La Interpol, que este 2023 celebra cien años, colaboró para capturar al ya fallecido procesado que huyó de España el 26 de abril de 1994
Veintiocho años de la mediática e increíble fuga de Luis Roldán, el exdirector de la Guardia Civil

Hace 28 años, un 26 de abril de 1994, Luis Roldán, el fallecido exdirector de la Guardia Civil, desapareció del mapa cuando un juzgado de Madrid investigaba el incremento de su patrimonio personal. Al cabo de diez meses, fue localizado en Bangkok, 305 días después de su huida. Acusado de numerosos delitos de malversación y cohecho, en su búsqueda llegaron a participar unos 150 funcionarios, casi un centenar de policías de nueve países distintos, y siete agentes de la Interpol, llegando a constatar operaciones en once países de todo el mundo.

Luis Roldán.
Por aquel entonces la Organización Internacional de Policía Criminal o Policía Internacional, más conocida como Interpol, contaba con 72 años de antigüedad. Este año 2023, cuando se cumplen 28 años de la detención de unos de los fugitivos más conocidos de la historia de la democracia española, se conmemora el centenario del órgano policial.
Una fuga mediática
Luis Roldán Ibáñez fue el primer civil que dirigió la Guardia Civil. Lo hizo bajo la presidencia de Felipe González, entre octubre de 1986 y diciembre de 1993, llegando a acumular tanto poder que incluso sonaba para ministro del Interior.
A finales de 1993, el periódico Diario 16 publicó varias informaciones sobre el llamativo incremento del patrimonio de Roldán, que llegó a contar con 9 propiedades inmobiliarias a su nombre. Este descubrimiento y sus consecuencias hicieron que el Gobierno destituyera a Roldán de su cargo. La jueza Ana Ferrer inició una investigación tras presentar una denuncia José María Ruiz Mateos, que se apoyaba en recortes de prensa.
Según las investigaciones había obtenido ingresos ilícitos gracias a las comisiones cobradas por las adjudicaciones a dedo en obras en los cuarteles de la Guardia Civil, que le supusieron alrededor de 1.700 millones de pesetas (más de diez millones de euros), cantidad que no llegó a devolver.
La Comisión Parlamentaria de investigación arrancó el 28 de febrero de 1994 con el fin de indagar sobre el grave caso de corrupción en la Guardia Civil. Comparecieron numerosos testigos, entre ellos el director del CESID y algunos mandos de la Benemérita, que aseguraron no haber tenido jamás conocimiento de actividades ilegales del que fuera su director general.
Viendo que no tenía escapatoria, decidió huir del país. La fuga se produjo el 26 de abril de 1994 y supuso un verdadero escándalo para el gobierno socialista. A lo largo de diez meses, fue el hombre más buscado del país. Durante su estancia fuera de suelo español, más concreto en Francia, Interviú publicó uno de sus reportajes más recordados donde se podía ver al exdirector de la Benemérita en calzoncillos, rodeado de extraños muñecos hinchables, prostitutas y cocaína.
Tras meses escondido en un piso de París, se entregó en el aeropuerto de Bangkok (Tailandia) en febrero de 1995. En 1998 fue condenado a 28 años de cárcel, pero el Tribunal Supremo aumentó su pena a los 31 años. En 2005 pudo salir de la cárcel para ir a trabajar, con 58 años. Nada más firmar su semilibertad, Roldán tuvo que pasar cinco años acudiendo al Centro de Inserción Social (CIS) "Las trece rosas" a dormir.
Luis Roldán, el primer civil que dirigió la Guardia Civil, fue finalmente condenado, tras un juicio que duró dos años, a 31 años de prisión por cohecho, falsedad en documento mercantil, malversación de caudales públicos, estafa y delito contra la Hacienda Pública, tras apropiarse de más de 10 millones de euros gracias a las concesiones "a dedo" de obras en cuarteles. De ese dinero, no le quedó nada. Se lo llevó, supuestamente, su examigo e intermediario Francisco Paesa, aunque nunca hubo una investigación oficial al respecto.
La famosa huida de Roldán llegó a ser la base de una película titulada 'Paesa, el hombre de las mil caras', donde se contaba su fuga y posterior entrega en Bangkok, capital de Tailandia, en 1995.
Problemas de salud y muerte de Roldán
Según el informe médico de Instituciones Penitenciarias, Luis Roldán, que salió de la prisión abulense de Brieva un 19 de marzo de 2010, padecía por entonces “hipertensión arterial, rinitis alérgica, dispepsia ulcerosa, fractura de cabeza radial izquierda, ansiedad y depresión”.
Un historial clínico muy completo. Fue en 1996 cuando comenzó con sintomatología depresiva, que le supuso largos períodos de tratamiento antidepresivo que ya a partir del año 2000 se hicieron continuados, presentando desde esas fechas, periódicas crisis agudas de disminución de estado de ánimo, tristeza, ansiedad e insomnio. Esta situación le hizo necesitar de un seguimiento en las consultas externas de psiquiatría, diagnosticándole los médicos del Hospital Psiquiátrico de Ávila "un cuadro ansioso-depresivo reactivo a su situación vital actual”.
En abril de 1998 sufrió una caída que fue la causa de la fractura radial izquierda, requiriendo inmovilización durante tres semanas y posterior tratamiento rehabilitador. También durante sus primeros meses de ingreso en la prisión de Brieva (Ávila), necesitó tratamiento hipnótico.
Durante sus 15 años prisión, los últimos cinco en régimen de semilibertad, Roldán sufrió frecuentes infecciones de las vías respiratorias altas, sobre todo, rinitis aguda. Era un hecho que ya en su infancia padeció, con continuas rinitis alérgicas y nefritis. Asimismo, en su periodo penitenciario fue tratado con antagonistas-H2 y antiácidos por padecer dispepsia ulcerosa. También tenía un "temblor fino de reposo", especialmente marcado en extremidad superior izquierda. En su día los médicos de la Unidad de Salud Mental de la Junta de Castilla y León le diagnosticaron “trastorno mixto ansioso-depresivo F.41.2”, y le obligaron a un lavado intestinal de diez días.
Finalmente, el que fue director de la Guardia Civil entre los años 1986 y 1993, Luis Roldán Ibáñez, fallecía en el Hospital San Juan de Dios de Zaragoza el 24 de marzo de 2022. Tenía 78 años.
Los inicios de la Interpol
La Interpol —órgano que colaboró en la detención de Luis Roldán— se creó en 1923, cumpliendo este año 100 años de su fundación. Pasó de ser un grupo de 20 representantes nacionales, a contar con miembros de prácticamente todos los países del mundo. Reconocida como la organización policial más grande del mundo, actualmente cuenta con 195 países miembros, entre ellos, España.
Su orígenes están marcados en un contexto de postguerra afectado por la agitación geopolítica y la creciente preocupación de la delincuencia internacional. Asimismo, los representantes fundadores convinieron que solo a través de la colaboración podrían permitir a la policía combatir los peligros relacionados con la delincuencia transnacional.
Durante el Congreso de Viena, convocado expresamente por los mandos policiales, se establecieron los principios que fundarían y guiarían la labor de la Interpol. Estos son: centrarse en herramientas prácticas para ayudar a los organismos encargados de la aplicación de la ley a combatir la delincuencia más allá de sus fronteras y comprometerse con la neutralidad.

Sede de Interpol
Una de sus funciones principales es la de promover el intercambio de información acerca de fugitivos y llevarlos ante la justicia en el país en el que cometieron un delito. Bajo estas premisas, estuvieron implicados siete agentes de la Interpol en la búsqueda de Luis Roldán, quienes trabajaron con la Policía Nacional Española para dar con su paradero.