
Talento sin fronteras: el teletrabajo redefine el control horario global
El 20 % del personal TI ya es talento global, triplicando la cifra desde la pandemia
La globalización del talento, conocida como borderless talent, ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en una práctica común en las empresas tecnológicas de todo el mundo. La posibilidad de contratar profesionales sin importar su ubicación geográfica ha transformado el paradigma del trabajo, impulsada por la madurez del teletrabajo y la digitalización de los procesos.
Según un estudio de Gartner citado por la CNBC, un 58 % de las organizaciones tecnológicas ya emplea talento global sin fronteras, y hasta un 19 % de sus plantillas de TI trabajan desde otros países. Esta tendencia, que ganó fuerza durante la pandemia, ha dado paso a un modelo de contratación más flexible, pero también más polémico.
¿Talento global o externalización encubierta?
Las empresas que adoptan el modelo borderless argumentan que les permite acceder a perfiles especializados difíciles de encontrar a nivel local, diversificar su equipo y ofrecer oportunidades a profesionales de todo el mundo. Sin embargo, el auge de esta práctica ha generado inquietudes entre sindicatos y expertos en derecho laboral.
Uno de los principales riesgos señalados es que algunas compañías utilizan este modelo no solo para buscar talento, sino también para beneficiarse de normativas laborales más laxas, menores costes salariales y menor protección social en otros países. Así lo han denunciado diversos medios y análisis, como los publicados por 3DJuegos, donde se documentan casos de desplazamiento de personal local a favor de contrataciones remotas en países emergentes.
El caso español: una frontera que sí importa
Ahora bien, en el caso de España, el debate adquiere una dimensión especialmente delicada. Algunas empresas creen que, por tener a sus empleados en otros países o contratar a través de plataformas internacionales, pueden operar al margen de la normativa nacional. Nada más lejos de la realidad.
Según el marco legal vigente, si una empresa desarrolla su actividad económica principal en España, ya sea ofreciendo servicios o generando ingresos en el país, debe cumplir con la legislación laboral española, independientemente del lugar desde el que trabajen sus empleados o contratistas.
Esto incluye aspectos clave como:
- Registro horario obligatorio, tal y como exige el Real Decreto-ley 8/2019.
- Derecho a la desconexión digital, recogido en el artículo 88 de la Ley Orgánica de Protección de Datos.
- Cumplimiento del Estatuto de los Trabajadores, incluso si se subcontratan servicios o se trabaja en remoto desde fuera del país.
- Obligaciones fiscales y de Seguridad Social, que no desaparecen por operar en modalidad telemática o internacional.
Además, la Inspección de Trabajo y la Agencia Tributaria están empezando a prestar atención a este tipo de estructuras, especialmente cuando existe una falsa externalización o se ocultan relaciones laborales bajo contratos mercantiles con colaboradores ubicados fuera del país.
¿Futuro sin fronteras o sin derechos?
El fenómeno del borderless talent representa una nueva realidad en el mundo del trabajo: descentralizada, diversa y dinámica. Pero también plantea un reto para el mantenimiento de los derechos laborales, la seguridad jurídica y la equidad fiscal.
Mientras los hubs tecnológicos se multiplican en lugares como Bucarest, Nairobi o Manila, y grandes plataformas globales permiten contratar en remoto con un clic, el sistema laboral español exige claridad y compromiso: globalizar el talento no significa ignorar las reglas locales.
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