18 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La Fiscalía pide cuatro años y medio de prisión por malversación de caudales públicos para ella y otros cuatro acusados

Marina Castaño echó al gerente de la Fundación Camilo J. Cela por 150.000 euros "para sanear" la institución

Marina Castaño junto a Tomás Cavanna, durante el juicio.
Marina Castaño junto a Tomás Cavanna, durante el juicio.
Marina Castaño, viuda de Camilo José Cela, dijo el lunes durante la primera sesión del juicio que se sigue contra ella por malversación, que la decisión de despedir al gerente de la Fundación Cela, Tomás Cavanna, se hizo para "sanear" la institución y entregarla en mejores condiciones a la Xunta de Galicia y por eso pagó 150.000 euros de indemnización al despedido.

La viuda de Camilo José Cela, Marina Castaño, ha alegado que el despido de Tomás Cavanna, director gerente de la fundación que lleva el nombre del premio Nobel, fue una decisión de ella enmarcada en su "intención" de entregarla a la Xunta con "un saneamiento importante" y ante la merma de ingresos y dificultades económicas que tenía.

Así lo defendió el lunes 1 de abril durante el interrogatorio al que se enfrentó en la primera sesión del juicio que se celebra en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña contra ella, el que era el gerente, el exconselleiro de Manuel Fraga, Dositeo Rodríguez, y su hija, Covadonga Rodríguez. En el juicio se dirimirá si la indemnización de 150.000 euros a Tomás Cavanna por su salida de la fundación fue pactada y simuló un despido en 2010.

Marina Castaño señaló a los "contables", cuyos nombres y número no supo precisar alegando que habían pasado diez años, como responsables de fijar la cuantía para la marcha de Tomás Cavanna.

Dositeo Rodríguez, exconselleiro de la Xunta de Galicia.

La declaración de Marina Castaño, la primera investigada en hacerlo, comenzó tras dirimirse las cuestiones plenas, en las que el Tribunal rechazó anular la principal prueba por la que se ha llegado a este juicio y que fue incautada durante un registro en julio de 2012, como fueron los correos electrónicos intercambiados al respecto del despido de Cavanna.

Marina Castaño aseguró que la "fundación estaba entrando en dificultades económicas" al comenzar la crisis económica en 2007, puesto que las subvenciones privadas "eran cada vez más pequeñas o inexistentes" y sostuvo que ella incluso llegó a "anticipar dinero" para "pagar nóminas" a los empleados. También dijo que en 2009 las conversaciones con la Xunta, para entregarle la fundación, "estaban suficientemente avanzadas".

La instrucción que se llevó a cabo en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Padrón se cerró en junio de 2017, cuando se fijó la apertura de juicio oral con tribunal jurado, aunque este aspecto fue recurrido por los acusados y estimado por la instancia superior. De esta forma, la Sección Sexta de la Audiencia de A Coruña les acabó dando la razón y no se juzgará por tribunal jurado.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, los cuatro acusados, "con el concurso y participación activa de todos ellos" y "en ejecución de un plan preconcebido" para "conseguir un beneficio económico" a favor de Tomas Cavanna, "simularon un despido con intención de que a éste le fuera abonada la cantidad neta de 150.000 euros". A tal fin, prosigue la Fiscalía, Dositeo Rodríguez "se encargó de convenir con el beneficiado la mencionada cantidad concreta imputable a los fondos públicos y de que el montante total fuera asumido por la Xunta".

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