26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Los especialistas las catalogan como un grave problema de salud pública y tres de cada diez pacientes atendidos por VIH en España lo han practicado

Vuelven las "Chemsex" a España, las peligrosas fiestas que mezclan el sexo y las drogas

El "chemsex” se trata de un tipo particular de consumo sexualizado de sustancias vinculado a la cultura sexual gay, que se caracteriza especialmente por ser un consumo de drogas con fines sexuales, dando lugar a largas sesiones de sexo que pueden prolongarse durante horas, o incluso varios días. La utilización de sustancias facilita o potencia las relaciones sexuales con el objetivo final de desinhibir a la persona. Ahora vuelven a ponerse de moda.

Según un estudio realizado por 22 hospitales de la Comunidad de Madrid, el perfil de los usuarios que acuden a una "chemsex" suele corresponder con personas jóvenes, alrededor de los 35 años, universitarios hasta en un 69 % de las ocasiones y con ingresos mensuales que superan los mil euros.

A pesar de que no existen datos oficiales sobre cómo la pandemia ha podido afectar a la realización de este tipo de prácticas de riesgo, Alba Alonso, psicóloga y sexóloga, ha asegurado, en declaraciones a la agencia EFE, que "esta crisis sanitaria no solo ha modificado los patrones de consumo, sino que además lo ha disparado".

Alonso, que trabaja con la ONG Imagina Más que defiende la igualdad, la salud sexual y la diversidad, ha explicado que antes de la pandemia estos encuentros "se centraban en los fines de semana pero ahora muchos usuarios nos cuentan que tienen ese consumo también entre semana", un cambio de modelo causado por los meses de confinamiento.

El año pasado dicha organización atendió 515 sesiones a causa de estas prácticas y aunque en 2021 todavía no han recopilado datos, aseguran que las cifras están aumentando de manera alarmante. 

Según declaró Jesús Troya, médico especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Infanta Leonor de Madrid, este tipo de reuniones en los que se mezcla sexo y drogas se siguió realizando incluso en los tres primeros meses del confinamiento. “Incluso durante los primeros meses de pandemia había gente que te mandaba un correo electrónico para preguntar por la posibilidad de venir al hospital porque tenía diversas enfermedades de transmisión sexual”, aseguró.

Problema de Salud Pública

Troya afirmó que estamos ante un “problema de salud pública” debido a que "probablemente los sanitarios no hayan sabido dar la respuesta adecuada ni establecer las necesidades y las prioridades necesarias para afrontarlo". Y ahora, tras el cese del Estado de Alarma, regresan con fuerza.

Además, explicó que “esto es un problema lo suficientemente grave e importante para que haya un apoyo institucional de primera mano, como se hizo antaño con el programa de la toxicomanía por adicción a la cocaína o la heroína. Aquí hay una práctica que puede verse como un divertimento social pero que en muchas ocasiones se convierte en un problema sanitario”.

Muchos de los casos que diagnostica Troya han estado ligados a fiestas "chemsex" y la mayoría de las veces los pacientes que acuden a su consulta dan positivo en sífilis, gonorrea, clamidia, hepatitis y VIH, ya que el 90 % de estas prácticas se hacen sin preservativo.

Afirma también que el "chemsex" puede generar una dependencia muy peligrosa ya que en muchas ocasiones los pacientes acaban desestructurados, pierden el trabajo, acaban con problemas familiares, en la calle e incluso “en algunas ocasiones intentan suicidarse”.

Chemsex y el desarrollo tecnológico

Para la planificación de las "chemsex", declara un consumidor habitual de estas, se utilizan aplicaciones específicas para mantener este tipo de encuentros que facilitan muchísimo la organización. En su caso, suele quedar primero solo con el mismo chico, consumen juntos y más tarde abren una "app" para que acuda más gente.

La realización de estas "chemsex" ya no se limita a ambientes marginales, ahora la disponibilidad de aplicaciones las pone al alcance de todos y facilita la participación en este tipo de reuniones sin tener que programarlas.

Un grupo de hombres en un club de sexo de Madrid.

Fiesta Chemsex.

Según los expertos, desde 2003 el uso de drogas en el ámbito sexual ha aumentado considerablemente hasta conseguir en 2016 su punto álgido. A partir de ese momento, la práctica se ha socializado de forma más masiva a causa del fácil acceso a las aplicaciones.

“Antes estábamos acostumbrados a escuchar hablar de cuartos oscuros o saunas, ambientes más o menos sórdidos, pero ahora el desarrollo tecnológico ha permitido socializarlas, es decir, yo realizo en mi casa una reunión y basta una aplicación en la que hago una convocatoria para que varias personas vengan”, expone el Dr. Troya .

Por estos motivos subraya que la combinación de sexo, drogas y redes sociales hace necesario que se le preste una especial atención a lo que considera un grave problema de salud pública que puede estar "pasando por debajo de los radares oficiales".

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