29 de marzo de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

Los conocidos almacenes fueron propiedad del Banco Urquijo, Rumasa, del magnate Cisneros y acabaron en manos de El Corte Inglés

Subastan el nombre Galerías Preciados: 142.800 euros es el precio de salida de la histórica marca

Una fachada de la emblemática Galerías Preciados.
Una fachada de la emblemática Galerías Preciados.
Veinticinco años después de su desaparición la marca comercial “Galerías Preciados” se ha subastado. Así lo había decidido el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Empleo y Seguridad Social que abona a los trabajadores los salarios e indemnizaciones pendientes de cobro, en los supuestos de insolvencia empresarial o concurso de acreedores del empresario. Todavía no se conoce al nuevo dueño.

Junto a la marca de uno de los grandes almacenes más importantes del país también la entidad sacaba este miércoles a subasta otras 37 marcas que provienen de la extinta Galerías Preciados . Esta decisión fue recogida en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

El mismo documento del BOE registró como precio de salida para “Galerías Preciados” la cantidad de 142.800 euros y se puede pujar desde este mismo 18 de noviembre. De esta manera, quien adquiera los derechos podrá utilizar el nombre con fines comerciales.

Pepín Fernández, fundador de Galerías Preciados.

“Galerías Preciados” es el nombre de una marca con historia dentro del mundo comercial y de los negocios. Significó todo un hito en el campo de los grandes almacenes. El empresario asturiano Pepín Fernández fundó la primera galería comercial en 1934, tras su regreso de Cuba. Un primer negocio que era la ampliación del establecimiento Sederías Carretas, ubicado en la calle Carretas de Madrid. En su creación el empresario Fernández se inspiró en el estilo de los almacenes El Encanto, que se encontraban en La Habana.

Su inauguración tuvo lugar en 1943 y rápidamente crearon varios establecimientos en toda España. Veinte años más tarde ubicaron su sede en Barcelona después de adquirir la Casa Jorba, por lo que se llamó Jorba Preciados.

A partir de entonces el negocio comienza a despuntar y en 1968 se inaugura en la plaza de Callao de Madrid su primer gran almacén. Lo que hizo convertirse a “Galerías Preciados en el primer grupo dentro del sector comercial en España después de comprar los almacenes Jorba,  la cadena Aurrerá y Galeprix.

La maniobra de Ruiz-Mateos


Pero a partir de la década de los 70 comenzó su decadencia empresarial. Un agresivo plan de crecimiento produjo que la compañía cayera en un gran endeudamiento. Por esta razón en 1979 su titularidad pasó a las manos de sus acreedores el Banco Urquijo.

Dos años después el popular empresario jerezano, Jose María Ruiz-Mateos a través de su complejo empresarial, Rumasa se hizo con un gran paquete de acciones de la entidad bancaria y con ellas adquirió y controló la cadena comercial “Galerías Preciados”. Con este movimiento Ruiz-Mateos conseguía incorporar a su holding más de 100.000 trabajadores.

Pero el gran imperio de la abeja recibe el 23 de febrero de 1983 uno de sus mayores golpes. Este día el Consejo de Ministros decreta la expropiación forzosa del holding por varios motivos que contemplaba el real Decreto Ley: En primer lugar, la reiterada falta de auditorías externas a los bancos del grupo como de sus sociedades más importantes desde el año 1978. en segundo lugar, la permanente obstrucción a la actividad inspectora del Banco de España. En tercer lugar, los desproporcionados riesgos asumidos por los bancos que financiaban internamente al grupo, con respecto de la solvencia del grupo. En cuarto lugar, la desatención a las múltiples advertencias de las autoridades monetarias a Rumasa, recomendando una política más prudente de inversiones y una desconcentración de riesgos. Y finalmente, la arriesgada espiral de adquisiciones e inversiones del grupo.

Ruiz Mateos en Galerías Preciados

Esto significó el inicio de una larga confrontación entre Ruiz-Mateos y el por entonces Ministro de Economía Miguel Boyer. No hay español que no recuerde la frase del empresario dirigida a Boyer: ¡Que te pego, leches!

La expropiación causa que las empresas integrantes en el complejo Rumasa se fueran vendiendo. En diciembre de 1984 el Gobierno, en el que se encontraba como ministro Miguel Boyer, vendió Galerías Preciados al magnate venezolano Gustavo Cisneros Rendiles. En este momento la empresa era la segunda cadena de grandes almacenes a nivel nacional. Solo le superaba El Corte Inglés. Y contaba con con una plantilla cercana a las 12.000 personas, 30 almacenes de venta al detalle repartidos por 21 ciudades españolas y 17 tiendas de pequeñas dimensiones.

La venta de la cadena comercial, por 750 millones de pesetas, a Cisneros generó un gran impacto negativo en la opinión pública de aquella época, pues el venezolano era amigo de Carlos Andrés Pérez, y del también expresidente Rómulo Betancourt, ambos grandes compañeros de Felipe González en la Internacional Socialista.

La implicación de Isabel Preysler y Miguel Boyer


El libro “Isabel y Miguel: 50 años de historia de España”, escrito por el periodista Juan Luis Galiacho explica que “la operación de compra de las galerías fue desconocida para Boyer. La adquisición se realizó a través de una empresa de la organización llamada Elingra Beeleingge Nematschaping B. V., que contaba con un capital minúsculo y estaba registrada en la ciudad holandesa de La Haya, entonces bajo régimen fiscal opaco. Todo un chollo”, recoge el libro.

Isabel y Miguel, libro de Juan Luis Galiacho.

“Cisneros supo aprovechar perfectamente la compra de Galerías Preciados, ya que tres años después, en 1987, la vendió al consorcio inmobiliario inglés Mountleigh Group PLC, presidido por Ronald Anthony Clegg, por 30.000 millones de pesetas. Además, se daba la circunstancia de que Cisneros recibió Galerías libre de cargas, totalmente saneada por el Estado, y la transfirió a los compradores ingleses con unas abultadas cargas, cercanas a los 35.000 millones de pesetas” asegura Galiacho en el libro.

Pero las mayores críticas que suscitó la venta de los grandes almacenes, y por las que el Estado percibió una generosa plusvalía, surgieron cuando el ministro de Hacienda e Isabel Preysler aceptan la invitación para pasar unos días a bordo del yate de la familia Cisneros. Días después, los rumores sobre la presunta actuación de Isabel Preysler como intermediaria en la privatización de Galerías Preciados, gracias a su amistad con el empresario venezolano Gustavo Cisneros, eran vox pópuli en todos los cenáculos madrileños. Este extremo ha sido negado siempre por la Preysler. Precisamente, el Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid archivó otra querella interpuesta por el empresario Ruiz-Mateos ante las supuestas comisiones percibidas por Isabel Preysler en la reprivatización de Galerías Preciados. Sin embargo, a pesar del archivo de todas las denuncias, la credibilidad e independencia de Miguel Boyer fue puesta en entredicho.

Gustavo Cisneros, empresario venezolano

Posteriormente tras entrar en números rojos, Mountleigh vendió la cadena en 1992 a un grupo de inversores españoles liderado por Justo López Tello, antiguo empleado de Galerías Preciados, y Fernando Sada, cuñado de Mario Conde, por 21.200 millones de pesetas. Dos años más tarde la empresa se declara en suspensión de pagos.

El 3 de julio de 1995 es la fecha más negra para la cadena que hizo historia dentro del comercio nacional. Este día cerraron todos los establecimientos y la firma El Corte Inglés hizo la absorción de Galerías. Y hoy un cuarto de siglo desde su final vuelve a estar de actualidad.

COMPARTIR: