28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

La disolución de la banda terrorista que atemorizó a España entró en vigor oficialmente el día 24 de marzo de 2006

Diecisiete años del 'alto al fuego' de ETA: Hasta 169 miembros siguen encarcelados

La banda terrorista puso fin a su actividad tras 43 años de terror. Y ahora se cumplen 17 años desde que la organización finalizara completamente su actividad terrorista. Actualmente, todavía hay 169 presos de ETA cumpliendo condena en las cárceles españolas. Por otra parte, este año 2023 finaliza el proceso de dispersión y alejamiento de los presos de la banda. Euskadi finalmente vive una normalidad en la calle y la política.

El 22 de marzo de 2006, ETA (‘Euskadi Ta Askatasuna', que significa 'País Vasco y libertad') declaró un ‘alto el fuego permanente’, que finalmente entró en vigor a las cero horas del 24 de marzo de ese mismo año. Han pasado 17 años desde que la organización terrorista ETA anunciara su cese mediante un comunicado remitido a través de la televisión pública vasca (EITB). 

El anuncio se producía tras casi tres años sin víctimas mortales por parte de ETA, no obstante, la banda terrorista no había abandonado del todo su actividad. En los meses anteriores al mensaje, la banda había estado principalmente activa colocando artefactos explosivos de pequeña potencia. 

Hasta la fecha, ETA llegó a anunciar al menos en diez ocasiones el cese de sus acciones violentas. De entre ellas, cabe destacar la tregua que entró en vigor el 18 de septiembre de 1998, la primera anunciada como un “alto el fuego general”. Sin embargo, finalizó 14 meses más tarde con el asesinato del teniente coronel Pedro Blanco en la ciudad de Madrid.  

En el comunicado definitivo, la banda terrorista expresaba que su objetivo principal era “impulsar un proceso democrático en Euskal Herria para construir un nuevo marco en el que sean reconocidos los derechos" del pueblo vasco y asegurar "de cara al futuro la posibilidad de desarrollo de todas las opciones políticas", proceso en el cual "los ciudadanos vascos deben tener la palabra y la decisión sobre su futuro". 

Manifestación en contra de ETA

Desde el primer asesinato reivindicado por la organización terrorista, el 2 de junio de 1968, con la muerte del Guardia Civil José Antonio Pardines, hasta su última víctima, el 16 de marzo del 2010 con el asesinato del gendarme francés Jean-Serge Nérin, ETA llegó a asesinar a 854 personas en más de 3.500 atentados y dejó alrededor de 7.000 víctimas

La mayoría de su actividad fue realizada en el País Vasco. Diecisiete años después del fin del terrorismo de ETA, Euskadi vive finalmente con una normalidad en la calle y en la política. Los atentados y amenazas han desaparecido, existe un gran reconocimiento a las víctimas, el rechazo a la violencia es muy elevado, el clima político se ha distendido y los debates identitarios se han eclipsado por los problemas ciudadanos. 

El año 2023 coincide con el fin de la dispersión y el alejamiento de los presos de ETA, una política penitenciaria que se inició a finales de la década de los 80 y que consistía en separar a los presos de la banda en distintas cárceles, llegando, en muchas ocasiones, a enviarlos a cumplir condena a prisiones a cientos de kilómetros de sus casas o de donde cometieron los delitos. 

Todavía hay hoy 169 presos pertenecientes a la banda terrorista en las cárceles españolas. De todos ellos, solo 16 siguen cumpliendo condena fuera de Euskadi, y de esos 16, nueve están en Navarra, en la cárcel de Pamplona. Es decir, la dispersión está llegando a su fin después de haber marcado durante muchos años gran parte del relato dentro de este conflicto. 

Desde los años 90 todos los gobiernos se han cerciorado de trasladar presos de ETA a cárceles del País Vasco, pero el proceso se ha visto acelerado en los últimos años. La dispersión evitaba que ciertas personas pertenecientes a la organización pudieran hacer presión sobre decisiones individuales del resto de prisioneros. 

Sin embargo, desde el año 2021 las competencias de las prisiones vascas están en manos del gobierno vasco. Esto ha provocado críticas reiteradas desde distintos sectores, pues hay una creencia colectiva de que en la cárceles vascas los presos de ETA se pueden ver beneficiados en el cumplimiento de sus condenas.

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