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ECONOMÍA

Inflación, empleo y deuda, las claves del pulso económico

La recuperación económica española, en duda: inflación, empleo y consumo enfrían el optimismo de los indicadores.

La economía española vuelve a transitar por un terreno delicado. Aunque los titulares hablan de una recuperación en marcha, los datos de inflación, empleo y consumo pintan un panorama mucho más matizado.

Desde Bruselas hasta Frankfurt, los centros de poder financiero se mueven con cautela. En España, mientras tanto, los economistas miran de reojo los precios de la cesta básica, los contratos temporales del verano y el impacto real que las medidas del Banco Central Europeo tendrán en la economía doméstica.

En los hogares, la percepción de los ciudadanos no siempre acompaña al optimismo de los indicadores. Y en un año con grandes desafíos europeos e internacionales, las decisiones económicas vuelven a estar bajo el foco.

La inflación regresa al debate público

La inflación interanual en 2024 escaló hasta el 3,6%, según el INE, rompiendo la tendencia de moderación. No es una cifra descontrolada, pero sí suficiente para reactivar el debate sobre los precios y sus efectos en la economía cotidiana. Los alimentos siguen siendo el principal dolor de cabeza en muchas familias, y el coste de la energía ha vuelto a repuntar, empujado por tensiones geopolíticas y la volatilidad del crudo.

El alivio temporal de 2023 se diluye poco a poco. Con los alquileres en máximos y los carburantes fluctuando cada semana, el coste de vida se convierte de nuevo en el eje de las preocupaciones económicas.

En este escenario, consultar el calendario económico investing puede ser útil para muchos ciudadanos, medios y expertos. Permite seguir, casi en tiempo real, las fechas clave en las que se publican datos como el IPC, el PIB o las cifras de empleo, que marcan el pulso económico del país. No es solo una herramienta para expertos ya que cualquier persona interesada en entender la economía con claridad puede beneficiarse de ella.

El empleo resiste, pero no convence del todo

España ha logrado una cifra histórica de afiliación a la Seguridad Social, superando los 21 millones de personas en mayo. También se ha registrado el número más bajo de parados desde 2008, con poco más de 2,6 millones de personas desempleadas. Sin embargo, no todo es tan sólido como parece.

Gran parte del empleo creado es estacional, vinculado al sector turístico y a servicios de verano. Además, la temporalidad y la parcialidad siguen presentes en una buena parte de los nuevos contratos. La recuperación del empleo no siempre garantiza estabilidad o calidad de vida. Los datos de productividad, por ejemplo, siguen estando por debajo de la media europea, como refleja el último informe de Funcas.

A ello se suma la precariedad de algunos sectores emergentes y la incertidumbre en ramas clave como la construcción o la industria, donde el impacto del encarecimiento de materiales aún no se ha absorbido del todo.

El BCE toma la delantera, la FED aguarda

En un movimiento esperado, pero no exento de debate, el Banco Central Europeo decidió recortar los tipos de interés en junio por primera vez en años. El recorte de 25 puntos básicos busca estimular el crédito y dar oxígeno a las economías más dependientes del consumo, como la española. Sin embargo, la medida ha llegado con letra pequeña, ya que no se trata del inicio de una tendencia garantizada, sino de una decisión sujeta a la evolución de los datos macroeconómicos.

En contraste, la Reserva Federal de Estados Unidos mantiene una posición mucho más conservadora. La inflación ha bajado allí también, pero el dinamismo del mercado laboral estadounidense disuade de bajar tipos por ahora. Esta diferencia de ritmos provoca efectos en el tipo de cambio euro-dólar, con implicaciones directas en el comercio exterior y en el precio de bienes importados.

En este contexto volátil, el uso de un calendario económico permite seguir el calendario de reuniones de los bancos centrales, así como otros indicadores clave que afectan a las economías nacionales. Tener presentes esas fechas ayuda a entender decisiones que, aunque parezcan lejanas, repercuten en el día a día, desde el coste de la hipoteca hasta el precio del pan.

Un otoño de ajustes en el horizonte

El segundo semestre del año no se presenta fácil. La presión desde la Unión Europea para reducir el déficit vuelve con fuerza, y el Gobierno tendrá que cuadrar las cuentas sin frenar el crecimiento.

Eso obligará a tomar decisiones impopulares. En el aire está la continuidad de algunas ayudas que podrían desaparecer a partir de otoño. La retirada progresiva de estos apoyos generará un efecto inmediato en sectores vulnerables, sobre todo si la economía no logra mantener el ritmo de creación de empleo estable y de calidad.

Algunos expertos alertan de que las tensiones políticas pueden complicar aún más la ejecución de reformas necesarias. Mientras tanto, el acceso a la vivienda sigue siendo un reto estructural, y las subidas salariales no siempre compensan la inflación real sentida por las familias.

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