El conflicto de Vestas se salda con la huida de León de la multinacional danesa

Después de meses de luchas en la provincia de León, se ha confirmado la peor noticia posible para la maltrecha economía de esta región. El Secretario General de Industria , Raúl Blanco, confirmó ayer a última hora el cierre definitivo de la fábrica de la compañía danesa situada en Villadangos del Páramo.

Ya el pasado mes de agosto se anunció por parte de la empresa la decisión de no mantener su planta en la localidad leonesa. El cierre suponía también un ERE extintivo que afectaría a la práctica totalidad de la plantilla.  La respuesta por parte de la sociedad civil leonesa no se hizo esperar. Sindicatos, partidos políticos de todas las tendencias ideológicas y vecinos se movilizaron exigiendo tanto a la empresa danesa como a los gobiernos autonómico y central una solución que paliase los duros efectos económicos y sociales que conllevaba el cierre de la planta. 

Al final de la jornada de ayer la comunicación por parte de Blanco de que finalmente sí se producirá el cierre ha puesto a la sociedad leonesa y sus autoridades frente a una realidad, no por esperada, menos dura. 

Sin embargo, el Secretario General no quiso darlo todo por perdido y aseguró que el Gobierno sigue trabajando para llegar a un "acuerdo responsable con todas las partes", entre ellos la cuestión del ERE con todos los agentes implicados para, ha dicho, "paliar las consecuencias" del cierre de la planta. Ha añadido que Industria "no puede generar falsas expectativas ni esperanzas" sobre la eólica Vestas en la provincia de León, aunque ha avanzado que la empresa danesa "ha mostrado su disposición" para que la planta se mantenga en buen estado durante el período de búsqueda de un inversor y que, en su caso, "no condicione el impacto" en futuros puestos de trabajo. Claro que, esta tranquilidad es temporal.

Tal y como contó El Cierre Digital en su día, fue el pasado mes de junio cuando saltaron todas las alarmas y cuando la compañía danesa anunciaba el cierre de sus siete líneas de producción. Desde ese preciso instante la conflictividad en la planta ha sido continua, con varias concentraciones tanto en la propia planta de León y  como en la sede de la compañía en la capital de España, además de producirse marchas reivindicativas, paros parciales y un encierro de los propios trabajadores.  Tras estos hechos, la propia empresa despidió en el pasado mes de julio a un total de 180 trabajadores debido al movimiento de la producción. Y aunque hubo un atisbo de acuerdo con el Comité de Empresa, finalmente no se dio debido a que no se  desconvocó la huelga por parte de los trabajadores. Ese mismo mes de julio, la consejera de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León,  Pilar del Olmo, se puso en contacto con la empresa danesa exigiendo una reunión además de ‘’un compromiso claro’’ de cara a un plan industrial para garantizar el futuro de la empresa, que además es ‘’muy importantes para León y la Comunidad’’.  A tenor, de lo ocurrido ayer, los esfuerzos de la Junta no han dado su fruto.