La Seguridad Social toma una decisión: lo que llega para los pensionistas en 2025

La Seguridad Social ha anunciado una serie de cambios que afectarán a los pensionistas en 2025. Estas modificaciones, que forman parte de la tercera reforma de pensiones en tres años, impactarán tanto a quienes reciben pensiones contributivas como no contributivas.

Desde el 1 de enero de 2025, las pensiones contributivas subirán un 3% para mantener el poder adquisitivo frente a la inflación. Este ajuste representa un aumento significativo en el gasto público, estimado en más de 5.000 millones de euros.

Cambios en la edad de jubilación

La edad de jubilación subirá a 66 años y 8 meses en 2025, avanzando hacia los 67 años en 2027 para cotizaciones más cortas. Este cambio responde a la necesidad de adaptar el sistema de pensiones al aumento de la esperanza de vida y garantizar su sostenibilidad.

Impacto en las pensiones no contributivas

Los beneficiarios de pensiones no contributivas también verán un incremento en sus prestaciones. Aunque el porcentaje exacto aún no se ha confirmado, se espera que estas pensiones se revaloricen en línea con las contributivas, asegurando que los pensionistas más vulnerables mantengan su poder adquisitivo.

Nuevos requisitos de cotización que ha confirmado la Seguridad Social

Para acceder al 100% de la pensión, será necesario haber cotizado al menos 37 años y 9 meses en 2025. Este requisito se incrementará progresivamente hasta alcanzar los 38 años y 6 meses en 2027. Los trabajadores con menos años cotizados podrán jubilarse a los 65 años, pero recibirán una pensión reducida proporcionalmente.

La reforma también introduce cambios en la jubilación anticipada. Los coeficientes reductores aplicables a quienes decidan retirarse antes de la edad legal se ajustarán, con el objetivo de desincentivar las jubilaciones tempranas y fomentar la prolongación de la vida laboral. Estos coeficientes variarán según el tiempo cotizado y la antelación con la que se acceda a la jubilación.

Estas medidas buscan garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones y asegurar que los beneficiarios mantengan su poder adquisitivo en un contexto económico cambiante. Es fundamental que los trabajadores y pensionistas se informen sobre cómo estos cambios pueden afectar su situación particular y planifiquen en consecuencia.