Domingo de Ramos, la celebración que sigue los pasos de los primeros discípulos de Jesús de Nazaret

La Semana Santa se celebra cada año tras los 40 días de Cuaresma que termina con esta semana de conmemoración a la Pasión y muerte de Jesús de Nazaret. En esta festividad, muy popular en muchos países, se recuerdan los acontecimientos más importantes que vivió Jesucristo, desde su llegada a Jerusalén, hasta su crucifixión y posterior Resurrección. Hagamos un repaso a lo que se celebra cada día

Constituye un gran acontecimiento, no solo religioso, sino también cultural  y  sociológico. Es un periodo de tiempo y una sucesión de eventos que aglutinan y se alimentan de emociones fundamentadas en la fe y escenificadas con misas, procesiones multitudinarias y otros actos religiosos y sociales, en función de la confesión que se profese.

En el catolicismo, es el momento de las hermandades, cofradías, pasos, imágenes, símbolos,  rituales, ceremonias, rezos y oraciones, momentos únicos en los que las saetas para los cristianos rompen los silencios y avivan la fe. Y todo huele a cirio, a cera de velas.

Son siete días en los que se conmemora el sacrificio de Jesús y la resurrección con los creyentes de todo el mundo. Elcierredigital.com ha publicado una completa guía para vivir intensamente los cientos de procesiones que tienen lugar por toda España que representan, por calles y plazas, los postreros momentos de la vida de Jesús, el hijo de Dios, el Mesías de los católicos.

La Semana Mayor para los cristianos en general es la época en la que se recuerda y celebra la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Se celebra después de la Cuaresma, el ciclo de cuarenta días que abarca desde el Miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo. Concretamente, la celebración comienza el domingo de Ramos y finaliza el Sábado Santo aunque en algunos lugares se adelanta al viernes anterior (el de Dolores) y se prolonga hasta el Domingo de Resurrección. Veamos el significado que tiene el primer día que se origina en esta celebración.

Domingo de Ramos, el día que marca el inicio de Semana Santa

Es el día con el que comienza la Semana Santa y con el que se conmemora la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén montado en un burro. El Mesías fue recibido por una multitud que celebraba su llegada con ramas, palmas y telas. Por ello, las comunidades cristianas recuerdan esta fecha con una misa especial, procesiones y palmas o ramas de olivo que utilizan para decorar sus casas y que después son bendecidas. Es un momento para proclamar a Jesús como el pilar fundamental de sus vidas, tal como lo hizo el pueblo de Jerusalén cuando lo recibió y aclamó como profeta, Hijo de Dios y rey.

Se celebra el domingo porque pretenden imitan a los primeros discípulos que esperaron a Jesús a la entrada de Jerusalén, realizando posteriormente una ceremonia que bendice este acto cristiano.

¿Qué significa la rama de olivo?

Los ramos del olivo simbolizan la reanudación de la fe en Dios, la de la Iglesia en Cristo y su proclamación como Rey del Cielo y de la Tierra. Es un símbolo sagrado, que representa la renovación de la fe a Dios.

Es principalmente un símbolo de paz, una representación sagrada que se restablece con el cristianismo. Los creyentes acuden a la misa del Domingo de Ramos para bendecir estos ramos, un encuentro sincero, humilde y lleno de paz con Jesucristo. También asisten con palmas de otros árboles como el sauce o el abeto, palmera o incluso hay quiénes lo celebran con romero y laurel.

Rama de olivo en la puerta de un domicilio.

De aquí nace la costumbre de que los cristianos  tengan en sus casas los ramos del Domingo de Ramos bendecidos, colgados delante de las puertas, para proteger la vivienda, sobre los crucifijos, imágenes religiosas o cualquier símbolo consagrado por la religión.

Al cabo de un año, cuando la la rama ya está seca, se quema y de son estas cenizas las que se utilizan el Miércoles de Ceniza de la cuaresma, cuando los fieles las reciben, una vez bendecidas, mediante la señal de una cruz que se hace en la frente, con la intención de limpiar los pecados.