29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Insólita tarde invernal en la emblemática arteria central madrileña sin apenas viandantes

Los domingos desiertos y tristes de la nueva Gran Vía de Manuela Carmena

La Gran Vía, de noche
La Gran Vía, de noche
Desde la puesta en marcha de Madrid Central, la Gran Vía ha dejado de ser una de las arterias más colapsadas, de vehículos y público, de la capital española.

Acercarse a la Gran Vía, desde la Plaza de España, y ver solo unos cuantos policías que flanquean el acceso a una de las principales arterias de la capital. Asomarse a este paseo, donde cines y teatros compiten por atraer al público exhibiendo luminosos carteles de llamada, y ver que apenas hay unos pocos peatones caminando y menos vehículos circulando habría parecido muy extraño hace solo un año.

Sin embargo, desde la implantación del proyecto Madrid Central por parte del Gobierno local de Manuela Carmena,  la imagen de una Gran Vía más que tranquila, desierta, se repite. El plan del Ayuntamiento parece estar siendo aceptado, según las autoridades locales, por la gran mayoría de los ciudadanos.  Pero la estampa de soledad de una calle antaño plagada de vida, ruido, transportes, peatones...  no gusta a todos. Y es que, este domingo, al anochecer y bajo la bruma, la apariencia de la Gran Vía de los espectáculos, tiendas  y cafeterías,  era un tanto triste.

La Gran Vía, un domingo por la tarde/ elcierredigital.com

Era precisamente el fluir casi frenético de las personas por sus aceras lo que atraía a muchos a  la Gran Vía. Mezclarse entre los demás, ser parte de esa corriente humana que sube o  baja pisando asfalto mirando y escuchando el ruido de la calle. A los  comercios y salas de espectáculos les iba bien así. Con el tiempo dirán si el plan del Ayuntamiento les ha beneficiado o no.  

Lo que también es cierto, es que con Madrid Central, el descenso de tráfico en el conjunto de las calles interiores ha oscilado entre el 10% y el 45%. La calidad del aire también ha mejorado en la zona, según fuentes municiapales.  Cifras que no son suficientes ni justifican, para algunos, todas las consecuencias de cerrar esta vía central de la ciudad de Madrid por la que pasaban a diario miles de vehículos. Usuarios que ahora deben buscar alternativas de movilidad y que denuncian la falta de infraestructuras y de transporte público urbano.

El proyecto de Carmena pretendía recuperar la ciudad, la calle para las personas. Pero este domingo, en la Gran Vía, sobraba calle y faltaban personas.  

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