubrieron que su cara y sus partes íntimas estaban colgadas en páginas web de contenido pornográfico. Todas ellas habían sido grabadas, sin su conocimiento ni consentimiento, mientras orinaban en la calle durante las fiestas de A Maruxaina, en la localidad lucense de San Cibrao, un año atrás. Desde entonces, sus reivindicaciones no han cesado.

Uno de los vídeos subidos por el individuo responsable de las grabaciones ocultas en las fiestas de A Maruxaina. 

Paloma Maseda, una de las víctimas que pone voz a este caso, cuenta a elcierredigital.com que se percataron de lo sucedido porque la pareja de una de las afectadas encontró un anuncio en Internet que aludía a esta romería marinera. Al pinchar sobre el enlace, este le dirigió automáticamente a una página pornográfica y allí, reconoció a vecinas, conocidas y también a su propia novia. “Fue un boca a boca, las propias víctimas nos organizamos y nos encargamos de revisar todos los vídeos que circulaban, seis grabaciones de una hora de duración cada una. Fuimos identificando a las mujeres, anotando el minuto exacto en el que aparecían sus rostros, e informándolas de lo sucedido”.

Nada más tener conocimiento de los hechos, cuenta, las más de 80 víctimas identificadas, entre las que se hallan varias menores, acudieron a los tribunales. No fue una experiencia fácil, "muchas de las víctimas son niñas y adolescentes, que se sienten avergonzadísimas. Imagínate lo que se siente, una mezcla de rabia, impotencia e indignación”. Unos sentimientos que la Justicia, hasta ahora, no ha aliviado. 

Cuando el Juzgado de Instrucción número 1 de Viveiro zanjó el caso, al considerar que las mujeres realizaron una conducta que las exponía en la calle, un ámbito público “en el que podían ser vistas por cualquier persona que por allí transitase, y es por ello que no suponen ningún ataque ni vulneración de la intimidad”,  las víctimas consideraron que la decisión del magistrado sentaba "un precedente peligroso" y otorgaba "total impunidad a los autores de las imágenes, contribuyendo a que estas personas lo sigan haciendo, no solo con mujeres adultas, sino con niñas y con menores, que es más grave".

Una de las imágenes captadas por las cámaras ocultas. 

“Ya no se trata únicamente de que tengamos razón o no, sino de identificar a la persona que lo hizo y ponerle freno tanto a ella como a las páginas que están difundiendo los vídeos y que se están lucrando con ellos”, explica Paloma que, además, reivindica una regulación que “les quite las ganas de que lo vuelvan a hacer” para que las que vienen detrás no tengan que pasar por lo mismo. “Hay cantidad de vídeos de cámaras ocultas en esas webs porno. Esto le puede pasar a cualquiera y no solo en la calle, también en gimnasios, en un probador de una tienda de lencería…” 

Investigación insuficiente 

Ahora, tras la decisión de la Audiencia Provincial de Lugo de reabrir la investigación, las víctimas esperan que las diligencias sirvan para dar con los autores de las grabaciones que, según opina Maseda, "sabían bien lo que hacían y que ese callejón era utilizado por los asistentes para orinar", ante la gran aglomeración que se produce cada año en las fiestas del pueblo y la escasez de urinarios públicos.

Además, tal y como puede verse en las grabaciones, las imágenes son de alta resolución, y el montaje, que incluye varias perspectivas, "está pensado para que se reconozcan las caras y va a por las mujeres". Sin ir más lejos, los momentos en que aparecen hombres se cortan.

Por otra parte, en sus pesquisas, las denunciantes han descubierto que uno de los vehículos que se utilizaron para ocultar las cámaras era de alquiler. “Es un hilo del que los investigadores podrían tirar ya que, además, durante las fiestas el pueblo queda cerrado al tráfico, y nadie que no sea del entorno del pueblo puede acceder”.