25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Estos son los beneficios de los productos solubles

Año tras año hay unos tipos de productos que registran una gran cantidad de ventas en los supermercados e hipermercados, incluyendo los comercios electrónicos. Nos referimos a los que son solubles. Un claro ejemplo de este éxito es el de Simat, una de las marcas más potentes en proveer productos solubles.

Pero, ¿por qué dicho proveedor de chocolate en polvo y de otros productos similares acumula tantas ventas cada año? En este caso la relación calidad-precio juega un papel esencial, pero también lo hacen los beneficios que tienen los productos solubles en general.

Hoy hablaremos de las ventajas que obtienen todos aquellos consumidores que se decantan por dichos productos.

Amplio período de conservación

En los hogares españoles es muy habitual el hecho de tener que tirar productos. El motivo es claro: ha llegado la fecha de caducidad y no conviene consumir el artículo alimenticio en cuestión.

Si bien es cierto que esto también puede acabar sucediendo con los productos solubles, el momento llega mucho más tarde. Esto es debido a que cuentan con un período de conservación que destaca por su amplitud.

Es decir, el elemento soluble que adquieras, independientemente de si es cacao, café o cualquier otro, durará bastante tiempo en buen estado. Además, el paso de los meses no afectará negativamente a sus propiedades, las cuales se mantendrán para que muchas semanas después sigas beneficiándote de su ingesta.

Resultados adaptados a los gustos y las necesidades de cada usuario

En las etiquetas de los productos solubles se indica claramente cuáles son las dosis que recomienda el fabricante. Sin embargo, lo cierto es que cada consumidor puede obtener un resultado que sea cien por cien personalizado.

Las cifras especificadas por los fabricantes son más bien sugerencias, aunque conviene aplicarlas a rajatabla si quieres conseguir el sabor adecuado y mantener las propiedades o los nutrientes del producto que pretendes consumir. Pero, ¿qué pasa si tu objetivo es el de concentrar más si cabe el sabor en cuestión o reducirlo por un motivo en concreto? Sea cual sea la razón que te lleve a hacerlo, puedes aumentar o disminuir la cantidad de polvo al mezclarlo con el líquido que elijas: agua, leche, etcétera.

Catálogo muy extenso

Satisfacer las necesidades de tantos tipos de usuarios distintos sería imposible si solo se permitiera adaptar la dosis en función de las preferencias de cada cual. Los fabricantes son conscientes de que, para ello, también es necesaria la amplitud de sus respectivos catálogos.

Es por este motivo que hacen los esfuerzos oportunos con tal de dar forma a un catálogo que es amplio a más no poder. Por ejemplo, el último que hemos mencionado en anteriores párrafos está disponible en formato polvo. Nos referimos a la leche.

Los usuarios pueden elegir entre consumirla en formato líquido u optando por el polvo. En el primero de los casos, la propia leche sirve para disfrutar de otros productos solubles como el cacao, además de los batidos.

Estos últimos demuestran a la perfección lo extensos que llegan a ser los catálogos de las marcas que comercializan productos solubles. La lista de sabores es amplia, empezando por la tradicional fresa y terminando con otros tan deliciosos como el chocolate y la vainilla.

Aquí no termina el listado de productos solubles que se venden hoy en día y que tan buenos números registran, demostrándolo a la perfección el fabricante antes sacado a colación. Otros de los más exitosos son los cafés, las infusiones e incluso los caldos.

Se necesita poco espacio para almacenarlos

Aunque ciertamente algunos españoles cuentan con viviendas de considerable tamaño, por desgracia no es el caso de la mayoría de ellos. En líneas generales hablamos de pisos cuya cifra de metros cuadrados no es todo lo elevada que cabría esperar. Así pues, el espacio disponible para almacenar productos alimenticios no es que sea demasiado generoso.

En este tipo de casos es de agradecer enormemente el hecho de disponer de soluciones como los productos solubles. Y es que el espacio ocupado es bastante reducido. En concreto, si se compara con el formato líquido, el soluble ocupa un diez por ciento. Así pues, es ideal para viviendas en las que no abundan los armarios y los cajones.

No se requiere energía para su transporte y posterior conservación

Teniendo en cuenta lo cara que es hoy en día la energía, no conviene obviar el último beneficio de los productos solubles. Debido al actual contexto monetario, ha acabado convirtiéndose en una de las ventajas más importantes de todas.

Nos referimos al hecho de que se diferencia mucho del formato líquido por no necesitar frío para su conservación, así como para el transporte. Esto da pie a que pueda venderse a un precio bastante asequible. Además, los consumidores no se ven obligados a almacenarlos en un frigorífico que, mensualmente, conlleva un elevado gasto energético.

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