Diez años de la muerte de Emilio Botín: Así maneja el Santander su hija Ana Patricia
Tras una lucha familiar, la primogénita del banquero se hizo con el poder de la primera entidad financiera española
El Banco Santander, primera entidad de crédito española, vive un gran momento tras advertir una mejora en sus beneficios del 11 por ciento en los primeros meses de 2024. Sin embargo, la empresa presidida por Ana Patricia Botín se ha enfrentado en los últimos meses a problemas relacionados con su seguridad.
El pasado mes de mayo, Santander informaba a la CNMV de su "reciente conocimiento" sobre un acceso no autorizado a una base de datos de la entidad alojada en un proveedor. A pesar de que la multinacional de Ana Patricia Botín aseguró que había iniciado "el bloqueo del acceso a la base de datos y un refuerzo de la prevención contra el fraude para proteger a los clientes", tras una investigación, acabó confirmando que los hackers habían accedido a información de clientes de Santander Chile, España y Uruguay, y de todos los empleados y algunos exempleados del grupo.
El inicio del año 2024 no fue tampoco de sus mejores. La compañía, en su filial británica Santander UK, habría cobijado una cuenta bancaria que facilitó que el Régimen iraní sortease las sanciones internacionales para mover dinero a nivel global.
Diez años atrás y antes de la gestión de Ana P. Botín, el Banco Santanter se encontraba en manos de su padre, el banquero Emilio Botín.
Una década de la muerte de Emilio Botín
"Un ataque al corazón" fue el motivo oficial de la muerte de Emilio Botín el 9 de septiembre de 2014. Hace casi diez años decía adiós el que fue patrón del Banco Santander durante tres décadas. Y lo hacía envuelto en algunas brumas que invitaron a que cuajaran teorías que tenían elementos reales.
El periodista Jesús Cacho, gran conocedor de las entretelas 'santanderinas', confirmó que don Emilio preparaba matrimonio con una subordinada, María Sánchez del Corral, que fue despedida tras la muerte de su amante.
Botín se había distanciado de Paloma O'Shea. De hecho, llevaban vidas separadas desde muchos años atrás, y la relación con su hija Ana Patricia tampoco parecía pasar por su mejor momento, ya que el enlace 'tardío' iba a remover herencias y poderes internos en el Santander.
La teoría decía que Botín había sido asesinado en su casa de Somosaguas, aunque oficialmente murió en su residencia sita en los terrenos que el Santander dispone en Boadilla del Monte.
El banquero, según las malas lenguas, fue víctima de una conspiración familiar en la que habría participado uno de los amantes de su hija Ana Patricia. Pero esta versión no cuajó por falta de pruebas, ya que el juzgado número 1 de la Audiencia Nacional al frente de Santiago Pedraz archivó en 2015 una denuncia del empresario Juan Muñoz Boise, que indicaba que este culebrón fue veraz.
Tras la muerte de Emilio Botín en 2014, la encargada de la presidencia ejecutiva del Banco Santander es su hija, Ana Patricia Botín. Antes de eso, llevaba en el consejo de la compañía desde el año 1989 y en 1992 fue nombrada directora general.
Durante los ya diez años que lleva Ana Patricia al mando de la presidencia de la entidad financiera, el Santander ha vivido una gran transformación cultural al tiempo que ha logrado apuntalar el crecimiento y mejorar su rentabilidad y fortaleza.
Los 44 millones del 'casting' de Ana Patricia Botín
Ana Patricia estaba exultante hace un año porque los beneficios tapaban algunos de sus lamparones. Uno de los principales fue que la Audiencia Provincial de Madrid condenase en febrero al Banco Santander a abonar 44 millones de euros al que en 2018 fue anunciado como nuevo número dos del grupo, el italiano Andrea Orcel.
Este dejó hace más de cinco años la presidencia del UBS Investment Bank para venirse a Madrid, pero Ana Patricia Botín se desdijo. En el Santander deslizan que la banquera se negó porque Orcel quería cobrar más de lo acordado (que se sumaba al bonus al que renunció del UBS y que el banco español le iba a compensar). Y otras voces sostienen que la banquera temía perder el control absolutísimo de la entidad de crédito.
Sea como fuere, el fallo evidenció que Orcel no cobrará lo que pretendía, en principio 112 millones que posteriormente se habían rebajado hasta 51 y que finalmente serán 44 (30 de ellos en líquido), y que Botín faltó a la verdad cuando aseguró que no había fichado al italiano, con el que aseguró que simplemente había negociado.
El fallido casting de Ana Patricia Botín le costó a los accionistas del Santander más de 40 millones de euros. La cantidad es difícilmente comprensible teniendo en cuenta que la empresaria acabó designando como consejero delegado a un hombre de la casa, Héctor Grisi, que ocupaba el puesto de consejero delegado de Santander México y responsable de la región de Norteamérica.
El directivo ocupó en 2022 el hueco de José Antonio Álvarez, que arrastraba un cartel de interino desde hace cinco años. Botín se mostró agradecida a Álvarez "por todo lo que ha aportado al Grupo en los últimos 20 años. Su liderazgo y dedicación han sido fundamentales para el éxito de Santander y para mí ha sido un apoyo muy importante en estos años. Estoy encantada de que siga en el consejo como vicepresidente no ejecutivo y estoy segura de que continuará siendo clave para el crecimiento de Santander en los próximos años".
Botín aseguró tener "mucha confianza en Héctor. Acumula décadas de experiencia y un conocimiento profundo de nuestros mercados y nuestras líneas de negocio. Además, en estos años ha demostrado su liderazgo, trabajo en equipo y capacidad para crear valor para nuestros clientes y accionistas. Sus excelentes resultados como CEO de Santander México y responsable de Norteamérica hablan por sí mismos y son la mejor muestra de por qué el consejo le ha elegido para liderar el banco en esta nueva fase de crecimiento y transformación".
La designación de Grisi implicó la promoción de Ángel Rivera, que fue designado consejero delegado del Santander en España tras haber trabajado con su 'jefe' en México. Rivera, con experiencia en el Banco Popular y una antigüedad en el banco de los Botín de una década, removió la cúpula de la filial española al nombrar nuevos responsables del área de Desarrollo Corporativo y Sostenibilidad, y también de Recursos Humanos.
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