29 de marzo de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

El volcado de los móviles de los implicados en el brutal crimen ha proporcionado nueva carga probatoria

Detenido otro de los presuntos asesinos directos de Samuel en A Coruña

El Cierre Digital en Samuel Luiz
Samuel Luiz
El volcado de los móviles de los implicados en el brutal crimen de Samuel Luiz en La Coruña ha proporcionado nueva carga probatoria para detener a una séptima persona. Se trata de uno de los principales sospechosos, un varón vecino de la Coruña de más de 20 años de edad, e integrante destacado del grupo al que pertenecían los supuestos autores del asesinato. El titular del Juzgado de Instrucción número 8 de A Coruña ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza para este joven.

No es ni un cómplice, ni supuestamente colaboró o participó de forma periférica en los hechos. La policía acusa de forma directa al séptimo detenido por el crimen de Samuel de ser uno de los principales participantes en la muerte de la víctima, el joven es presuntamente para los investigadores “uno de los asesinos directos de Samuel”, y en esa condición lo han pasado a disposición del juzgado número 8 de La Coruña que investiga la agresión.

Se trata de un joven de más de 20 años, vecino de Coruña y miembro destacado del grupo al que pertenecen los presuntos agresores de Samuel. Los especialistas de la Brigada de la Policía Judicial de Coruña le consideraban desde el principio como uno de los principales sospechosos, sin embargo los policías no tenían a su juicio suficiente carga probatoria para detenerle en los primeros compases del caso. Ha sido tras analizar detalladamente el volcado de la información que contenían los teléfonos móviles de todos los implicados en el caso, cuando han dado con argumentos para completar la investigación sobre el sospechoso y ejecutar su detención. Esos datos de las conversaciones y posicionamientos de los teléfonos son los que han terminado, a juicio de los investigadores, por señalar al presunto sospechoso como uno de los que golpearon con más saña a Samuel hasta quitarle la vida.

El titular del Juzgado de Instrucción número 8 de A Coruña ha decretado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para este joven, quien, tras pasar a disposición judicial este miércoles por la mañana, se acogió a su derecho a no declarar. En el auto en el que decreta el ingreso en prisión del sospechoso, el juez afirma que existe riego de fuga.

El juez amplía su petición a Estados Unidos

Sin embargo, hay otra serie de mensajes en las redes sociales que borraron los supuestos asesinos de Samuel y otros implicados en el caso, que dependen de la entrega por parte de las autoridades estadounidenses. En ese sentido, no se trata de que las autoridades de ese país americano se hayan negado a proporcionar los datos que pide la investigación judicial del caso y ésta haya vuelto a repetir la petición.

Samuel. 

En realidad, se trata de ampliar la comisión rogatoria a Estados Unidos para atender las peticiones del fiscal estadounidense al objeto de reunir la mayor cantidad de argumentos para exigir a las compañías de EEUU la entrega de la información que solicita el juzgado del caso Samuel. Es la forma de agilizar el trabajo de los enlaces entre las administraciones judiciales de ambos países.

A punto de finalizar la investigación policial

La detención en las últimas hora de este vecino de La Coruña suma ya la cantidad de siete arrestados por la paliza que le costó la vida a Samuel Luiz la madrugada del pasado tres de julio en el paseo marítimo de Riazor. Tres de ellos, mayores de edad, Kaio, Yumba y Diego, están en prisión provisional. Otros dos menores están ingresados en centros de internamiento, y una joven mayor de edad, Katerine, está en libertad bajo la condición de investigada en el caso.

Durante estos meses de trabajo frenético la Brigada de Policía Judicial de Coruña ha interrogado a más de 40 testigos y ha sido capaz de reunir pruebas directas de la participación de varios de los acusados. Así la policía recogió en el rostro de la víctima, en su ropa y zapatos, ADN que identificó sin lugar a dudas como perteneciente a varios de los agresores. Igualmente los investigadores hallaron y confirmaron las huellas de uno de los acusados en los cristales rotos de la botella con la que agredieron por la espalda y en la cabeza a Samuel Luiz cuando corría en un intento desesperado de salvar su vida. No sólo se trata de las pruebas directas, también cuentan los indicios como los posicionamientos de los móviles, los mensajes telefónicos y las conversaciones de tinte homófobo que han confesado varios testigos de los hechos. Igualmente, más de una decena de testigos presenciales e implicados, señalan directamente a los tres encarcelados por la muerte de Samuel y al último detenido en la tarde de ayer.

Todo esto deja la investigación según fuentes judiciales “en el final del principio de la investigación” refiriéndose a que el trabajo policial ya está a punto de finalizar, los investigadores no prevén más detenidos y toda la información está en manos de la autoridad judicial que investiga.

El delito de odio en manos de la investigación judicial

Respecto a si los agresores de Samuel actuaron movidos por la homofobia y el odio al diferente, la investigación policial ya aportó al juez un informe con una serie de indicadores sin pronunciarse definitivamente al respecto. Esos indicadores se resumen prácticamente en dos: el insulto homófobo previo al inicio de la paliza brutal y los comentarios homófobos que hicieron los agresores ante varios testigos cuando se reagruparon en un parque tras el crimen.

“No se conocían antes, pero los testigos hablan de esos indicadores homófobos y así lo hemos reseñado” apuntan desde la investigación. La policía da por probado ese insulto homófobo previo al comienzo de la agresión a Samuel y también los comentarios posteriores de los presuntos asesinos, aunque los agentes no lo relacionan directamente con el móvil del crimen ya que según la investigación la agresión arrancó cuando los agresores creyeron que la víctima les estaba grabando. Los investigadores dejan en las manos de la fiscalía y de la jueza la decisión de llevar hasta el final la acusación de asesinato con el agravante de odio que podría sumar cinco años más de cárcel a otros 25 por asesinato. Si algo tiene claro la policía es que se trata de un asesinato y no un homicidio, especialmente por aplastante superioridad de los agresores contra una víctima indefensa.

COMPARTIR: