23 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El célebre anticuario francés y gran amor de la "nietísima" de Franco murió el pasado domingo 5 de diciembre en París a los 91 años

Jean-Marie Rossi: Se va el guardián de los secretos amorosos de Carmen Martínez-Bordiú e Isabel Preysler

Jean-Marie Rossi y Carmen Martínez-Bordiú.
Jean-Marie Rossi y Carmen Martínez-Bordiú.
El anticuario francés Jean-Marie Rossi, exmarido de Carmen Martínez-Bordiú, ha fallecido a los 91 años en París, según adelantó el diario 'Le Figaro' este martes. Conocido en la prensa española como el gran amor de la "nietísima" de Francisco Franco y una de las personas más importantes de la vida de 'Carmencita', Rossi ha muerto en paz, según 'Le Figaro'. Con él también se van los secretos del inicio de la relación entre Isabel Preysler y Miguel Boyer.

El anticuario francés Jean-Marie Rossi, exmarido de Carmen Martínez-Bordiú, ha fallecido a los 91 años, según adelantó el diario Le Figaro este lunes. Conocido en la prensa española como el gran amor de la "nietísima" de Francisco Franco y una de las personas más importantes de su vida, Rossi ha muerto "en paz" y sin haber perdido sus facultades mentales, tal y como informó su familia.

Jean-Marie Rossi, considerado un hombre culto y de gran experiencia, pasó por tres matrimonios a lo largo de su vida, de los que tuvo cinco hijos. Con su primera mujer, Barbara Hottinguer, tuvo tres descendientes: Marella, Frèderic y Mathilda, que murió en un accidente con la hélice de un barco en Acapulco, en agosto de 1984. En ese mismo año se había casado con 'Carmencita', con la que había iniciado una relación sentimental a finales de la década de los 70 y con la que tuvo a su hija Cynthia (36 años). De Carmen se divorció en 1995. Con su última pareja, Marie Grimaux, compartió su vida hasta el final de sus días.

Rossi y 'Carmencita', un amor marcado por tragedias

Aunque a Rossi se le reconocía por ser "uno de los grandes anticuarios de París" y ha sido recordado como "uno de los mejores, el más conocedor, pero de los más atípicos de su época", no fue conocido en España hasta su matrimonio con Carmen Martínez-Bordiú, la nieta preferida del general Francisco Franco. Su relación con Carmen se inició cuando ésta estaba todavía casada con Alfonso de Borbón, nieto de Alfonso XIII y duque de Cádiz, primo-hermano del Rey Juan Carlos, catorce años mayor que ella. La felicidad del hogar entre Carmen y el duque de Cádiz duró poco y el matrimonio se separó oficialmente en 1979.

Carmen decidió abandonar Madrid y trasladarse a París para emprender una nueva vida junto al anticuario Jean-Marie Rossi. Esta decisión de abandonar la capital de España dejando a sus hijos al cuidado de su padre movió los cimientos franquistas, que criticaron duramente su condición materna. Según sus amigas, Carmen ha reconocido en varias ocasiones que “no ha sido un ejemplo de buena madre”.

Al fracaso de su matrimonio habría que sumar pronto una suerte de desgracias que marcarían para siempre su vida. En 1984, un trágico accidente de tráfico acabó con la vida de su primogénito, Francisco. Su otro hijo, Luis Alfonso, y el padre de éste, resultaron también heridos de gravedad en el mismo suceso. Pero la fatalidad siguió aferrada a la vida de Carmen y durante unas vacaciones junto a su segundo marido, una de las niñas gemelas de Jean-Marie Rossie, Mathilda, nacida de su matrimonio con Barbara Hottinger, murió ejercitando esquí acuático al ser alcanzada por la hélice de una embarcación. Pero desgracias no terminaron aquí sino que continuaron marcando la vida de Carmen. En 1989, su exmarido, Alfonso de Borbón, fallecía cuando esquiaba en Estados Unidos.

Carmen encauzó su vida junto a Jean-Marie Rossie, con el que tuvo una hija, Marie Cynthia, que tras licenciarse en Derecho y Criminología, decidió dedicarse a la pintura, su gran pasión. Sin embargo, el matrimonio entre Jean-Mari y Carmen tampoco funcionó. La nieta mayor de Franco dejó al anticuario francés por el arquitecto italiano Roberto Federicci, con quien convivió doce años. La relación con el italiano terminó a principios de 2005, aunque ambos continúan manteniendo una buena amistad y siguen asistiendo juntos a diversos actos sociales.

Carmen Martínez-Bordiú Franco y Jean-Marie Rossi con su hija Marie Cynthia.

Después de romper con Roberto Federicci, a Carmen se le ha relacionado con el empresario y exdeportista cántabro José Campos, catorce años menor que ella. Campos, un singular personaje, muy conocido en Santander por sus conquistas femeninas, fue un reconocido atleta y obtuvo grandes triunfos en la disciplina de salto de longitud (fue campeón absoluto de España y tres veces internacional).

No obstante, durante sus más de quince años de convivencia, Carmen Martínez-Bordiú y Jean-Marie Rossi fueron guardianes de los secretos de Isabel Preysler, la gran amiga de la nieta de Franco, que fue su celestina en los inicios de su relación clandestina en 1983 con Miguel Boyer, el entonces todopoderoso ministro de Economía y Hacienda del primer gobierno de Felipe González

La amistad de Isabel y 'Carmencita'

Durante el tiempo que Carmen y Jean-Marie vivieron juntos en París, la nieta predilecta de Franco e Isabel Preysler afianzaron su longeva amistad. Se conocieron cuando ambas tenían 18 años, cuando Preysler llegó de Filipinas y se hizo novia y posterior mujer del cantante Julio Iglesias. Las dos coincidían en el mismo círculo de amigas y amigos.

Tanto es así, que fue junto a Carmen cuando Isabel volvió a sacar del armario, por primera en España, su vieja afición de Filipinas como modelo de ropa. Así lo relataba por entonces el relevante periódico Ya: "En mayo de 1970, seis señoritas de la alta sociedad madrileña, Chata López Sáez, Marta Oswald, Mariola Martínez-Bordiú, su prima Isabel y Piluca Villoslada, y una desconocida de Filipinas, exhibieron siete vestidos en desfile, de modelos realizados con una tela denominada azul picasso, que fue presidido por la marquesa de Villaverde y su primogénita, Carmen Martínez-Bordiú".

Esa amistad continuó cuando Carmen Martínez-Bordiú y su primer marido, el duque de Cádiz, volvieron de su destino oficial en la embajada de España en Suiza y se mudaron a un piso de la calle San Francisco de Sales en el número 31 en Madrid, un inmueble en el que, un piso más arriba, vivía Isabel Preysler junto al cantante Julio Iglesias

Carmen Martínez-Bordiú e Isabel Preysler.

De la mano de la nieta preferida del General Franco, a la que incluso acompañó en alguna ocasión al Palacio de El Pardo para tomar el té con su abuela Carmen Polo y ver películas de cine antes de su estreno, se reencontró, durante las prolongadas ausencias del cantante, con los círculos elitistas que había abandonado tras su matrimonio. No era la primera vez que Isabel y Carmencita, una chica con carácter que vino al mundo solo ocho días después que la primera, compartían secretos. Se habían conocido en una fiesta de la jet set antes de casarse Isabel y, más tarde, compartieron amistades como las hermanas Belén y Carmina Ordóñez a las que veían con relativa frecuencia.

También la filipina sería invitada junto a Julio Iglesias a la boda de la nieta del Generalísimo con Alfonso de Borbón y Dampierre el 8 de marzo de 1972, en la capilla del Palacio del Pardo. Allí ocurrió una anécdota singular que ha contado en algunas ocasiones la propia Isabel Preysler. En ella quedaba de manifiesto el carácter machista del ídolo musical del franquismo: “Me acuerdo de que en la boda de Carmen Martínez-Bordiú vinieron los de Vogue Francia diciendo que querían una foto mía, y a Julio le chocó muchísimo, pues el artista de la familia era él. Yo siempre que estaba en una foto era porque estaba junto a él, pero nunca sola, por mi lado… ¿Y él te las permitió?... No, no lo permitió. Recuerdo que se le acercaron los fotógrafos y le pidieron permiso: “No, lo siento mucho”, les dijo. Yo ni pregunté el porqué. El artista de la familia soy yo, dijo. Y aunque no hay quién me diga que no a algo si de verdad me apetece, en este caso me daba exactamente igual. Julio nunca entendió la poca vanidad que yo tenía y, sin embargo, la opinión pública siempre me ha acusado de todo lo contrario”.  

Meses después, fue la nietísima, hija de Carmen Franco y del marqués de Villaverde, quien la introdujo en las clases sociales pudientes a las que Julio Iglesias no podía llegar. Y aunque España se modernizaba con la llegada de la UCD de Adolfo Suárez, con la legalización del Partido Comunista y el destape en las pantallas cinematográficas, ser nieta de Franco era la salvaguarda y contraseña en un poder establecido, todavía bien unido a la figura del recién fallecido Generalísimo.

Además, la transición política parecía abrir muchas posibilidades de lucimiento a las amistades de los miembros de la Casa Real, entre los que se encontraba Alfonso de Borbón, primo del Rey de España, por entonces aún casado con Carmen Martínez-Bordiú, una mujer ajena a su tiempo y a su familia. Fue Carmencita la primera mujer que le abrió los ojos a Isabel, que le impulsó a dar ese gran paso rompiendo con los ideales de integridad espiritual. Isabel Preysler todavía estaba encorsetada en unos principios católicos tradicionales y no aceptaba en principio una solución de divorcio, una palabra aún maldita en esa España de finales de los años setenta y recién llegada a la democracia.

Pero además, sabía que su familia, que le había inculcado una severa educación tradicional para ser la perfecta mujer casada, no admitiría su drástica solución y sería para ellos una afrenta grave. Sin embargo, Isabel se había vuelto a reencontrar consigo misma, con su espíritu de libertad, su carácter independiente que desde pequeña le había dominado. Y lo disfrutaba en sus salidas y viajes relámpago con Carmen Martínez-Bordiú a, por ejemplo, Nueva York, donde visitaban tiendas y discotecas sin saberse vigiladas.

Las escapadas 'secretas' de Isabel y Miguel



Lo mismo sucedió con las supuestas escapadas a París de Isabel Preysler con Miguel Boyer en 1983, a raíz de las que se conoció el romance. Sirvieron también para estar cerca de su íntima amiga, Carmen Martínez-Bordiú, que fue, junto a Rossi, el guardián de sus secretos.

La ciudad del Sena, donde vivía la nieta de Franco, fue elegida por Isabel y Miguel como el mejor de los refugios posibles, lejos de las miradas indiscretas y de los flashes de los paparazzis. Isabel tenía la excusa perfecta ante su entonces marido, Carlos Falcó, el marqués de Griñón. Ir de compras, visitar a su exvecina de piso y, al mismo tiempo, perfeccionar, en teoría, su francés. 

Isabel Preysler y Miguel Boyer.

Isabel y Miguel se permitían pasear con tranquilidad por el Sena, salir a cenar a Maxims e ir a la histórica brasserie de la Coupole, en pleno corazón del bohemio distrito de Montparnasse. O reunirse con los amigos del marido de Carmencita, el anticuario Jean Marie Rossi, en el Quartière Latine.

Hay una anécdota que hoy todavía se cuenta por los cenáculos madrileños. Ocurrió en el aeropuerto internacional parisino de Charles de Gaulle, cuando el que fue ministro español de Asuntos Exteriores, el socialista Fernando Morán, una persona con gran sentido del humor, descendió de la escalerilla del Boing 747 de Iberia que le traía de Madrid a París. Tras saludar a las personalidades que fueron a recibirle, realizó de inmediato un recorrido visual de derecha a izquierda, y al no divisar la pieza preguntó en voz alta: “¿Han llegado ya Boyer y la China?”. Los gestos de sorpresa y las caras de estupor de los allí presentes fueron manifiestos, a pesar de que casi todos los miembros del ejecutivo de Felipe González conocían ya los avatares amorosos del compañero Miguel.

A raíz de esos comentarios, las revistas del corazón comenzaron a hablar, ya sin ningún tipo de censura, del idilio que ambos mantenían. Isabel Preysler tuvo que aguantar una lluvia de fotógrafos y se convirtió en portada de varias revistas. 

Sin embargo, durante todos estos años, Carmencita y Jean Mari-Rossie, siguieron manteniendo un silencio sepulcral sobre lo que sucedió esos años entre Isabel y Miguel en la capital del Sena. Con la muerte del anticuario, se va el guardián de muchos secretos que sacudieron la vida social, política y económica de la España más reciente.

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