26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El hueso pertenece a una mujer de al menos 13 años de edad

Los restos de Siberia que evidencian el cruce entre dos especies humanas distintas hace más de 50.000 años también genera controversias

La revista 'Nature' ha publicado el análisis de un hueso encontrado en Siberia en 2012 que demuestra que neandertales y denisovanos tuvieron descendencia.

Es para muchos uno de los descubrimientos paleogenéticos más importantes de toda la década. Investigadores alemanes, del instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, ubicado en Leipzig (Alemania) han analizado recientemente un fragmento de hueso de hace más de 50.000 años y los resultados revelan que pertenece a una niña que fue hija de una neandertal y un denisovano. El cruce entre especies humanas es conocido desde hace años: Menos las poblaciones subsaharianas, todos tenemos entre un 2%-3% de genoma Neardental, lo que atestigua la mezcla entre especies. El descubrimiento que aflora ahora es un cruce de primera generación, algo único en la Historia de la Antropología humana.

Así lo recogió este pasado miércoles la revista Nature, en cuyo análisis se detalla que el pequeño fragmento de hueso de 1,5 cm, pertenece a una mujer joven."Este fragmento formaba parte de un hueso más largo y por ello podemos estimar que el individuo tenía al menos 13 años", afirmó la especialista Bence Viola, de la Universidad de Toronto (Canadá). Los investigadores la han llamado Denny.

Los denisovanos y los neandertales son los parientes extintos más cercanos a los seres humanos. Hace 400.000-500.000 años se separaron, convirtiéndose en dos especies distintas del género Homo. Los neandertales desaparecieron hace 40.000 años. Se desconoce el motivo exacto. Los denisovanos también desaparecieron, pero no se sabe cuándo. Por pruebas de ADN se conoce que ambos dejaron parte de su herencia al Homo Sapiens; así lo explica uno de los autores, Viviane Slon, ivestigadora del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania).

"Sabíamos por investigaciones previas que los neandertales y los denisovanos debían haber tenido hijos en algún momento, pero nunca pensamos que podríamos llegar a tener tanta suerte y encontrar una descendencia real de ambos grupos", afirmó Slon.

Yacimiento de Denisova

Los restos fueron encontrados en 2012 por investigadores rusos en Siberia, concretamente en la cueva Denísova (cerca de la actual frontera entre Rusia y Mongolia). El hueso se trasladó a Leipzig para ser sometido a un análisis genético, en el cual se comprobó que pertenecía a un homínido.

Según los expertos, la madre genéticamente, se aproximaba más a los neandertales de Europa occidental que a los que vivían en la cueva Denísova. Esto demuestra que los neandertales estuvieron migrando entre Eurasia occidental y oriental durante decenas de miles de años. Respecto al genoma del padre denísova, se comprobó que tenía al menos un antepasado neandertal.

Svante Pääbo, autor principal y director del departamento de Genética Evolutiva del instituto de investigación señaló lo sorprendente que era haber encontrado a esta niña neandertal-denísova: "Quizá los neandertales y los denisovanos no tuvieron muchas oportunidades para conocerse, pero cuando lo hicieron, no parecían tener prejuicios unos contra otros. Debieron de aparearse con mucha más frecuencia de lo que pensábamos, de lo contrario no hubiéramos tenido tanta suerte", añadió Pääbo.

Algunas controversias

Sin cuestionar abiertamente el resultado, muchos miembros de la comisión científica ponen peros a este estudio en varios puntos.

En primer lugar, el propio carácter del Hombre de Denisova. Una especie que sólo se atestigua por el yacimiento del mismo nombre y que no se ha encontrado en otros lugares, como si ocurre con el Neardental.

En segundo lugar, por las conclusiones, es imposible afirmar por los restos de una sola cueva que los cruzamientos eran frecuentes, especialmente si tenemos en cuenta que sí existe ADN Neardental en casi todos los humanos pero no denisovano. Un cruce entre Homo Sapiens (nuestra especie) y Neardentaal si hubiera sido más relevante.

Y en tercer lugar, la enorme competencia que existe a la hora de publicar resultados en revistas como Nature o Science. Los científicos ven como se destruye el espíritu de colaboración,  prefiriendo no divulgar y se compartir información al mundo académico y luchar por ser el primero en aparecer en unas revistas cada vez más controvertidas.

A pesar de esto, que una información científica ocupe las principales portadas a nivel mundial, no deja de ser una buena noticia.

 

 

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