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Un hombre mayor sentado en una mesa revisando documentos, con una imagen superpuesta de una mano sosteniendo billetes de euro.
ECONOMÍA

Esto que pasará con la pensión alegrará a miles de jubilados: queda poco

El futuro de las pensiones mínimas no contributivas parece prometedor, con un posible aumento que alegrará a muchos

El futuro de las pensiones mínimas no contributivas en España parece estar al borde de una transformación significativa. En los últimos años, el debate sobre la situación económica de las personas que perciben estas pensiones ha ganado fuerza, y se espera que los próximos meses traigan cambios determinantes.

La pensión mínima no contributiva se ha mantenido como una de las más bajas del sistema, situándose en torno a los 517,90 euros mensuales en 2024. Esta cifra representa poco más del 50% del Salario Mínimo Interprofesional, lo que supone un desafío para aquellos que dependen exclusivamente de esta fuente de ingresos para cubrir sus necesidades básicas.

Un nuevo horizonte para los pensionistas

Todo indica que 2025 será un año clave para los pensionistas en España, sobre todo para aquellos que reciben las pensiones más bajas. El sistema de Seguridad Social ha estado implementando reformas desde 2023. Y el objetivo de estas modificaciones es claro: mejorar las condiciones de vida de quienes dependen de las pensiones no contributivas.

Desde diversas organizaciones, como el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), se ha solicitado una revisión profunda del sistema. Una de sus principales reivindicaciones es que la pensión mínima no contributiva se eleve hasta los 825 euros mensuales. Esto supondría un respiro económico para muchos beneficiarios, incluidos aquellos con discapacidad.

Hombre mayor sonriendo con una toalla alrededor del cuello y una mano sosteniendo billetes de euro.
La buena noticia que los pensionistas llevaban tiempo esperando | A and N Photography , Getty Images de Vaksmanv, elcierredigital.com

El desafío de elevar las pensiones

El Gobierno ha dejado claro su objetivo: para 2027, las pensiones mínimas no contributivas deberían alcanzar al menos el 75% del umbral de la pobreza. Este umbral es la cifra que, según los cálculos, permite cubrir las necesidades básicas de un individuo sin caer en situaciones de precariedad económica.

La reforma de las pensiones ha sido uno de los grandes retos del sistema de Seguridad Social. No se trata solo de ajustar las cifras, sino de garantizar que las personas que han trabajado toda su vida. O que, por diversas circunstancias, no han podido cotizar lo suficiente, tengan acceso a una renta digna.

El problema radica en que la pensión mínima no contributiva se ha mantenido muy por debajo del salario mínimo. Y, en muchos casos, no permite cubrir gastos esenciales como el alquiler, la comida o los medicamentos. Esta situación ha llevado a miles de pensionistas a depender de ayudas adicionales o del apoyo de familiares para sobrevivir.

Una pareja de ancianos sonrientes sosteniendo billetes de 50 euros.
El cambio en las pensiones no contributivas que todos los jubilados esperan | Pressmaster, Welcomia

La importancia de una subida significativa

Una subida de la pensión mínima no contributiva no solo beneficiaría a quienes dependen de ella, sino que también tendría un impacto positivo en la economía en general. Las personas mayores y aquellos con menos recursos tienden a gastar la mayor parte de sus ingresos en bienes y servicios básicos. Lo que generaría un aumento en el consumo y, por tanto, en la actividad económica.

Además, elevar estas pensiones ayudaría a reducir las desigualdades sociales. Principalmente porque quienes reciben estas prestaciones son, en su mayoría, personas que han tenido menos oportunidades laborales o que han enfrentado situaciones de vulnerabilidad a lo largo de su vida.

¿Qué podemos esperar en 2025?

Aunque el objetivo es que la subida de las pensiones mínimas no contributivas se haga efectiva para 2027, 2025 será un año crucial. La evolución de la situación económica y la implementación de las reformas en curso serán determinantes. Especialmente a la hora de definir si este aumento se produce de manera gradual.

Lo que es indiscutible es que los pensionistas no contributivos han estado en el centro de la atención pública en los últimos tiempos, y sus necesidades no pueden seguir siendo ignoradas.

La esperanza es que, en los próximos años, las personas que dependen de estas pensiones puedan disfrutar de una vida más digna. Y menos marcada por la incertidumbre económica.

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