23 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La vista oral para el recurso de apelación de la defensa del monarca español en Londres se ha visto aplazada por la enfermedad de uno de los jueces

El juicio interminable del Emérito: Se alarga el tiempo para que Juan Carlos I llegue a un acuerdo con Corinna

El Cierre Digital en Juan Carlos I.
Juan Carlos I.
La vista oral para aceptar o denegar el recurso de apelación de la defensa de Juan Carlos I ante el auto emitido por Matthew Nicklin ha sido pospuesta por la enfermedad de uno de los magistrados. Aún no hay fecha para conocer si los abogados del exmonarca podrán recurrir el auto que indicaba que el Emérito no tiene inmunidad en Reino Unido porque los hechos que se juzgan, denunciados por Corinna Larsen, eran de carácter personal y tuvieron lugar cuando él ya no era jefe de Estado.

Las causas judiciales abiertas del Emérito parecen no llegar a su fin. Concretamente, la que abrió Corinna Larsen al demandar al exmonarca el pasado 2020 ante el Tribunal Superior de Londres por la presunta “vigilancia ilegal” que sufrió por parte de los servicios secretos españoles y supuestamente ordenada por Juan Carlos I. Dos años después de la denuncia, tenía lugar una vista oral para que los magistrados aceptaran o denegaran el recurso de apelación interpuesto por la defensa del Emérito. Sin embargo, ha sido aplazada debido a la enfermedad de uno de los jueces que debía acudir a la audiencia.

La vista oral estaba prevista para el pasado 11 de julio en la sala número 71 del Tribunal de Apelación de Londres a las 14.00. Su nueva fecha está aún por determinar, lo que da tiempo extra, como ya informó elcierredigital.com, para que los abogados de Juan Carlos I y los de Corinna Larsen lleguen a un acuerdo extrajudicial que les permita evitar el juicio.

Mientras tanto, la defensa queda a la espera de recibir una nueva fecha para la vista. En ella, podrían recibir el visto bueno para recurrir, con lo que iniciarían un proceso judicial en el Tribunal de Apelación de Londres.

Matthew Nicklin.

El recurso fue interpuesto contra el auto emitido en marzo por el juez Matthew Nicklin, presidente de la Queen’s Bench Division, una de las cuatro secciones del Tribunal Superior de Inglaterra. En dicho auto se afirmaba que Juan Carlos I no tenía inmunidad debido a que los hechos que se juzgaban tenían un carácter personal, no “de Estado”. Además, debido a la abdicación del monarca en 2014 —que hizo que dejase de ser jefe de Estado—, la justicia británica se consideraba competente para juzgarlo.

La denuncia de Corinna Larsen al emérito

Corinna Larsen denunció el pasado 2020 al emérito por acoso, un presunto delito que en España se llevaría por la vía penal, mientras que en Reino Unido —país que lleva la causa—, se lleva por la vía civil.

La demanda llevada a cabo por la empresaria alemana acusaba a Juan Carlos I y al Centro Nacional de Inteligencia (dirigido entonces por el general Félix Sanz Roldán) de haberla acosado desde el año 2012 hasta el año 2020. Entre los presuntos hechos que denunció ante la justicia británica se encontraban entradas en su propiedad, vigilancias ilegales y la organización de una campaña difamatoria contra su figura.

Según recogió la demanda, el presunto acoso tuvo lugar debido a una donación que el exmonarca le proporcionó a la empresaria alemana de unos 65 millones de euros en el año 2012. Una donación que Larsen afirmaba que había sido un regalo, mientras que el emérito le habría pedido, supuestamente, que se lo devolviera o “pusiera a su disposición”. Ante su negativa, Juan Carlos I la habría acusado de robo y habría comenzado el supuesto acoso.

Sin embargo, el exmonarca no es el único que aparece reflejado en el escrito, ya que también acusa al exdirector del CNI Félix Sanz Roldán de haberla llegado a amenazar de muerte en Londres.

Corinna Larsen.

Otra de las presuntas amenazas de muerte que habría recibido le habría llegado a su casa de Mónaco, en la forma de un libro titulado Princess Diana. The hidden evidence: how M16 and the CIA were involved in the death of Princess Diana, en el que se relataba cómo murió la princesa Diana.

Diana y su pareja de aquel entonces, murieron en un accidente de tráfico en 1997 que, para muchos, fue un homicidio. Mohammed Al-Fayed, padre del hombre fallecido, llegó a acusar a los servicios británicos de haber perpetuado el presunto homicidio.

Con estos elementos, Larsen afirmaba que su demanda se apoyaba en el miedo que sintió ante tales amenazas. Sin embargo, el desprestigio que podría haber sufrido en sus relaciones laborales, así como el móvil del acoso —el dinero—, podrían implicar un presunto motivo económico.

La relación de Corinna y Juan Carlos I

Don Juan Carlos y la princesa Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, de 58 años, se conocieron durante una cacería en Ciudad Real en 2004. Ella nació en la localidad de Frankfurt, Alemania, y su apellido de soltera era Larsen. Aunque aún no se había divorciado de su segundo marido —el príncipe Johann Casimir Zu Sayn-Wittgenstein—, el matrimonio ya hacía vida separada.

Desde ese momento, mantendría una estrecha y larga relación con el rey. Una que parece que se desarrolló como una auténtica montaña rusa. Al menos dos veces Corinna quiso romper con don Juan Carlos por no tolerar supuestamente las infidelidades del monarca. En 2009 vivieron la época más intensa de su relación, viéndose con frecuencia hasta 2012. Uno de sus lugares de encuentro habituales era un dúplex situado en el complejo de lujo Domaine Rochegrise en Los Alpes, que después vendió Corinna en 2013.

La cacería de Botsuana, el principio del fin

En este dúplex en Suiza, según las fuentes consultadas por elcierredigital.com, don Juan Carlos pasó allí casi una semana en febrero de 2012 coincidiendo con el décimo cumpleaños del hijo pequeño de Corinna, Alexander. Fue durante esa estancia cuando Juan Carlos se comprometió con el niño a llevarlo a su primera cacería en África, en Botsuana. Promesa que llevó a cabo en abril de 2012, sin saber que ese sería el principio del fin. Fue después de la cacería de Botsuana cuando Corinna volvió a Mónaco.

El Emérito junto al director de Rann Safaris. en la famosa cacería de Botsuana.

Por otra parte, su presencia en una cacería cuando el país no pasaba por un buen momento hizo que la opinión pública se abalanzara sobre el monarca, que tuvo que entonar el mea culpa. Según conocidos miembros de la nobleza consultados por elcierredigital.com, "don Juan Carlos se volvió loco y no le importaba ya nada”.

Tras intentar mantener una relación con aparente disimulo, el monarca, según conocidos monárquicos, "quiso acabar de golpe con esa pantomima, divorciarse de doña Sofía y casarse con Corinna", siguiendo el ejemplo de Carlos de Inglaterra años atrás.

Pero este hecho no se produjo por dos razones. Por un lado, la propia Corinna no quiso, según fuentes próximas a ella. Prefería ser “reina en la sombra” antes que exponerse directamente a la opinión pública. Por otro lado, fue determinante el papel de uno de los amigos más fieles del rey Juan Carlos, el general del CNI, Félix Sanz Roldán. El exjefe de los servicios secretos españoles visitó a la princesa consorte en Londres en junio del 2012, en el hotel Connaugth, para pedirle que, por el bien de España, terminara con la relación que mantenía con el Rey y se apartara definitivamente de él.

Debido a la intervención de miembros del CNI y del propio acoso que sufrió por parte del emérito después del suceso de Botsuana, Larsen decidió denunciarle en Suiza y Reino Unido, donde se está llevando actualmente la causa que ha sido aplazada.

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