Esta es la cantidad que se queda Hacienda por cada litro de gasolina y que no sabías
España es una de las naciones de Europa que presenta los impuestos más elevados sobre los carburantes disponibles
En España, los carburantes no solo representan un recurso vital para el transporte y la economía. También son una fuente significativa de ingresos para el Estado a través de diferentes impuestos.
El lema "Hacienda somos todos", usado para concienciar sobre el cumplimiento de las obligaciones fiscales, también se refleja claramente en la compra de gasolina.
Cada litro de combustible que consumimos genera una recaudación de impuestos para Hacienda, y es interesante analizar en detalle cómo se distribuyen estos tributos.
Impuestos aplicados a los carburantes
La fiscalidad sobre los carburantes en España es compleja, ya que se aplican varios impuestos a nivel estatal y autonómico.
Estos impuestos no solo afectan al precio final que paga el consumidor, sino que también generan una importante fuente de ingresos para el Estado. Los principales gravámenes son el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y los Impuestos Especiales sobre los Hidrocarburos.
1. Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA)
El IVA es un impuesto general que se aplica a la mayoría de bienes y servicios en España, incluidos los carburantes. En el caso de la gasolina, el tipo impositivo es del 21%.
Esto significa que, de cada litro de gasolina vendido, el 21% del precio corresponde a este impuesto indirecto. A medida que el precio de la gasolina aumenta, también lo hace la cantidad que el Estado recauda en concepto de IVA.
Por ejemplo, si el precio del litro de gasolina es de 1,50 euros, 0,315 euros irían directamente a Hacienda a través del IVA.
2. Impuestos especiales sobre los hidrocarburos
Además del IVA, existen los Impuestos Especiales sobre los Hidrocarburos, que representan una parte importante del precio que pagamos por cada litro de carburante. A diferencia del IVA, que se calcula como un porcentaje del precio final, los Impuestos Especiales se fijan como una cantidad específica por cada mil litros de carburante.
En el caso de la gasolina sin plomo de 95 octanos, el impuesto se sitúa en 400,69 euros por cada mil litros, lo que equivale a 0,401 euros por litro. Para la gasolina de 97 octanos o más, el impuesto es de 431,92 euros por mil litros, o 0,432 euros por litro. En cuanto al gasóleo de automoción, el tributo es de 307 euros por cada mil litros, lo que se traduce en 0,307 euros por litro.
Estos impuestos tienen un objetivo tanto recaudatorio como medioambiental, ya que gravan el consumo de combustibles fósiles. Cuya combustión genera emisiones contaminantes.
3. Impuesto sobre ventas minoristas del estado
Este impuesto tiene una menor incidencia en el precio total de los carburantes, pero sigue siendo relevante. Se trata de un gravamen de 2,4 céntimos por cada litro de combustible vendido.
Aunque su aportación al precio final no sea tan alta como la de los otros impuestos, sigue sumando a la recaudación total.
4. Impuesto sobre ventas minoristas de determinados hidrocarburos (Céntimo Sanitario)
El último impuesto a considerar es el conocido como "céntimo sanitario". Este tributo es gestionado por las comunidades autónomas y varía dependiendo de la región en la que se realice la compra de combustible.
Su propósito inicial era financiar el gasto sanitario, de ahí su nombre, aunque su uso ha variado con el tiempo. Este impuesto puede ir desde los 1,7 céntimos por litro en comunidades como Madrid, hasta los 4,8 céntimos en otras regiones.
La importancia de estos impuestos en el precio final
Como hemos visto, el precio de la gasolina en España no solo depende del coste de producción y distribución, sino que una parte considerable proviene de los impuestos. Según el tipo de carburante y la región, los impuestos pueden representar más del 50% del precio que paga el consumidor en la gasolinera.
Por ejemplo, si el precio de la gasolina es de 1,50 euros, alrededor de 0,401 euros corresponden a los Impuestos Especiales sobre los Hidrocarburos.
Además, 0,315 euros se destinan al IVA, junto con algunos céntimos por otros impuestos. Esto significa que más de la mitad del precio que pagamos se destina a impuestos.
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