28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Cada producto necesita unas características particulares de conservación y frío

Explicamos cómo ordenar de manera correcta los alimentos en tu frigorífico para que mantengan sus nutrientes

Para poder comer sano, no solo es necesario tener los ingredientes y productos adecuados, sino que también debemos saber cómo y dónde conservarlos desde que los adquirimos en el supermercado hasta su consumo, para que no pierdan sus cualidades, propiedades y calidades, pues en definitiva, nuestra salud, depende de cómo lo hayamos conservado.

¿Sabemos organizar adecuadamente nuestro frigorífico?

Hoy vamos a ver cómo debemos ordenar los alimentos en el frigorífico, ya que una organización adecuada en nuestra nevera nos permitirá que cada alimento reciba el frío que le corresponde para su correcta conservación de modo que durarán más tiempo en buenas condiciones.

¿Hay que meter todos los alimentos en la nevera?

Evidentemente, no todos los alimentos requieren su uso, muchas veces el frío avanza su deterioro, por ejemplo, el pan, al contrario de lo que se piensa, se endurece antes en frío que en la panera. Los tomates conservados a bajas temperaturas, se les daña sus membranas internas y provoca que su pulpa se vuelva insípida, es por ello, que cuando compramos tomates en el supermercado, dado que en la mayor parte de las ocasiones se han conservado en cámaras frigoríficas, nos resultan insípidos, y da igual la variedad que sea, "no saben a nada".

Alimentos frescos necesarios en una dieta sana.

Algunas frutas tropicales como pueden ser el aguacate, la piña o el plátano, tampoco deben conservarse en la nevera,  pues las bajas temperaturas impiden que las enzimas actúen y las frutas maduren, el resultado son frutas duras y sin sabor. Tampoco debemos meter en el frigorífico ajo, patatas o cebollas.

Antes de introducir los productos en la nevera, es vital seguir unas medidas higiénicas

¿Sabías que la nevera puede ser un foco de infección? Pues, sí, los alimentos pueden sufrir una contaminación cruzada -de un alimento a otro- por eso son importantes los recipientes que utilizamos y la correcta colocación de los alimentos en la nevera. Es muy -importante que los alimentos crudos y los cocinados nunca se toquen.

Todos los productos que introducimos deberán ir bien aislados, lo correcto es utilizar bolsas de cierre hermético o envolver los productos en film transparente, y utilizar tarros de cristal o tuppers, menos las frutas y las verduras, que tienen que respirar para alargar su uso, pues si las tapamos se pondrán malas antes. Recuerda que los vegetales no se riegan con agua potable y contienen pesticidas, tierra, suciedad, microorganismos, por lo que debemos guardarlas en los cajones correspondientes.

Adiós a guardar los embutidos con el envase medio abierto o, mucho peor, una lata a medio comer (puede ser un verdadero peligro si se oxida).

También, siempre evitaremos el contacto directo del frío de la nevera con el alimento, ya que el frío deshidrata y consecuentemente desmejora mucho los alimentos, por ejemplo, una loncha de queso o un paquete de jamón de York mal cerrado, al día siguiente estará seco y no se podrá consumir. 

La forma de almacenar los productos también es fundamental, pues si lo hacemos bien la temperatura se distribuirá equitativamente. Recuerda que los alimentos no deben tocar las paredes del frigorífico y que hemos de dejar espacio entre productos para que el frío se reparta bien.

Por otra parte, no todos los alimentos se deterioran con la misma rapidez, motivo por el cual las neveras están diseñadas para que el mismo frigorífico tenga diferentes temperaturas y conserve toda clase de alimentos crudos, cocinados, perecederos, no perecederos, etc. Por todo ello, a la hora de colocarlos tenemos que tener en cuenta el tipo de alimento y la temperatura de cada una de las partes de la nevera.

Podemos separar la nevera en cuatro partes y la puerta.

Parte superior (6-8ºC): Aquí van situados los productos ya cocinados como por ejemplo las sobras de la comida que vayamos a consumir en un plazo máximo de dos o tres días, caso contrario, las meteremos directamente al congelador. 

La colocación correcta de los alimentos en el frigorífico es importante para su conservación.

Parte central superior (4-6ºC): yogures, (siempre sin los cartones que los unen, ya son materiales que están contaminados), quesos (los lácteos) y embutidos.

Parte central inferior (2-4ºC), encima de los cajones: Aquí colocaremos los productos frescos, la carne y los pescados, por lo general tapados con un film transparente o en tuppers con algo de ventilación, si no los vamos a consumir en un plazo de unos dos días antes de que te ocupe espacio,  piénsalo bien y mete la pieza o piezas en el congelador. Otro consejo, no limpies la carne y el pescado, conserva las piezas en bolsas de congelación sin pasarlas por agua, ya que con agua no limpiamos, si no que creamos un vehículo que permite la multiplicación bacteriana. Si vemos que contienen agua podemos secarlas con un papel limpio y seco.

Parte inferior (8-10ºC): En esta parte suelen ir una o dos cajoneras que son para colocar la fruta y verdura. Hay que ir con cuidado porque las temperaturas muy bajas pueden deteriorarlas.

La puerta (8-14ºC): Es la parte menos fría ya que es una zona de apertura. Se colocan los productos que no necesitan temperaturas muy bajas. En la parte inferior de la puerta irán las bebidas, tetra briks de leche y zumos abiertos. En la parte media de la puerta, las salsas, mermeladas, mantequilla y dulces, y en la parte superior de la puerta los huevos, con los que debemos guardar un cuidado especial, guardarlos siempre con la parte "puntiaguda" hacia abajo, para que la yema caiga, y la cámara de aire del huevo, que es el punto de mayor contaminación, quede en la parte superior y evitar que estén en contacto. A propósito, los huevos nunca deben lavarse, debido a que contienen infinidad de poros por donde hay riesgo de que penetre la salmonelosis al interior, y el agua es el medio perfecto para la multiplicación de las bacterias, nunca los debemos poner en contacto con otro alimentos ya que todos los huevos en su superficie exterior contienen salmonella, por lo que deben estar bien cerrados en la huevera, y si no tiene tapa para cerrarlos, mejor que los guardes en un tupper.

Fruta fresca y yogures también tienen su lugar específico en el frigorífico.

Los frigoríficos no son mágicos, solo utilizan el frío para que las reacciones químicas que deterioran los alimentos vayan más despacio, pero se acaban deteriorando con el tiempo. El frío no destruye los microorganismos, detiene o ralentiza su crecimiento pero no impide que cuando las temperaturas aumentan fuera de la nevera se desarrollen e incluso se multipliquen. Por eso tienes que controlar el tiempo que el alimento pasa en la nevera e incluso es muy recomendable etiquetarlos con su fecha de introducción ya sea a la nevera o congelador.

Por último, mantén siempre la temperatura adecuada que debe oscilar entre los 3 y los 5°C, y recuerda, el frigorífico siempre tiene que estar bien limpio y desinfectado, hay que limpiarlo, al menos una vez al mes.

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