Banco Santander alerta sobre un fenómeno muy nombrado: pocos conocen los riesgos

En los últimos años, las criptomonedas, en especial Bitcoin, han ganado popularidad a nivel mundial. Inicialmente concebidas como una forma descentralizada de intercambio, estos activos digitales ofrecen transacciones rápidas y seguras, sin la intervención de bancos centrales.

Esta libertad también trae consigo una serie de riesgos importantes que los usuarios deben considerar antes de invertir. Banco Santander ha considerado de gran importancia informar a todos sus clientes sobre las criptomonedas y sus riesgos.

La masificación de las criptomonedas y sus riesgos

El fenómeno de las criptomonedas ha crecido rápidamente debido a la promesa de grandes ganancias. Bitcoin, por ejemplo, ha pasado de ser una curiosidad tecnológica a un activo de inversión global. Este aumento de popularidad ha llamado la atención no solo de inversores, sino también de ciberdelincuentes y estafadores.

Banco Santander ha advertido sobre los peligros inherentes a este mercado no regulado. La falta de supervisión por parte de una entidad central, como el Banco Central Europeo. Y la ausencia de mecanismos de protección al inversor, como el Fondo de Garantía de Depósitos, exponen a los usuarios a riesgos financieros serios, incluida la pérdida total de su inversión.

Los tipos de fraudes y estafas con Bitcoin

Los ciberdelincuentes utilizan diversas estrategias para atacar a usuarios y empresas, con el objetivo de robar información, dinero o recursos. Estos son los tipos de fraudes más comunes relacionados con el uso de criptomonedas y las técnicas que emplean para llevarlos a cabo:

• El Phishing: es uno de los métodos más utilizados para engañar a las personas. Los atacantes envían correos electrónicos masivos que parecen provenir de fuentes legítimas, como bancos o servicios populares. Estos correos incluyen enlaces o archivos adjuntos infectados con malware. 
• El Ransomware es un tipo de ataque en el que los ciberdelincuentes secuestran la información del usuario, cifrándola. Luego exigen un rescate (generalmente en criptomonedas) para devolver el acceso a los archivos. 
• Criptojacking: los atacantes utilizan el dispositivo de la víctima (computadora o smartphone) para minar criptomonedas. A través de scripts maliciosos en sitios web o correos electrónicos, instalan software en el dispositivo de la víctima que ejecuta procesos de minado. El único indicio de este ataque es que el equipo empieza a funcionar más lentamente de lo habitual, pero la víctima rara vez se da cuenta de lo que realmente ocurre.
• Chantaje en redes sociales: este tipo de fraude es una forma de ingeniería social. Los atacantes afirman haber accedido a la cámara web del usuario y le chantajean, amenazando con publicar imágenes o vídeos comprometidos si no les paga una cierta cantidad de Bitcoin. 
• Ingeniería social: puede adoptar otras formas, como el uso de llamadas telefónicas, mensajes de texto o redes sociales para manipular emocionalmente a la víctima y obtener información sensible o dinero. 

En todos estos casos, es fundamental que los usuarios se mantengan alerta y adopten medidas de seguridad. No hacer clic en enlaces desconocidos, usar contraseñas seguras y activar la autenticación en dos pasos.

La volatilidad y la falta de transparencia

Una de las principales preocupaciones de los reguladores financieros es la extrema volatilidad de las criptomonedas. El valor de estos activos puede fluctuar drásticamente en cuestión de horas. Lo que hace que sea difícil para los inversores pequeños predecir o controlar el riesgo de pérdidas significativas.

Además, la complejidad técnica de estas monedas y la falta de transparencia en su formación de precios agravan estos peligros. El mundo de las criptomonedas ofrece oportunidades, pero también conlleva grandes riesgos que no deben subestimarse