19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El ya exconsejero delegado anuncia su abandono voluntario del Grupo al que acecha una peligrosa situación financiera

La dimisión de Jesús Nuño agrava el conflicto interno en el Corte Inglés, junto al cierre de centros

Jesús Nuño de la Rosa en una foto corporativa.
Jesús Nuño de la Rosa en una foto corporativa.
La guerra interna por el poder en El Corte Inglés no parece terminar. Ahora abandona la nave Jesús Nuño de la Rosa, su consejero delegado y agrava la delicada situación financiera del gigante empresarial, que además ha anunciado un plan radical con plantillas bajo mínimos, cierres de centros, planes de expansión dudosos y todo con el silencio de los sindicatos.

Siete meses después de dejar la presidencia de El Corte Inglés en favor de Marta Álvarez para volver a ser uno de los dos consejeros delegados, Jesús Nuño de la Rosa ha abandonado la empresa. El grupo destaca que el acuerdo se ha llevado de forma cordial y en un clima de amistad y cordialidad.

Además, la compañía ha querido agradecer al ya ex directivo su "entrega, dedicación y lealtad en todos los cargos que ha desempeñado en el grupo a lo largo de su carrera profesional". La función como presidente acabó el pasado mes de junio, cuando el consejo de administración del grupo decidió que Marta Álvarez, una de las hijas de Isidoro, tomara las riendas del grupo.

Esta nueva decisión agrava el traumático proceso de transformación que parece atravesar El Corte Inglés y se suma a la noticia del posible cierre o reconversión de veinticinco centros de El Corte Inglés en toda España adelantada por elconfidencial.com.

La política de la reconocida cadena de distribución, ahora presidida por Marta Álvarez, lleva ya años soportando las pérdidas de muchos centros por el desprestigio que acarrea cerrar miles de metros cuadrados deficitarios. Hoy el lastre parece inasumible, más cuando pintan bastos en lo que respecta a las previsiones económicas de facturación.

La temporada navideña no ha sido buena, para todos, y las rebajas también globalmente están mostrando importantes caídas con respecto a lo facturado el año anterior. Con esta perspectiva y con una deuda que, aunque ha disminuido con respecto a otros años tras distintas desinversiones, sigue siendo muy importante, a El Corte Inglés parece que no le queda más remedio que vender o reconvertir espacios.

Muchos de estos centros que ahora se pretenden cerrar fruto de una expansión alocada desde hace quince o veinte años. Incluso, otros provenientes de la ya lejana compra de Galerías Preciados. La cuestión es hoy no solo es el cierre sino ¿Qué hacer después?

Dudas en su expansión en alimentación

La falta de rumbo claro es algo que muchos analistas critican. No hay un plan estratégico claro y se cambia muchas veces de decisión, como la anunciada salida a Bolsa que sigue posponiéndose. Una de las ideas de futuro que se ha ido plasmando, al menos se ha lanzado a los medios, es potenciar la alimentación a través de sus centros Supercor y Supercor Express (tiendas de conveniencia) que tienen una posición marginal en España en un entorno muy competitivo.

Lo peor es que la infraestructura de Supercor tampoco invita a esta posible expansión a corto plazo. Las plantillas, más que ajustadas, que incluso apenas se han reforzado en la campaña de Navidad, es difícil que soporte un crecimiento a corto plazo. No hay una plantilla profesional con experiencia que nutra parte de los nuevos establecimientos. Por eso, no es raro ver que muchas veces las zonas de productos perecederos de muchos de estos centros son cubiertas en algunos turnos por solo una persona.

De hecho, muchos de los compromisos de días libres en Navidad, de los que se jactaban haber conseguido los sindicatos mayoritarios en Supercor como son FASGA y FETICO, no se cumplieron por esa falta de personal. Con claro silencio cómplice de los representantes sindicales.

Sindicatos tildados de “cómplices”

Una de las posibles soluciones para hacer compatible la expansión en alimentación, con un cierre añadido de centros, es precisamente un traspaso y refuerzo de plantilla. Pero eso no es sencillo, en cuanto a que las empresas son distintas, aunque pertenecen al mismo Grupo, pero con convenios diferentes.

Aquí es donde la propiedad, liderada por Marta Álvarez, sí tiene un as en la manga. El tener como sindicatos mayoritarios a los nombrados FASGA y FETICO, organizaciones que a juicio de muchos trabajadores se han mostrado benévolos a las decisiones de la empresa, incluso perjudicando gravemente a los empleados, tal y como señalan muchos trabajadores. 

Sindicatos como FETICO "sacan pecho" de mejoras salariales cuando muchos trabajadores no han recuperado su poder adquisitivo tras sus cesiones en el anterior convenio

Solo hay que ver, por ejemplo como el 'sindicato' FETICO, que se autodenomina “sindicalismo moderno”, saca pecho de las subidas salariales de 2020 (especialmente en el convenio de grandes almacenes), cuando este mismo sindicato dio el visto bueno a la pérdida del cobro por antigüedad en el convenio de Supercor o a la remuneración extra que recibían por trabajar en domingos y festivos, equiparando estos días a cualquier otro laborable.

Con todo ello se ha conseguido que el trabajador del Grupo El Corte Inglés haya pasado de ser de los mejores remunerados del sector a todo lo contrario, a tener de las peores condiciones no solo económicas, también de descanso, libranzas o beneficios sociales, algo que redunda ya en las propias opiniones de sus clientes.

Una situación por el poder en El Corte Inglés que han situado al que fue el gran buque insignia de las empresas comerciales en España en una situación financiera muy delicada.

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