El Ayuntamiento de Zaragoza cambiará el nombre del Parque Che Guevara

En 2019 inició su mandato en la ciudad de Zaragoza el representante del Partido Popular, Jorge Azcón. Poco tiempo después de su llegada al poder, se aprobó una moción con los votos del PP, Cs y Vox para conformar una comisión técnica que estudiase el cambio del nombre del Parque Che Guevara. Sin embargo, esta comisión no se creó en ningún momento ni se creará ahora, pues la vicealcaldesa de Zaragoza lo ha negado.

El grupo municipal de Vox presionó al Ayuntamiento para que llevase a cabo este compromiso de hace dos años. La paralización, extendida en el tiempo, de este procedimiento provocó que su grupo amenazase con la retirada de los apoyos en el siguiente mandato. Estas presiones surtieron efecto y el pasado 25 de junio, la vicealcaldesa de Zaragoza aseguró que se llevará a cabo la retirada del nombre del Che Guevara del parque del Actur. A pesar de esto, todavía no hay una fecha marcada para efectuar el cambio.

Esta facilidad mostrada -sin estudios previos- para el cambio de nombre del parque Che Guevara choca con las iniciativas presentadas y ejecutadas para retirar los nombres de personajes franquistas de las calles zaragozanas. Zaragoza en Común, durante su mandato, la Fundación 14 de abril y la Diputación General de Aragón impulsaron los procedimientos de retirada. El Grupo de Trabajo de la Memoria Histórica de Zaragoza ha estado evaluando cada uno de los casos desde su creación en 2020.

Este ente está conformado por representantes de todos los grupos municipales y es de carácter consultivo. Las decisiones relacionadas con el cambio o retirada del nombre de una calle dependen únicamente del consistorio de Zaragoza. Actualmente, hay catorce expedientes estudiados con respecto a la memoria histórica de nombres de personas relacionadas con el franquismo. De todos ellos, se resignificarán las calles Agustina Simón, enfermera carlista, y Pedro Lázaro, soldado del bando nacional. La medida consistirá en la colocación de carteles que contextualicen la vida de estos personajes.

Las calles Gonzalo Calamita y Miguel Allué Salvador, dos personas relacionados con la educación franquista, también se encuentran en procedimiento administrativo para su retirada. Estas dos, junto con las anteriores, fueron propuestas por la Dirección General de Aragón que en 2018 aprobó la Ley de Memoria Democrática. El consistorio zaragozano, por lo tanto, cumple con estas iniciativas de la DGA, mientras que los cambios propuestos por otras instituciones son desoídos basándose en un vacío legal y en que el mantenimiento de ese nombre no va en contra de la ley. De esta manera, los nombres de la calle Juan José Bosch, primer alcalde franquista, o Mariano Horno, último alcalde de la dictadura, no serán cambiados.

La Gran Vía de Don Santiago Ramón y Cajal

El Ayuntamiento de Zaragoza aprobó el pasado mes de mayo el renombramiento de la Gran Vía de la ciudad. Santiago Ramón y Cajal será honrado por ser el científico aragonés más universal, ganador incluso del premio Nobel de Medicina en el año 1906. La propuesta de incluir el nombre del científico para la Gran Vía fue de la sociedad civil pero todos los grupos políticos han apoyado esta idea del pueblo zaragozano.

Con el sí del pleno ya conseguido, la intención del consistorio zaragozano es inaugurar el cambio de nombre de la Gran Vía en el 2022. De esta manera, coincidirá con el 170 aniversario del nacimiento del científico aragonés y el centenario de su jubilación. Ramón y Cajal ya tiene otra calle en Zaragoza, pero no supone un impedimento pues se puede compartir nombre siempre que tengan denominación diferente, como es el caso. Una es calle y la otra es vía.

La Gran Vía de Zaragoza se apellidará Ramón y Cajal a partir de 2022

Pero esta no ha sido la única defensa de la figura de Ramón y Cajal por parte de la ciudad de Zaragoza. El Ministerio de Ciencia e Innovación presentó en el mes de junio su intención de eliminar los nombres asociados a los galardones nacionales de investigación. Entre todos estos premios se encuentra el Premio Nacional de Biología, denominado Premio Nacional Santiago Ramón y Cajal. La noticia de la retirada de las denominaciones a los premios provocó una marea de críticas.

Entre estas críticas se encontraba la del gobierno aragonés, lade la Universidad de Zaragoza y la de todas las fuerzas políticas de la comunidad autónoma. Estas opiniones contrarias, unidas a las de los representantes de otros territorios españoles, provocaron que tres días después de la propuesta, el Ministerio de Ciencia e Innovación se viera obligado a dar marcha atrás. Los premios nacionales de investigación seguirán denominándose con nombres de personalidades históricas españolas.