Piqué ve esfumarse su sueño de conquistar la presidencia del Barça, mientras Shakira va a juicio

Shakira y Gerard Piqué sufren las horas más bajas de sus respectivas carreras profesionales. El tándem no gana para disgustos tras la ruptura sentimental que protagonizaron hace unos meses: la cantante se sentará en los tribunales tras la ruptura de las negociaciones entre la Fiscalía y sus abogados por presuntamente haber defraudado 14,5 millones de euros a Hacienda. Y el futbolista está sufriendo las filtraciones del 'Barçaleaks'. 

Especialmente preocupante es la situación de la colombiana, que podría enfrentarse a una pena de prisión de hasta ocho años de cárcel por la presunta comisión de seis delitos fiscales y una multa de 23,7 millones de euros. 

Shakira, según señalan fuentes judiciales, habría defraudado más de 14 millones de euros entre 2012 y 2014 al eludir el pago del IRPF y el impuesto sobre el patrimonio mediante varias sociedades radicadas en paraísos fiscales cuando residía en España. 

Sin embargo, previsiblemente Shakira no ingresará en prisión porque la Fiscalía y los acusados suelen alcanzar acuerdos para reintegrar el dinero defraudado a cambio de suprimir o reducir al mínimo las penas de cárcel. 

Eso sí, la artista pasará por la Audiencia de Barcelona aunque está calmada y ha pedido que se deje "el tema en manos de la ley, con la tranquilidad y la confianza de que la justicia le dará la razón". Shakira ha asegurado que en la Agencia Tributaria "gastan millones y pierden la mitad de sus juicios con los contribuyentes". 

Barçaleaks

La imagen idílica de Gerard Piqué que tiene la afición blaugrana se está evaporando al alimón que menguan sus posibilidades de alcanzar la presidencia culé tras retirarse como futbolista, tal y como parecía soñar. 

Shakira y Piqué. 

Las filtraciones de 'Barçaleaks' desveladas por El Mundo dejan claro que Piqué dañó al club. Un informe encargado por el expresidente Josep Maria Bartomeu cuantificó en 300.000 euros el daño que sufrió el club cuando el futbolista produjo un documental, 'La decisión', en el que Griezmann desechaba fichar por los blaugranas. 

Bartomeu no multó a Piqué, al que estuvieron mucho tiempo reclamándole los 50.000 euros que cuesta el palco privado que contrató en el Camp Nou y que era utilizado por Shakira, sus hijos y amigos de la pareja. 

El conflicto de intereses entre el dueño de la empresa Kosmo y el Barça es evidente. Pero más sangrante para el cuadro culé es el contrato que le garantizó 142 millones de euros brutos por cinco temporadas (de la 2017/18 a la 2021-22). 

Piqué pidió entonces ser el defensa central mejor pagado del mundo y lo consiguió desbancando a Sergio Ramos, que cobraba 12,5 millones netos, al conseguir un contrato que le garantizaba 15 kilos 'limpios'. Es cierto que con la llegada de la pandemia el futbolista catalán aceptó recortar su salario. 

Este scoop se une a otros que han destrozado la imagen de Piqué, que impulsó que la Supercopa de España se instalase en Arabia Saudí con una negociación con Luis Rubiales muy llamativa: "A ver, Rubi, si es un tema de dinero, si ellos por 8 irían. Hostia tío, se paga ocho al Madrid y ocho al Barça. A los otros se les paga 2 y 1… Son 19, y os quedáis la Federación seis kilos, tío. Antes de no quedaros nada, os quedáis seis kilos. Y apretamos a Arabia Saudí y a lo mejor le sacamos… le decimos que, si no, el Madrid no va… y le sacamos un palo más o dos palos más…". 

Piqué tampoco se cortaba a la hora de pedir que incluso Juan Carlos de Borbón intercediera por un evento que garantizaba cuatro millones anuales a Kosmos "Rubi, ¿crees que acercarnos al rey, al èmerit quiero decir, nos podría ayudar? Él tiene muy buena relación con la gente de allí, con los reyes o quienes sean de los saudíes". 

En el mundo futbolístico la imagen de Piqué también se ha hundido tras conocerse que le envió a Luis Rubiales un audio de Sergio Ramos, crítico con el presidente de la RFEF. 

"Cuando Rubi se presentó para la presidencia de la Federación, pues al otro (Aganzo) lo puso en la AFE. ¿Qué pasa? Que cada uno, al final, cuando se ve con cargo, en un buen cargo, y con poder, pues quiere mandar a su manera. ¿Qué pasa? Que Rubi tenía a tres o cuatro allí en la AFE que le contaban todo, aun estando Aganzo de presidente. Entonces este cogió y los echó. A partir de ahí empezó la guerra y ya pues se lo quiere cargar, porque Rubi quiere mandar en la Federación y en la AFE", señalaba el exmadridista.