Mala noticia para todos los jubilados que reciban una pensión superior a esta cuantía
Son muchos los jubilados que podrían verse enfrentados a una nueva realidad en que tendrán que pagar
Quienes reciben pensiones contributivas se sumarán a millones de ciudadanos que deben enfrentarse a la temida declaración de la Renta. El impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) es conocido por la mayoría de los trabajadores. Sin embargo, muchos desconocen su verdadero alcance y las modificaciones que pueden afectarlos con el tiempo.
Cambios fiscales, ajustes en las deducciones y nuevas normativas pueden alterar el bolsillo de cualquier contribuyente. Ahora, un nuevo grupo se suma a la lista de los afectados: los jubilados. Aunque durante años su situación fiscal se mantuvo estable, a partir de 2025, quienes reciben pensiones contributivas deberán estar atentos a las implicaciones del IRPF.
Las pensiones contributivas bajo el ojo de Hacienda
A partir de este año, la Agencia Tributaria ha reforzado su control sobre el IRPF aplicado a las pensiones contributivas. Esto se debe a una serie de ajustes que buscan equiparar el tratamiento de estas rentas con el resto de ingresos sujetos a tributación. En otras palabras, los jubilados que superen el umbral mínimo de ingresos estarán obligados a declarar y pagar los impuestos correspondientes.
Hasta ahora, muchos pensionistas quedaban exentos de realizar la declaración de la Renta debido a que sus ingresos no alcanzaban los límites establecidos. Sin embargo, con el aumento progresivo de las pensiones y la reducción de ciertos beneficios fiscales, más jubilados deberán incluir su pensión en el IRPF.
¿Cómo afecta a quienes reciben pensiones el nuevo cálculo del IRPF?
La clave está en los tramos del IRPF y en el número de pagadores. Si un pensionista recibe ingresos únicamente de la Seguridad Social y estos no superan los 22.000 € anuales, no está obligado a declarar. Si la pensión anual supera esos 22.000 €, sí debe hacer la declaración de la Renta.
Además, si percibe ingresos adicionales, como planes de pensiones privados o ingresos por alquileres, el panorama cambia y puede verse obligado a declarar cobrando mucho menos de pensión. Esto será si su pensión es de más de 15.000 € anuales.
Aquellos que tienen dos o más pagadores deben declarar y pueden verse afectados por un ajuste en la retención de IRPF. Esto es común en pensionistas que, además de su pensión de la Seguridad Social, reciben complementos de empresas privadas o de mutualidades. En estos casos, al existir varios pagadores, la Agencia Tributaria puede aplicar un ajuste en la declaración, lo que puede traducirse en un pago inesperado.
Uno de los mayores problemas que enfrentarán los jubilados es la falta de previsión en las retenciones. A diferencia de los trabajadores en activo, donde las empresas aplican retenciones mensuales, en el caso de los pensionistas, estas retenciones pueden ser menores. Lo que aumenta la posibilidad de que Hacienda reclame una cantidad mayor en la declaración anual.
Por esta razón, la Agencia Tributaria recomienda a los jubilados revisar su situación fiscal antes de que llegue el momento de presentar la declaración. En algunos casos, solicitar un ajuste en la retención mensual puede evitar sorpresas desagradables cuando llegue la hora de pagar.
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