20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El policía chavista de investigación criminal revela aspectos clave de la situación político-social de su país y habla de sus nueve años en prisión

Iván Simonovis, exjefe de seguridad de Chaves: "Venezuela es un laboratorio del que solo salen cosas malas"

El Cierre Digital en
/ Iván Simonovis, exjefe de seguridad en Caracas.
El exjefe de seguridad de Caracas, Iván Simonovis, desvelaba hace unos días en elcierredigital.com la relación del régimen de Nicolás Maduro y sus conexiones en España. El que fuera secretario de Seguridad Ciudadana del Distrito Capital durante el golpe de Estado en Venezuela es uno de los presos más emblemáticos del régimen chavista. Ahora, este diario ofrece la segunda parte de la conversación con este policía venezolano sobre la situación en su país y sus días en prisión.

En una conversación con elcierredigital.com, Iván Simonovis, policía venezolano de investigación criminal, desvelaba la relación del régimen de Nicolás Maduro y sus conexiones en España. Ahora, este diario ofrece la segunda parte de su testimonio sobre la situación político-social de su país y su propia experiencia en este.

Simonovis, que nació en Caracas en 1959, ostentó el cargo de secretario de Seguridad Ciudadana del Distrito Capital durante el golpe de Estado en Venezuela y es uno de los presos más emblemáticos del régimen chavista. 

- Entra en prisión en 2004 por los hechos del 11 de abril de 2002 conocidos como la ‘masacre de Puente Llaguno’. ¿Qué fue exactamente esto?

- Ese es el nombre que le puso el régimen. No fue más que una emboscada. Hugo Chávez había tomado la industria petrolera y hasta inventó unos decretos para controlar los colegios… Decisiones propias de los dictadores. Eso causó mucha rabia a la población, que en ese momento vivía en un país absolutamente democrático y estaba acostumbrada a reclamar cualquier decisión de cualquier presidente. Es así como se organizaron diferentes manifestaciones. La del 11 de abril de 2002 tenía la finalidad de ser al este de Caracas.

Finalmente, la gente tenía mucha energía y algunos políticos hicieron la propuesta de ir a Miraflores y protestar por las decisiones que se estaban tomando. Allí estaban un grupo de adeptos al régimen con armas de fuego –que el régimen les había dado, porque no eran policías sino ciudadanos–. Algunos se situaron en una esquina del puente Llaguno, desde donde tenían la visibilidad suficiente para controlar a los manifestantes que llegaban por la calle. Eso les dio una posición estratégica y cuando les tuvieron cerca les dispararon. La Policía usó los coches antimotines para bloquear los disparos y proteger a los manifestantes. Sin embargo, fallecieron 19 personas.

Al día siguiente, cuando Hugo Chávez estuvo a cargo de los militares –entonces todavía funcionaba la justicia y se conoció la identidad de los que dispararon– los atacantes fueron detenidos. Pero cuando Chávez volvió al poder su condición cambió totalmente y les dieron la libertad. Nunca pagaron por los delitos que cometieron. Chávez montó un 'show', diciendo que los que estaban disparando contra la Policía lo hicieron en legítima defensa. No tiene forma de justificación en ningún país del mundo. Fuimos 11 policías detenidos, y tres de ellos siguen presos. Otros terminaron con cáncer terminal y les liberaron.

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Policías venezolanos entre los que se encontraba Iván Simonovis.

-¿Es cierto que cuando estuvo detenido solo vio la luz del sol 30 días durante nueve años? ¿Cuál fue su pensamiento más habitual en estos días tan complicados?

- Agradezco la fortaleza que tuve por la formación que tenía de la Policía. Los pensamientos son los de cualquier persona a la que aíslan y cercenan la libertad injustamente. Da mucha rabia e impotencia. El hecho de tener una familia e hijos – cuando me detuvieron mi hija mayor solo tenía 16 años, el varón 12 y la menor siete– fue un motor que me ayudó a tener la resistencia y actitud para afrontar lo que estaba pasando. En la cárcel pretenden quebrarte mentalmente. Yo me preparé para eso. Cada vez que me castigaban me decía a mí mismo que nadie me quebraría el ánimo y seguía adelante. Ha sido una de las experiencias más importantes de mi vida y he aprendido a ver las cosas de forma muy diferente. Agradezco todos los días desde las cosas más sencillas como levantarme hasta las más grandes.

-¿Qué opina del gobierno interino de Juan Guaidó que acaba de caer? ¿Era Guaidó el hombre adecuado para lo que no se consiguió?

- Una vez más el régimen hizo gala de su política de corrupción. Se ha dedicado a comprar individuos y voluntades. Así, importantes políticos de la oposición fueron comprados por el régimen. Hay otros que tienen intereses exclusivamente personales, solo quieren salvarse ellos, su vida y su entorno. Eso ha llevado a una descomposición dentro de la oposición. Esa descomposición se acaba de evidenciar precisamente con el desmontaje del gobierno interino. Por lo menos tenía el reconocimiento de 60 países del mundo. Permitía denunciar, decir y hablar sobre lo que estaba sucediendo en nuestro país. En Venezuela, mientras la política de la oposición no cambie y no tenga una oferta relevante y esperanzadora nada va a funcionar.

Guaidó hizo una labor importante a pesar de todo. Lo aplaudo a pesar de lo que está sucediendo. Él sigue dando la cara y sigue en el país, eso hay que reconocérselo en valentía. Lamentablemente no hay una oposición homogénea con proyecto o metas. Es dispersa y con diferentes intereses. Espero que para 2024 eso se pueda unir y se logre un proyecto de país esperanzador.

-¿Qué cree que debería hacerse para sacar a Nicolás Maduro del Gobierno de su país?

- Si fuéramos a unas elecciones y tuviéramos condiciones mínimas para elegir, te aseguro que Maduro no ganaría. Como decimos en Venezuela: “No llegaría ni detrás de la ambulancia”. El 90 por ciento de los venezolanos, incluidos policías y militares, quieren un cambio en el país. Están cansados de ser unos mendigos. Hay que recordarle a la gente que siete millones de venezolanos han salido de su país. La mayoría están distribuidos en Latinoamérica y hay una carga muy importante en España. Van buscando sobrevivir. Yo digo que en la medida en que la política de la oposición cambie, hay una posibilidad de que ganemos unas elecciones.

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El exjefe de seguridad en Caracas, Iván Simonovis.

La otra alternativa son las negociaciones. Yo he reclamado mucho el negocio pero critico el con quién. Es una situación de rehenes de militares con 20 millones de personas. Si mandas a diputados que viven en Venezuela a negociar es como negociar con el secuestrador. Es inaceptable. Yo ante esta situación diría que son con los militares. Hay que sentar a Vladimir Padrino López, a Domingo Hernández y a los que tienen el control de la fuerza armada y llegar a un acuerdo con ellos. Por conseguir la democracia yo les daría todo lo que pidiesen, incluso mirar a otro lado y perdonar a los violadores de derechos humanos. Si ese es el precio para que la gente de mi país tengan libertades y sueños, vale la pena. Sin embargo, están planteando una pantomima de negociaciones con el psicópata de Jorge Rodríguez, con otro grupo de opositores que varios de ellos hasta tienen negocios con el régimen.

-¿Y a través de otra operación Galeón? ¿Usted participó?

- Yo no tuve conocimiento de esa contratación. Nunca me dijeron nada. No sé hasta qué punto vale la pena una operación así. No tiene sentido. Una operación de ese nivel necesita una buena estructura. No tiene ninguna forma de triunfo. La experiencia como policía me dice que hay que ir con el suficiente equipo para neutralizar a los delincuentes, tienes que tener todo el tiempo todas las de ganar. Para una operación así hace falta el apoyo de muchos países, sobre todo los que afectarían a Venezuela, como puede ser Colombia.

-Leopoldo López afirmó que la oposición tiene pactos con la dictadura y que está infiltrada.

Esto es así totalmente. La estrategia del régimen siempre ha sido el dinero, dentro y fuera del país. Si lo hacen fuera, lo pueden hacer dentro.

Quisiera agregar que Venezuela es como Wuhan. Un laboratorio donde todo lo que sale de allí son cosas malas. Esta alianza que tiene Venezuela con Rusia y con China no es más que una amenaza extracontinental. EEUU muchos años operó en estas áreas de influencia, entonces la venganza de ellos es tomar el continente americano, cambiar su cultura abierta. Venezuela se ha convertido en el centro de operaciones y planificaciones para toda América. La guerra en América es de quinto grado, no de armas. Mientras la política del mundo no se dé cuenta del nivel de amenaza que representa Nicolás Maduro, no va a entender el peligro real. La empresa Intrasur iraní es una filial de una empresa con sanción por traslado de terroristas. Venezuela financia esto. Si toda esta amenaza no se solventa rápido, cuando explote va a hacer daño a mucha gente y a muchos países.

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