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Símbolo de euro en neón con dos flechas verdes que representan intercambio o transferencia de dinero sobre un fondo de ladrillos oscuros
ECONOMÍA

Qué es el euro digital: Las claves de este proyecto que quiebra el mercado tradicional

Esta nueva iniciativa florece ante la necesidad del BCE de ofrecer a la eurozona una forma de dinero digital y público

El dinero en efectivo podría tener los días contados o, al menos, coexistir con otras formas de pago. Desde hace varios años, el Banco Central Europeo (BCE) está estudiando la implantación del euro digital. Con esta nueva forma de pago, solo se necesitaría una aplicación móvil y algunos datos personales para realizar transacciones.

La medida llega en un momento en el que el uso del efectivo decrece de forma progresiva, principalmente en los países del norte de Europa. En España, con el sistema de Bizum cada vez menos se utilizan las monedas y billetes en físico. Ante la aparición de nuevas formas de pago digitales ideadas por entidades privadas, el BCE pretende mantener el dinero “público”.

El euro digital comparte con las criptomonedas  la cualidad digital, pero el primero no dependería de una blockchain. La principal ventaja es la rapidez de los pagos, pero también conlleva algunos inconvenientes señalados por los detractores. Entre ellos se encuentra el hecho de que no sería anónimo, ya que debe estar vinculado con ciertos datos personales del poseedor.

Persona sosteniendo un teléfono móvil que muestra una pantalla de pago de 18.00 mientras otra persona acerca una tarjeta azul para realizar el pago electrónico
Pago con el móvil | Unsplash, Sum Up

Según la presidenta del BCE, Christine Lagarde, esta nueva forma de pago no reemplazará el dinero en efectivo. El euro digital se presentó en 2023 como “una nueva forma de pagar” y en la actualidad se encuentra en fase de prueba. La fecha de su implementación depende de diversos actores implicados y unos plazos a cumplir.

Qué es el euro digital, el nuevo efectivo

Esta nueva forma de pago serviría para realizar transacciones entre personas, establecimientos y tiendas online. Su sistema sería parecido al efectivo normal: una cartera, en este caso virtual, a la que se deben realizar transferencias desde la cuenta bancaria para tener dinero. En principio la conexión sería offline, las transacciones se realizarían a través del sistema NFC de los dispositivos móviles.

La principal diferencia con otros sistemas como Bizum es que el euro digital no estaría respaldado por una entidad bancaria, sino por el BCE. Es decir, se crearía un dinero “público, pero en el mundo digital”, en palabras del vicepresidente del BCE, Luis de Guindos. Se estima que de implantarse en la eurozona, hasta  396 millones de habitantes podrían disfrutar de esta nueva forma de pago.

Hombre de traje hablando en una conferencia de prensa en una mesa azul con el logo de CEU
Luis de Guindos | Rafael Bastante / Europa Press

Por el momento, el proyecto se encuentra en la etapa de preparación, tras una fase previa de investigación. La siguiente es la de implementación, donde deben dar luz verde tanto Bruselas como el Parlamento Europeo. De aprobarse en la primera mitad de 2026, la llegada del euro digital no se terminaría de vislumbrar hasta dos años después, entre los años 2028 y 2029.

El valor de esta nueva moneda estará sujeto a variaciones y siempre valdrá lo mismo que un euro físico. Es más, en las reuniones de ahora el acuerdo se sitúa en limitar la cantidad a los 3.000 euros.

El anuncio de la medida hizo florecer las voces críticas, que principalmente apuntan a  problemas de privacidad. Concretamente, los  datos personales se verían implicados y habría un mayor control sobre las transacciones. Sin embargo, las autoridades han asegurado que con el NFC no habría control  en los intercambios de dinero y que, en aquellos que fueran en línea, los datos estarían limitados.

Cómo afectaría al plano internacional

Con este proyecto, las autoridades europeas pretenden ganar independencia frente a las grandes intermediarias americanas en los pagos. Empresas como Mastercard o Visa podrían ir perdiendo relevancia. Sin embargo, para la implementación del euro digital son cruciales los puntos de pago que estas entidades controlan.

La iniciativa aparece en medio de un contexto internacional en el que las stablecoins y el mundo cripto están a la orden del día. Con el euro digital también se podría recuperar la soberanía monetaria en la emisión de dinero por parte de las entidades públicas. Por el momento, el dinero digital emitido solo es accesible para los bancos, pero esto podría cambiar con esta nueva forma de pago.

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