26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

También el ADN de la joven en el coche y la localización de su móvil la noche de la muerte colocan a su amigo Óscar en el centro de la investigación

Caso Esther López: La Guardia Civil marca posibles rastros de sangre en la casa del actual sospechoso

El Cierre Digital en
/ Esther López, fallecida en Traspinedo.
La Guardia Civil trata de resolver el caso de la muerte de Esther López en Traspinedo. Los especialistas del instituto armado ya han recogido más de 500 muestras durante los registros de las viviendas de los tres investigados por el juzgado. Los nuevos posibles rastros de sangre en la casa de Óscar, amigo de Esther, el ADN de la joven en el maletero de su coche y la localización del móvil la noche de la muerte colocan al actual sospechoso en el centro de la investigación.

Los laboratorios centrales de la Guardia Civil echan humo intentando procesar y analizar los cientos de muestras que se han recogido durante los registros de los domicilios y vehículos de los tres hombres investigados por la muerte de Esther López en Traspinedo. Más de 500 muestras que se tratan con mimo para intentar encajar el rompecabezas del crimen de la joven.

Muchas de estas muestras provienen de los interminables registros en casa de Ramón, el primer sospechoso en firme de los guardias, que con el tiempo se ha ido alejando del foco de la investigación. Detenido al principio del caso, y posteriormente puesto en libertad por la poca solidez de los indicios que apuntaban en su contra, tanto Ramón como Carolo mantienen aún la condición de investigados porque todavía no se han terminado de analizar todas las muestras recogidas en su entorno. Algo que ocurre porque los investigadores del caso le han dado prioridad al análisis de las muestras recogidas en el vehículo y domicilio de Óscar, el actual principal sospechoso y tercer investigado en el caso.

Los tres hombres figuran como investigados desde los días posteriores a la desaparición de Esther pero ahora la balanza se ha inclinado casi por completo hacia el lado de Óscar. Fue el último de los tres amigos de Esther que la vio con vida cuando, según su propio testimonio, se bajó de su coche alrededor de las tres de la madrugada del día 13 de enero en las afueras de Traspinedo. Las variaciones que Óscar introdujo en sus declaraciones sobre los motivos y circunstancias por los que supuestamente Esther se bajó de su coche y se fue caminando sola por la carretera a Traspinedo, no ayudaron a despejar las sospechas en su contra. Tampoco juega a su favor que Óscar lavara el coche o se ausentara de su trabajo en las horas posteriores a la desaparición de Esther.

Los indicios que señalan al nuevo sospechoso

Sin embargo, los motivos del giro en la investigación que orientaron las sospechas hacia Óscar hay que buscarlos en la ciencia. El hallazgo del cadáver de la joven en una cuneta de Traspinedo, muy cerca de la vivienda de fin de semana en la que Óscar pasó la noche de la desaparición de Esther, marcó un antes y un después en la investigación.

Así los investigadores determinaron que Esther, teoría que hasta ahora sigue siendo válida, habría sufrido un atropello a baja velocidad con un todoterreno, muy similar al que posee el actual sospechoso. Los guardias ya habían inspeccionado ese vehículo, y finalmente llegaron los resultados del ADN que criminalística recogió del maletero del coche de Óscar. La muestra era tan minúscula que los guardias se vieron obligados a elegir entre determinar a ciencia cierta a quién pertenecía o que tipo de muestra era, saliva, sangre u otro fluido. Sólo tenía una oportunidad antes de consumir la muestra por completo. Así determinaron que el ADN del maletero del vehículo de Oscar pertenecía a Esther.

Esther López.

El otro indicio claro llegó con los informes telefónicos. Al recoger el teléfono de Esther junto a su cuerpo, a pesar de que alguien lo había limpiado por completo de huellas, los guardias dispusieron de una herramienta valiosa para determinar dónde había estado Esther antes de su muerte. Los estudios de las antenas de telefonía que sólo clarificaban que los tres sospechosos y la víctima estaban bajo el paraguas de la misma antena, fueron perfeccionándose con mediciones más concretas. Junto al teléfono móvil de Esther y sus geolocalizaciones, los investigadores han llegado a la conclusión de que los teléfonos de Óscar y Esther estaban juntos después de la hora en la que el sospechoso dijo que se marchó Esther. Tanto, que el móvil de Esther se apagó por última vez en la vivienda de Óscar.

La segunda revisión del vehículo de Óscar aportó un nuevo dato que señalaba en la misma dirección. La centralita del coche reveló una anomalía, y los guardias encontraron algo similar a una ligera hendidura o golpe en el coche. Los técnicos de Volkswagen consultados por los investigadores no creen que el coche sufriera ningún golpe o hubiera protagonizado un atropello, pero los guardias insisten y lo han desmontado por piezas para examinarlo a conciencia en sus laboratorios.

Terminan los registros 

Todas estas razones han hecho que los guardias se planten por vez primera en la vivienda que la familia de Óscar posee en el pueblo de Traspinedo, y donde supuestamente el sospechoso durmió la noche en que desapareció Esther. Han sido tres días de inspección y recogida de muestras por parte de los equipos de criminalística de la Guardia Civil y de perros especializados, antes del registro que se llevó a cabo en las últimas horas. Han sido esos perros los que han marcado el rastro de restos biológicos que podrían ser sangre en la casa y ahora tendrán que ver si pertenece a Esther.

A pesar de todo, fuentes judiciales apuntan que de momento los indicios no son determinantes y aún restan muchas lagunas en la investigación. Los guardias reconocen que aún no saben dónde se produjo exactamente el atropello de Esther, ni si fue voluntario o accidental. Los forenses creen, con dudas, que se movió el cuerpo de Esther en las primeras 20 horas después de su muerte y es obvio que alguien lo colocó en la cuneta de una forma nada natural. Y aunque los perros han marcado el rastro de Esther en la vivienda del sospechoso, los guardias siguen sin saber cuál ha podido ser la secuencia de los hechos según la hipótesis que señala a Óscar.

Lo que sí saben es que, fuera quien fuera, al atropellar a Esther le produjo una hemorragia interna y la dejó morir sin prestarle ayuda, abandonándola en aquella cuneta donde pasó semanas sin que nadie la encontrara.

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