19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Salió en un avión civil tras el enfado de exteriores porque la aeronave era la misma que el gobierno argelino había usado para su ingreso en Logroño

Así fue la operación de repatriación de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, desde España a Argelia

Exclusiva Ghali abandonó España durante la madrugada del martes.
Ghali abandonó España durante la madrugada del martes.
La salida del líder del Frente Polisario de España en la madrugada del dos de junio sigue, a día de hoy, dando que hablar. Brahim Ghali tenía libertad de movimientos después de que el juez Santiago Pedraz rechazara por segunda vez retenerle en el país, razón ante la cual el Gobierno de Pedro Sánchez habría pactado junto con Argelia la repatriación instantes después de finalizar su comparecencia ante la Audiencia Nacional.

La salida del líder del Frente Polisario de España en la madrugada del pasado dos de junio no suavizó entonces el conflicto con Marruecos, que admitía de manera explícita que el verdadero origen de la crisis diplomática con el Gobierno obedecía a su postura sobre el Sáhara Occidental.

El Ministerio de Exteriores, que intentó en todo momento mantener la discreción para solventar el asunto, habría tramitado junto con Argelia la repatriación del histórico dirigente saharaui, toda vez finalizara su comparecencia ante la Audiencia Nacional. Una marcha de la que el Frente Polisario no tendría constancia y que, según apuntan fuentes conocedoras de los hechos a elcierredigital.com, se habría acordado después de la decisión tomada por el juez Santiago Pedraz de no imponerle medidas cautelares a Brahim Ghali.

La comitiva de Brahim Ghali momentos antes de abandonar España. 

Las mismas fuentes indican, además, que precisamente el hermetismo del Gobierno de Pedro Sánchez en la gestión de la crisis diplomática habría provocado que le fuera denegado el acceso al espacio aéreo español a un avión argelino que en la tarde del 31 de mayo se vio obligado a dar la vuelta cuando ya sobrevolaba aguas del Mediterráneo.

La aeronave, un Gulfstream IV birreactor que se emplea habitualmente para el traslado de autoridades y perteneciente a la fuerza Aérea argelina, partió en la mañana del 31 de mayo desde el aeropuerto de Boufarik. No obstante, al llegar a Formentera, dio media vuelta para regresar al mismo aeródromo desde el que emprendió su viaje, después de tan solo 51 minutos de recorrido y sin haber recogido al líder del Frente Polisario, tal y como estaba previsto. En referencia a este incidente, el por entonces ministro Ábalos indicó que el aeródromo de Agoncillo, a pocos kilómetros de Logroño, no tenía capacidad técnica para permitir el aterrizaje del avión, aunque más tarde el propio Ejecutivo socialista reconoció que el freno se produjo porque aún no había finalizado la comparecencia ante el juez.

En concreto, la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, señaló que “no había lugar a que hubiera ningún avión esperando a nadie salvo en el momento que ha terminado su comparecencia ante la justicia”. Sin embargo, fuentes cercanas a los hechos indican a elcierredigital.com que la negativa de acceso respondería más bien a criterios diplomáticos del propio Gobierno, tales como que la nave era la misma con la que el líder polisario habría ingresado al país, razón por la cual, y ante la discreción requerida, se habría solicitado su reemplazo por una aeronave civil. Algo que sucedió horas más tarde, cuando llegó al aeropuerto de Pamplona un aeronave de una compañía privada francesa, con sede en Burdeos, que fue la que repatrió finalmente al líder del Frente Polisario a Argelia.

Ruta del avión argelino cuyo aterrizaje no se autorizó. 

Por su parte, Abdulah Arabi, delegado del Frente Polisario en España, justificó la marcha de Ghali por la "clara intención de Marruecos de intentar instrumentalizar la presencia del presidente saharaui en España por razones humanitarias".

Cerca de las 01:30 horas del dos de junio, Ghali salía del país y, según Asuntos Exteriores del Gobierno de España, “las autoridades marroquíes, a través de los cauces diplomáticos” fueron debidamente informadas.

Comparecencia desde el hospital y sin transcripción oficial 

El histórico dirigente saharaui Brahim Ghali tenía libertad de movimientos después de que el juez Santiago Pedraz rechazara por segunda vez retenerle en el país. El magistrado sólo había acordado, a petición de la Fiscalía, que el líder polisario facilitara un teléfono y un domicilio en España para poder localizarle.

De este modo rechazó la retirada del pasaporte, así como su ingreso en prisión, como pedía una de las acusaciones particulares. Como puede leerse en el auto de la causa, “el informe de las acusaciones (que además, en una de ellas, su poder ha sido cuestionado) no ha suministrado elementos siquiera indiciarios (las declaraciones de los testigos en la causa no tienen prueba corroborativa y de ellas no se sigue una participación en los hechos del investigado), que avalen la existencia de motivos bastantes para creerle responsable de delito alguno; no bastando, por obvio, para acordar medidas cautelares personales el indicar que el Sr. Ghali entró en España ilícitamente”.

A este respecto, fuentes conocedoras de los hechos señalan que el líder polisario habría ingresado en el hospital de Logroño bajo una identidad falsa a petición gubernamental, y a fin de garantizar su seguridad. De hecho, el complejo sanitario en el que ha permanecido ingresado  desde el pasado 18 de abril se encontraba protegido bajo un amplio dispositivo de protección, en el que Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado desempeñaron una extraordinaria labor de vigilancia. 

El líder saharaui declaró ante la Audiencia Nacional por videoconferencia desde su habitación del hospital y, debido a su delicado estado de salud, su comparecencia tuvo que ser paralizada en varias ocasiones para ser atendido por el personal sanitario del complejo hospitalario. De la cita ante la Justicia no existen transcripciones oficiales aunque sí se ha documentado en vídeo y audio. En este sentido, fuentes judiciales indicaron que la declaración de Brahim Ghali “ha sido convincente y no ha dudado en contestar a todas las preguntas que se le han manifestado”. 

Por ello, a pesar de presuntas injerencias judiciales internacionales, tal y como apuntan fuentes conocedoras de este caso, el juez Pedraz estaría estudiando la posibilidad de sobreseer el caso, "ante la falta de pruebas concluyentes que certifiquen la participación de Ghali de los hechos que se le acusan". 

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