28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Los Reyes acudieron al funeral de Pilar de Borbón y no saludaron a las hermanas del monarca las Infantas Elena y Cristina

Felipe VI cumple cincuenta y dos años en un clima de calma tensa con el Gobierno de Sánchez y con problemas familiares

Felipe VI.
Felipe VI.
El Rey Felipe VI cumple 52 años, es su cuarto cumpleaños sentado en el trono de España, desde que en junio de 2014 sucediera a su padre Juan Carlos I. Es un aniversario marcado por las tensiones políticas con el nuevo gobierno de Pedro Sánchez en coalición con Unidas Podemos, un partido político caracterizado por su confrontación con la institución monárquica. También las tensiones familiares amargan el cumpleaños del Rey.

El cincuenta y dos cumpleaños, el quinto que celebra Felipe VI sentado en el trono. Según la web de Zarzuela los Reyes no tienen agenda oficial para ese día. Su siguiente evento está fechado para el viernes 31 de enero en el que recibirán a las Selecciones Nacionales Femenina y Másculina de Waterpolo, campeona y subcampeona de Europa 2020, respectivamente. 

La selección femenina se ha proclamado campeona de Europa por segunda vez en su historia, tras imponerse a la selección de Rusia en Budapest. Las españolas consiguieron alzarse con su séptima medalla desde 2012. Por su parte, La selección masculina no pudo alzarse con el campeonato de Europa tras ser derrotada en la final por Hungría.

Este aniversario llega en un momento complicado para la Casa Real, aunque es cierto que ninguno lo ha sido para Letizia y Felipe desde que tomaron el relevo de Juan Carlos I y Sofía. La inestabilidad política les ha acompañado desde que llegaron a la Jefatura del Estado. “Existe una idea, acentuada por su entorno más cercano de que están solos y que forman un equipo que tiene que remar con tino en aguas revueltas”, asegura a Elcierredigital.com una veterana periodista acostumbrada a seguir el día a día de Zarzuela.

 Las tensiones familiares

El advenimiento de Felipe VI al trono llegó en un momento complicado para la Institución. La abdicación de su padre y su llegada al trono era una manera de salvar la Corona. A partir de ese momento el nuevo rey se rodeó de nuevos nombres y apartó a todas aquellas personas que recordaban al reinado de su padre. Un gesto que recuerda a los inicios de su padre en los que intentaba huir de la sombra de Franco, el hombre que le nombró rey.

Felipe VI ha decido recortar la familia real en su núcleo: su mujer, sus hijas y su madre. 

Esta ‘limpieza’ afectó también a la familia. El monarca tuvo claro que uno de los motivos que llevaron a salir a su padre de la Jefatura del Estado fue el escándalo Nòos, que acabó con los huesos de su cuñado Iñaki Urdangarin en la prisión de Brieva (Ávila) y, sobre todo, por la presencia como imputada de la Infanta Cristina. La sociedad reclamaba un gesto y Felipe VI apartó a su hermana y a sus sobrinos de la corte. Esto generó por su lado una serie de desavenencias familiares que aún no se han aclarado y que de vez en cuando se recrudecen en público como la pasada pascua en Palma de Mallorca.

Para muchos, la gran perjudicada es la Infanta Elena. “Durante años la palabra Infanta siempre ha ido el plural. Hablar de una era hablar de las dos y claro eso le ha perjudicado injustamente. Las hijas de los Reyes son aún pequeñas para viajar solas. Por eso, a nivel de actos de Estado, es completamnete absurdo e ineficiente que no se la use más. Es una señora con experiencia y que cuando acude a distintos eventos cumple eficazmente su papel de representar a España”, explica a elcierredigital.com un habitual de los círculos diplomáticos.

“A nivel privado sí que han recurrido más a ella, para representar a la familia. Pasó cuando murió la Duquesa de Alba. Los Reyes no acudieron, en una falta de respeto gravísima, y Elena fue y cumplió con dignidad regia. Pero, por ejemplo, en algunas bodas de los Grimaldi recientes no ha ido nadie de la familia y ella podría haberlo hecho bien. Estos actos privados luego sirven mucho a nivel diplomático” añaden las fuentes consultadas.

El funeral por la memoria de la Infanta Pilar que tuvo lugar en El Escorial el 29 de enero se evidenció esta tensión cuando los Reyes se acercaron a saludar a la Princesa Beatriz de Holanda, haciendo caso omiso a sus hermanas Elena y Cristina, sentadas junto a la que fuera Reina de los Países Bajos.

Infanta Elena.

Felipe VI ha querido enfatizar la familia real nuclear. Junto a su esposa la Reina Letizia, sus hijas Leonor y Sofía y, cada vez más puntualmente, la reina emérita doña Sofía. Paralelo al asentamiento del reinado de Felipe, hemos asistido a la caída cada vez más en desgracia del rey emérito.

La falta de sintonía entre Moncloa y Zarzuela

La situación política tampoco es propicia a la figura del monarca. El gobierno de coalición entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no ha gustado especialmente al monarca que tuvo su punto álgido en el discurso del 3 de octubre de 2017, dos días después del referéndum ilegal para la secesión en Cataluña.

La unidad de España se ha convertido en leit motiv del reinado de Felipe VI. La asistencia de la Reina Letizia hace unas semanas a un acto de la Cruz Roja sobre la violencia de género no contó con la presencia de la Ministra de Igualdad, Irene Montero, pareja además del Vicepresidente Pablo Iglesias. La revista Pronto se hacía eco esta semana de la presunta mala relación entre la Reina Letizia y los ministros de Unidas Podemos.

Sin embargo, las relaciones entre Sánchez y el Rey son correctas, aunque sin la corriente de afectividad que tuvo su padre con Felipe González y Adolfo Suárez. “Felipe VI aún no ha encontrado a su ‘primer ministro’ como su padre. Con Pedro Sánchez tiene todas las precauciones del mundo, pero tampoco perdonó a Mariano Rajoy que en 2015 no aceptar someterse a una votación de investidura porque sabía que no reunía los apoyos necesarios. Nunca antes un presidente se había negado a la petición de un monarca de acudir a intentar formar gobierno”, remata la periodista citada.

La Reina Lezia rodeada de Margarita Robles, Pedro Sánchez y Fernando Grande-Marlaska. / Bernardo Paz

El monarca ha conseguido transitar con éxito por las aguas procelosas de la política, pero sobre Palacio también se ciernen nubes que amenazan con descargar, como asuntos del pasado de Juan Carlos I, movimientos en la sombra del excomisario Villarejo o las amenazas veladas de Iñaki Urdangarin. El monarca llega a los cincuenta y dos años con muchos problemas que hacen de Felipe VI un hombre experto para moverse en las ambigüedades de la política.

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