25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

¿Instalar una piscina en la terraza? Sí, pero siguiendo las pautas de PiscinasAthena

Con la llegada del verano, una buena alternativa para disfrutar de un baño refrescante son las piscinas hinchables. Pero los problemas que pueden suponer para las estructuras de los edificios, con sonados casos de hundimientos de techos y suelos por culpa del excesivo peso provocado por la acumulación de agua en la piscina, hace que cada vez más familias opten por instalar una piscina en sus terrazas.

¿Es esto recomendable? ¿Puede llevarse a cabo en cualquier tipo de terraza? Los expertos se pronuncian sobre la instalación de piscinas en las terrazas.

Tipos de piscinas que se pueden instalar en una terraza y consideraciones previas

Como en cualquier otra superficie, dos son los tipos de piscinas que se pueden instalar para disfrutar de un baño durante el verano: las desmontables, que se pueden montar y desmontar en cualquier momento y ser trasladadas fácilmente (incluyendo las hinchables, cuya estructura es aún más fácil de llevar), y las de obra, más costosas de instalar, pero de carácter permanente. Estas requieren de las pertinentes autorizaciones para comenzar a ser implementadas.

Aspectos a tener en cuenta sobre las piscinas desmontables

Cualquier piscina desmontable, ya sea hinchable o por piezas, debe ser instalada en una superficie lo suficientemente resistente como para evitar hundimientos del terreno. Por este motivo, la primera cuestión que hay que resolver en este tipo de piscinas es técnica: el peso de la piscina no puede comprometer en ningún caso la estructura del edificio, ya que un peso excesivo puede provocar hundimientos y caída de muros de la estructura.

“Para dar una respuesta satisfactoria a esta cuestión es necesario tener en cuenta dos factores: el peso propio de la estructura, incluyendo los materiales y los tabiques, y el de las cargas variables, que incluiría la piscina, la cantidad de agua acumulada y las personas que se encontrarían en su interior”, explica el equipo de Piscinas Athena, una de las firmas que más ha crecido en este segmento.

Para tener la certeza de que la estructura del edificio no va a sufrir ningún tipo de daños, es preciso calcular el peso máximo que puede aguantar la estructura y el peso que puede alcanzar la piscina llena. “Partiendo de la base de que la densidad del agua es aproximadamente de un kilo por litro, podemos establecer que un metro cúbico de agua puede pesar aproximadamente mil kilos”, comenta el equipo de piscinasathena.com. “De este modo, una piscina de un metro cuadrado por un metro de altura -un metro cúbico en total- tiene un peso de mil kilos, al margen de la propia estructura y de las personas que se introduzcan en ella”, explican.

Un aspecto fundamental para tomar adecuadamente las medidas es conocer cuál de ellas tiene más peso a la hora de buscar la máxima estabilidad de la estructura. “Lo que de verdad va a condicionar las dimensiones máximas de la piscina no es su superficie, sino su altura. En una piscina con las dimensiones que hemos señalado, para garantizar el buen mantenimiento de la estructura la piscina no debería sobrepasar los 30 centímetros de altura”, explican.

Consideraciones sobre las piscinas de obra

En caso de que se descarten las piscinas desmontables y se quiera utilizar la terraza para incluir una piscina de obra, será necesario disponer de la pertinente autorización para que den comienzo las obras. “La comunidad de vecinos tiene voz y voto si se van a realizar obras en elementos comunes de la fachada, y la instalación de una piscina de obra en una terraza sí supone una alteración de elementos comunes de la finca, por lo que debe existir consenso”, explican desde Piscinas Athena. “Además, es responsabilidad del propietario contactar con un arquitecto para que tenga en cuenta los coeficientes de seguridad y cualquier otra consideración relativa a la integridad de la fachada, con el fin de garantizar la viabilidad del proyecto”, añade el equipo de la firma.

Las piscinas de obra cuentan con su propio sistema de vaciado que permite renovar el agua de una manera más segura y paulatina. En cambio, las piscinas desmontables deben vaciarse a la vieja usanza al carecer de un sistema de vaciado al uso, lo que obliga a utilizar los desagües de la fachada para retirar el agua. “Es un proceso un tanto sensible, ya que puede comprometer el sistema de saneamiento de pluviales del edificio”, comentan.

Estudiar cada caso de manera individualizada

No existe una respuesta 100% segura a la pregunta de si es conveniente instalar una piscina en la terraza, tal y como afirma el propio equipo de Piscinas Athena. “Es algo que depende de muchos factores: la resistencia del edificio, las características de su diseño, el tipo de piscina que se desee integrar en la terraza, sus dimensiones, las personas que van a ocuparla… todo ello puede influir en la decisión final y es necesario contemplar todos estos datos para dar una respuesta fiable”, explican.

En estos casos, los expertos en montaje de piscinas desmontables y de obra insisten en la necesidad de contar con los servicios de un arquitecto que sea capaz de dar una respuesta más clara a esta cuestión. “Solo un arquitecto cualificado puede conocer la capacidad del edificio de resistir un determinado peso, y además podrá identificar otras potenciales vulnerabilidades de la estructura que puedan agravarse con la presencia de una piscina”, explican.

“La intención, vaya por delante, no es la de asustar o cohibir a los usuarios que quieran optar por instalar una piscina en sus terrazas particulares”, aclaran desde Piscinas Athena. “No obstante, es necesario conocer a fondo las características del edificio en el que se reside para asegurarse de que el proyecto es viable y evitar sustos mayores una vez la piscina esté instalada”, concluyen.

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