25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Los científicos preocupados por la posibilidad de "resucitar" patógenos de los que no tenemos defensas

Unos gusanos congelados en Siberia vuelven a la vida 40.000 años después

Caenorhabditis elegans, de la familia de los habditidae.
Caenorhabditis elegans, de la familia de los habditidae.
Por el momento, estos organismos pluricelulares se han convertido en los más antiguos que han conseguido sobrevivir a un proceso de descongelación

Durante siglos el hombre ha estado obsesionado con encontrar el secreto de la inmortalidad. Si bien es cierto que la investigación para frenar el envejecimiento es un proceso muy largo y complejo, la ciencia ya ha hallado en estructuras de nuestro propio organismo, como los telómeros, respuestas para alargar la esperanza de vida del ser humano.

De hehco, algunas empresas ya han comenzado a ofrecer la criopreservación de cadáveres, con el fin de devolverlos a la vida cuando la ciencia haya descubierto cómo. Sin embargo, con los medios actuales sería imposible ‘resucitar’ a esas personas, aun teniendo las claves para curar aquello que les mató.

En primer lugar, los seres humanos somos bastante sensibles a la congelación, ya que los propios cristales de hielo dañan nuestros tejidos del cuerpo, dejándolos inservibles para un proceso de descongelación. Por este motivo debemos aprender de otras especies que sí son capaces de soportar este proceso, y el gusano, al ser un organismo pluricelular relativamente complejo, no está tan lejos de parecerse a nosotros.

Hasta ahora ningún ser vivo pluricelular había igualado a los gusanos que un grupo de biólogos rusos han descubierto recientemente congelados en sedimentos de permafrost de 40.000 años de antigüedad. Aunque parezca increíble, muchos de ellos lograron sobrevivir, lo que les convierte en un verdadero modelo a seguir.

El estudio ha sido publicado en Doklady Biological Sciences. Para su realización los científicos tuvieron que excavar un total de 300 muestras de permafrost, procedentes de distintas zonas del noreste de Rusia y llevarlas a su laboratorio, ubicado en Moscú, para su posterior análisis.

Cuando detectaron la presencia de gusanos congelados en las muestras, las dejaron a una temperatura de aproximadamente 20ºC durante varias semanas. Pasado este tiempo, comprobaron cómo los animales comenzaban a mostrar signos de vida.

La datación con carbono-14 demostró que varios de esos sedimentos, tenían una antigüedad de 42.000 años, concretamente los que contenían gusanos del género Plectus. El resto, del género Panagrolaimus, tampoco se quedaban atrás, con un total de 32.000 años.

Los investigadores aseguran que mantuvieron unas medidas correctas de esterilidad y que la profundidad a la que habían extraído los sedimentos concordaba con la antigüedad establecida. Sin embargo, no se ha podido descartar la posibilidad de contaminación de las muestras.

Pero todo descubrimiento tiene una cara negativa, los científicos no pueden ocultar su preocupación respecto a que del mismo modo que han sobrevivido estas especies, también puedan resucitar otros organismos patógenos que hayan permanecido en estado de letargo durante años. Y es que este es otro de los grandes peligros del cambio climático que obliga a los investigadores a permanecer bien atentos, para no tener que lamentar el despertar de otra cosa que no sea tan inofensiva como estos gusanos.

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