25 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

La exmano derecha de Gallardón y Cifuentes pierde influencia tras ser apartada del departamento de Comunicación de la Federación Española de Fútbol

Marisa González pierde su poder después de 32 años tras la 'patada hacia arriba' de Rubiales

/ Marisa González
Marisa González ha sido cesada como directora del departamento de Comunicación de la la Real Federación Española de Fútbol que preside Luis Rubiales. La que fuera mano derecha de Alberto Gallardón y Cristina Cifuentes en la Comunidad de Madrid ha recibido una 'patada hacia arriba' tras ser nombrada nueva responsable de la Responsabilidad Social Corporativa de la RFEF y dejar su puesto de jefa de comunicación que alcanzó en la primavera de 2018.

Se suele denominar 'patada hacia arriba' al nombramiento en un puesto confortable pero inofensivo de una persona que comienza a ser incómoda en las organizaciones. Es el caso de Marisa González, la que fuera sombra de Alberto Ruiz-Gallardón y Cristina Cifuentes durante los 29 años que trabajó para el Partido Popular y que, desde finales de la primavera de 2018, tras llegar al cargo el exjugador Luis Rubiales, fue jefa de Comunicación de la Real Federación Española de Fútbol

Rubiales, que la fichó como antídoto a la crisis reputacional que sufría la Federación de Fútbol tras el escándalo de presunta corrupción de su expresidente Ángel María Villar, ha decidido ahora renovar la RFEF para desgracia de Marisa González y también del ex árbitro Carlos Velasco Carballo, que se marcha a la UEFA tras haber tutelado el VAR. Los dos han recibido críticas a lo largo de estos años y, en concreto, Carballo ha dejado sitio al frente del mando del arbitraje a una persona que, según fuentes federativas consultadas por este medio, "será más porosa a las sugerencias de la cúpula empresarial que dirige a los equipos de fútbol español", como es el ex árbitro Luis Medina Cantalejo.

En esta renovación (para muchos "una explosión controlada"), Marisa González asume ahora en la RFEF el cargo de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), que es el compromiso de empresas y organismos con asuntos medioambientales o sociales. Es decir, un cargo bien pagado pero sin influencia.

Esta área, la RSC, nació en la Federación Española de Fútbol a inicios de 2019 con la intención de desarrollar "iniciativas en beneficio de los aficionados del fútbol y de la sociedad en general". "Sus retos prioritarios son fomentar la transparencia y el buen gobierno corporativo, promover estrategias de igualdad y no discriminación, y apostar por una sociedad inclusiva e integradora a través del deporte", decía la RFEF.

Luis Rubiales, impulsor de esta nueva área, aseguró que con ella pretendían "avanzar en responsabilidad social dentro del mundo del fútbol, contribuir a lo establecido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, y apoyar la agenda española de cooperación internacional a través del fútbol como mejor enseña de la Marca España".

Ahora, Marisa González se supone pasa a fomentar "el buen gobierno y la transparencia, la acción social, la sostenibilidad medioambiental, la defensa de los derechos humanos, la comunicación responsable y otros aspectos sociales como la formación y educación, el fomento de la no discriminación o la diversidad e igualdad", tras 32 años de influencia en el poder político español, en concreto, en la Comunidad de Madrid. 

Tres años y medio de fútbol

Marisa González firmó por la RFEF antes de la Eurocopa 2018. La periodista toreó la destitución de Julen Lopetegui (que había fichado por el Real Madrid) apenas un mes después de haber intentado capear el temporal que se llevó por delante a Cristina Cifuentes.

Primero, con periodismo: la expresidenta había aprobado un máster con las notas falsificadas. "Esto no hay Marisa que lo arregle, Cristina", le decía la periodista Luz Sanchis en Twitter. Y poco después, con guerra sucia: un vídeo robando cremas.

Esta pieza audiovisual suponía el final de la trayectoria política con Marisa González, pretendida hace dos años por Vox. La periodista rechazó el envite quizás por las dificultades que entrañaba repetir su especialidad: crear figuras progresistas en el PP, véase Gallardón en su etapa madrileña y Cifuentes.

32 años de poder

La historia de Marisa González, una 'influencer' del poder político, se remonta a cuando fue nombrada jefa de prensa del Partido Popular en la Asamblea de Madrid, es decir allá cuando la formación política conservadores ejercía de oposición por el año de 1989. Fue en este breve periodo cuando conoció a Alberto Ruiz-Gallardón, el político del PP que se la llevó al Senado para encargarse del departamento de prensa entre 1991 y 1995.

           Marisa González y Cifuentes. 

Aquel año de 1995 Alberto Ruíz-Gallardón logró alcanzar la presidencia de la Comunidad de Madrid, y Marisa González fue nombrada directora de Medios, es decir, el poder total, hasta que en 2003 este políticos logró la alcaldía de la ciudad de Madrid y se fue como su jefa de prensa. Esta relación, en teoría acabó en 2011 con el salto estatal del dirigente popular, que rompió amarras con su antiguo equipo y se convirtió en el ministro del Gobierno conservador de Mariano Rajoy

Marisa González se quedó compuesta y sin jefe, pero en 2012 una casi desconocida Cristina Cifuentes, que se abría paso en la política madrileña, llamó a su puerta. La que fuera presidenta de la Comunidad de Madrid la mantuvo en el cargo hasta su dimisión. Fue entonces cuando Luis Rubiales, como nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol, la nombró en la primavera de 2018 responsable de comunicación. Pero ahora  Rubiales ha decidido elegir a un nuevo responsable de comunicación, después de que Marisa González haya surfeado sus polémicas, como la decisión de la RFEF de llevarse la Supercopa de España a un régimen criticado como Arabia Saudí o su juicio contra su exarquitecta por una supuesta deuda de su casa o su guerra abierta contra Javier Tebas, el mandatario de LaLiga de Fútbol Profesional.

Muchas sombras persiguen al actual presidente de la RFEF Luis Rubiales, de quien el periodista José Ramón de la Morena reconocía haber ayudado antes de darse cuenta de que "es un farsante embaucador que va a hacer bueno a Villar. Debería mirar dónde y cómo ha acabado Villar. Rubiales es un personaje que el fútbol debe temer".

El presidente de la RFEF, con un sueldo que ronda los 350.000 euros anuales y disfruta de un lujoso ático recién adquirido en la calle Ferraz de Madrid, que ronda los dos millones de euros, ha decidido ahora cambiar el paso y sacar a Marisa González del tablero, una persona a la que los periodistas deportivos señalaban como "un pez fuera del agua". 

COMPARTIR: