25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Los seis hijos varones se encuentran ya cumpliendo condena en la cárcel de Aranjuez por insolvencia punible

Septiembre negro para los Ruiz-Mateos: Son acusados de estafar 14 millones de euros en Mallorca

Los seis hijos de Ruiz-Mateos en el anterior juicio.
Los seis hijos de Ruiz-Mateos en el anterior juicio.
Los seis hijos varones del clan Ruiz-Mateos volverán este mes de septiembre a enfrentarse a los Tribunales de Justicia por la querella interpuesta por un empresario mallorquín que los acusa de estafa al adeudarle unos 14 millones de euros por la compra del hotel Eurocalas. Las acusaciones piden seis años de cárcel, que se sumaría a la condena de dos años y medio que actualmente cumplen en la cárcel Aranjuez los seis hermanos por unos hechos similares.

El mes de septiembre llega agitado para la familia Ruiz Mateos. Los seis hijos varones del fallecido empresario Ruiz Mateos deberán abandonar la prisión de Aranjuez, en Madrid, donde cumplen condena desde el pasado mes de mayo o prestar declaración por videoconferencia durante el próximo mes de septiembre. Todos los varones de la saga ya fueron condenados a dos años y medio de prisión por insolvencia punible en la venta de unos hoteles en Mallorca y Canarias. Ahora se enfrentan a una petición fiscal de 6 años por unos hechos similares.

Zoilo, José María, Pablo, Álvaro, Francisco Javier y Alfonso tendrán que volver a Mallorca, aunque sea sólo judicialmente hablando, ya que los seis junto a su primo y un colaborador de los negocios serán juzgado en Palma, acusados de una estafa por valor de catorce millones de euros en la compra del hotel Eurocalas, situado en Calas de Mallorca. La acusación ha pedido para todos penas de seis años de cárcel.

La querella fue puesta hace ocho años por el empresario Francisco Miralles, titular de Inversiones Grupo Miralles, que vendió a Nueva Rumasa el hotel Eurocalas en mayo del 2006. La familia pactó entonces la compra del establecimiento a plazos, mediante una serie de pagarés, que en principio se abonaron, hasta que dejaron de pagar.

El Grupo Miralles formalizó la venta a Calwell del 99,99% del capital social de Bastimentero, entidad propietaria del Hotel Eurocalas, por 23,67 millones de euros. Como representantes de Calwell constaban Zoilo Pazos Jiménez -sobrino del patriarca de Nueva Rumasa y por tanto, primo del resto de imputados- y el empresario Nicolás Faure. Del importe total, se pagaron 789.028 euros y se acordó el pago aplazado de lo restantes 22,88 millones de euros a través de pagarés con vencimientos mensuales y con la garantía y el aval de la sociedad Montumo, así como de José María Ruiz-Mateos y todos sus hijos varones con avales personales hasta la suma de 24 millones de euros. El patriarca de la familia incluso llegó a declarar en los juzgados de Palma, antes de su muerte, sobre este tema, echándose toda la responsabilidad sobre sus espaldas.

 

Imagen promocional del hotel Eurocalas de Mallorca.

Sin embargo, la acusación particular no exonera de responsabilidad a ninguno de los hijos, ya que "todos ellos avalaron con evidente mala fe, aprovechándose de su acreditada solvencia de cara a la galería gracias al nombre de Nueva Rumasa, puesto que ninguno de ellos ni tenía ni tiene activo alguno a su nombre, al menos en España, y tampoco lo tenía la entidad Montumo", según contó el Diario de Mallorca.

Los pagarés se fueron haciendo efectivos hasta el verano de 2010  que se dejó de pagar. En enero de 2011, "dados los problemas de cumplir el calendario de pagos", ambas partes acordaron rebajar las cuotas mensuales a la mitad durante un periodo de dos años y sustituir el aval de Montumo por los avales de Clesa, que en abril de 2011 presentó concurso de acreedores, lo que, a juicio de la acusación particular, "demuestra nuevamente el engaño por parte de los deudores".

En la querella, redactada por la abogada Isabel Fluxá, se detalla que faltan por pagar 12,81 millones de euros, que sumados intereses y actas de Hacienda ascenderían a 13.93 millones de euros. En el auto de procesamiento, la jueza María Pascual, sobre quien recayó la causa, observó también "indicios racionales de una gestión desleal" por parte de los acusados, calificando, de hecho, su forma de actuar de "proceder habitual" y aseverando que los Ruiz-Mateos no tenían patrimonio ni activo alguno con el que responder, por lo que "eran perfectamente sabedores de que no podrían restituir el hotel Eurocalas en las condiciones fijadas".

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