La nueva película de Spike Lee “Infiltrado en el KKKlan” es cien por cien Antitrump

Su celebridad se debe a que fue y es un símbolo de la defensa de los derechos civiles del pueblo afroamericano. Decía lo siguiente un personaje de sus películas: “Solo soy un simple negro que intenta sobrevivir el sistema capitalista blanco americano”

No obstante, su perspectiva nunca es la del victimismo sino la de contar historias honestas. Además, Lee va más allá de su ideario político, destacó más de lo reconocido en el mundo de la publicidad. Fue responsable de la campaña de zapatillas Nike de Mickael Jordan. Esta campaña es conocida junto al primer anuncio de Apple como una de las mejores de la Historia de la Publicidad. Es por muchos elogiado junto a Woody Allen o Martin Scorsese como uno de los grandes cronistas de la realidad neoyorkina, siempre desde su barrio natal, Brooklyn.

Durante la década del 2000 tuvo varios momentos que avalan su notoriedad en el cine como es “El plan perfecto” con Denzel Washinton y Jodie Foster (emitida en tv hasta la saciedad) y una película que me encanta y fue recientemente elegida por Filmaffinity como el filme que mejor ha tratado el 11-S. Se llama “la última noche” y es posible que este logro se deba a que el evento no es mencionado de forma directa durante el metraje, pero sí captura un ambiente. Os la recomiendo encarecidamente, tiene a Edward Norton en su mejor etapa, Phillip Seymour Hoffman, Brian Coxx y uno de mis finales favoritos.

Ahora, con lo que nos ocupa, su nueva película. Basada en hechos reales seguimos al agente afroamericano Ron Stallworth que decide infiltrarse en el K.K.Klan de Colorado y lo hace a través del teléfono mientras su compañero, un agente blanco (Adam Driver) lo hace de manera física. Los dos agentes trabajan juntos para intentar conocer todo lo que puedan sobre el Klan durante los años 70. Es una historia muy extravagante protagonizada por John David Washington, hijo de Denzel Washington, Adam Driver y Laura Harrier, la increíble actriz de “The Leftovers”. Utiliza la comedia y el thriller para contar la historia, dos géneros que le vienen genial al filme para poder llegar al máximo número de gente posible porque su discurso es honesto y preocupante.

A pesar de estar asentada en los 70, Lee encuentra un truco para decirnos que el problema de raza en EEUU está lejos de finalizar. Este truco es un pequeño reportaje de minuto y medio tras los créditos iniciales finales sobre la realidad actual con el aumento de grupos racistas. Son esas imágenes las que elevan la película y la convierte en relevante e imprescindible

En cuanto a la calidad de la película, creo que podría haber sido mejor, lo más reprochable sería que es que el ritmo es bastante contante y la resolución es algo facilona, especialmente porque los dos protagonistas se ponen en una posición de riesgo y llegado el momento, uno tiene la sensación de que se libran un poco porque sí. Aún así es muy recomendable ver el ambiente y esencia creado por Lee, la música, la ambientación… Merece la pena.