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Hombre mayor con gafas y traje azul hablando en un podio con el logo de Sabadell y un teleprompter frente a él
ECONOMÍA

Josep Oliu prepara la victoria del Sabadell sobre el BBVA: Se espera un otoño caliente

El presidente del Banco Sabadell ha logrado el 99,6% del apoyo de sus accionistas para dificultar la OPA del BBVA

Josep Oliu (Sabadell, 1949) ha dado un golpe sobre la mesa. Bajo su liderazgo, el Banco Sabadell ha dado una respuesta contundente a la OPA hostil lanzada por BBVA.

En lugar de ceder terreno, Oliu ha fortalecido al banco con decisiones estratégicas que apuntan a consolidar su independencia. Y, sobre todo, ha conseguido un respaldo prácticamente unánime por parte de sus accionistas.

El pasado 6 de agosto, el Sabadell celebró dos juntas clave. En la primera, los accionistas aprobaron la venta de su filial británica TSB al Banco Santander por unos 3.400 millones de euros.

En la segunda, dieron luz verde al reparto de un dividendo extraordinario de 2.500 millones.

Ambas decisiones fueron apoyadas con un 99,6% de votos favorables. Más que una votación, fue un espaldarazo a la gestión de Oliu. De igual manera, a la estrategia de defensa frente al intento de compra por parte del BBVA.

Un banco que crece, con o sin OPA

Los argumentos del BBVA para justificar su oferta ya no encajan con la realidad. Sabadell no necesita ser absorbido para crecer.

Al contrario: atraviesa uno de los mejores momentos de su historia reciente. En el primer semestre de 2025 ganó 975 millones de euros.

Esto supone un 23% más que en el mismo periodo del año anterior. Su rentabilidad mejora, sus costes están bajo control y su eficiencia operativa se mantiene en niveles sólidos.

Además, el banco ha presentado un plan estratégico hasta 2027 con objetivos claros. Aspira a alcanzar un beneficio de 1.600 millones de euros anuales y una rentabilidad del 16%.

La mejora en la política de dividendos también refuerza su atractivo.  El Sabadell repartirá hasta 6.300 millones entre 2025 y 2027. Solo este año pagará 0,07€ por acción, a lo que se suma el dividendo extraordinario derivado de la venta de TSB.

Algunos vieron en la salida de TSB una pérdida de peso internacional. Pero la decisión tiene lógica financiera y estratégica, ya que dejaría al BBVA sin uno de sus mayores deseos. 

TSB suponía el 25% de los activos del grupo, pero su rentabilidad era inferior a la de la matriz. Ahora, Sabadell obtiene liquidez y mejora su posición de capital. Además, se enfoca en su mercado natural: el Estado español. 

Con la venta, se refuerzan los recursos propios y se consolida la capacidad del banco para crecer sin depender de terceros. Ese movimiento, además, permite al Sabadell afrontar nuevos retos sin cargas innecesarias. Y manda un mensaje claro al mercado: el banco está preparado para caminar solo.

La prima negativa de BBVA: un problema real

Cuando BBVA lanzó su oferta, ofrecía una prima del 30 % sobre el precio de mercado. Hoy, esa prima es negativa.

Con los niveles actuales, quien acepte la oferta pierde dinero. La prima negativa ronda el -7,4% e incluso llegó al -14,5%. Y eso sin contar el coste fiscal que tendrían muchos accionistas al acudir a la OPA.

Edificio moderno de Sabadell con ventanas azules y una gran escultura circular en el exterior rodeado de árboles sin hojas
Banco Sabadell. | EP

El componente en efectivo de 70 céntimos por acción ya no compensa. En paralelo, la acción del Sabadell se ha revalorizado un 102% desde que se conoció la operación. Actualmente cotiza incluso por encima del precio objetivo que manejan muchas casas de análisis.

Además, el dividendo extraordinario de 0,5 euros por acción representa por sí solo una rentabilidad del 15,5 %. A eso hay que sumarle el dividendo ordinario y el compromiso de repartir todo el capital que exceda del 13 % de capital CET1. Sabadell ofrece la rentabilidad por dividendo más alta de la banca española: un 7,5 % estimado para 2025.

Independencia

La defensa del Sabadell ha sido estratégica, paciente y eficaz. La venta de TSB o el dividendo extraordinario. Y también la mejora del plan estratégico.

Todo ha sido diseñado para aumentar el valor del banco y reforzar su independencia.

Además, la figura de Oliu es respetada incluso en sectores que ideológicamente no coinciden con él. Tiene el respaldo del PSOE. A pesar de que en su momento fue crítico con la irrupción de Podemos y llegó a hablar de la necesidad de crear un "Podemos de derechas", Ciudadanos.

BBVA: entre la retirada y el encarecimiento

BBVA, por su parte, atraviesa un momento complicado. La operación que debía ser la joya de la corona de Carlos Torres se ha convertido en un frente abierto.

El retraso en la presentación del folleto ante la CNMV, inicialmente previsto para julio, ahora se pospone a septiembre. Oficialmente, se habla de razones técnicas. Pero, en el fondo, el BBVA está ganando tiempo.

El folleto marcará el inicio del periodo de aceptación. Si se presenta, retirarse después tendría un coste reputacional elevado.

Por eso BBVA todavía valora su posición. Aún podría dar marcha atrás sin consecuencias legales graves. El mercado y algunos analistas ya hablan abiertamente de esa posibilidad.

Hombre de cabello oscuro con traje y corbata azul sentado en un entorno profesional
Carlos Torres. | EP

Otra opción sería subir el precio de la oferta. Tiene un margen de más de 4.000 millones para hacerlo, pero eso afectaría a su balance y podría dañar su cotización.

Además, el Gobierno ha impuesto condiciones. Si BBVA logra el control, Sabadell deberá operar como entidad separada durante al menos tres años, ampliables a cinco. Eso limita cualquier posible sinergia a corto plazo.

Una decisión política, económica y reputacional

La OPA se lanzó en pleno contexto electoral en Cataluña. Algunos interpretaron la jugada como un gesto hacia el empresariado catalán.

Pero esa lectura ha perdido fuerza. El Gobierno no apoya la operación. Moncloa mantiene una relación fría con Torres, presidente del BBVA, y ha manifestado su desacuerdo con la forma y el momento de la oferta.

Mientras tanto, el equipo directivo del Sabadell, con César González-Bueno como CEO, se ha mostrado firme.

Han criticado el precio, la lógica industrial de la operación y sus consecuencias para el banco y sus clientes. El mensaje es claro: Sabadell no está en venta. Al menos, no en estas condiciones.

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