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CULTURA

William González, Premio Hiperión: 'La poesía en Nicaragua es como deporte nacional'

El estudiante de 22 años de la URJC de Madrid se ha convertido en el primer centroamericano en ganar el galardón

El pasado 21 de marzo se celebró el Día Mundial de la Poesía. La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación) decidió en el año 1999 utilizar este día para celebrar lo que denominaron “una de las formas más preciadas de la expresión, identidad y lingüística de la humanidad”.

Veinticuatro años después muchos aspectos han cambiado en un género que data en torno al año 2000 antes de Cristo, cuando se escribió el primer poema. Las nuevas tecnologías han propiciado la poesía de redes sociales y que muchos jóvenes se interesen por el género. Otros, simplemente se ven atraídos por los poemas de los autores clásicos. Uno de estos jóvenes es el poeta nicaragüense William Alexander González Guevara, alumno de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) de Madrid, donde estudia la doble licenciatura de Lengua y Literatura y Periodismo en su Facultad de Ciencias de la Comunicación.

Nacido en el año 2000, González lleva desde los once años residiendo en España, país en el que ha ganado numerosos premios de poesía. Su primer libro, 'Los nadies', fue galardonado con el XXV Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal. Tras esto publicó Me duele respirar, también galardonado con el Premio de Poesía Hispanoamericana Francisco Ruiz Udiel. El último de ellos, 'Inmigrantes de segunda', fue premiado el pasado día 20 de marzo, un día antes del Día Mundial de la Poesía, con el Premio de Poesía Hiperión. Un galardón que le ha hecho convertirse en el primer poeta centroamericano que lo consigue en 38 años de historia.

Elcierredigital.com ha podido hablar con el joven poeta William González, su pasión por la poesía, la importancia de las redes sociales para el género y su trayectoria de galardones, así como su futuro profesional.

- Usted es escritor, concretamente, poeta. ¿Por qué, de entre todos los géneros, escogió la poesía?

- La poesía la elegí por herencia de mi patria madre, que es Nicaragua, y viene de ahí. En Nicaragua es como un deporte nacional. Ahora mismo no mucho, porque la dictadura de Ortega ha hecho mucho daño y ha pasado a un segundo plano. Pero, aunque escribo poesía no descarto otros géneros como el ensayo o la crónica periodística, que también me encanta.

- ¿Cuándo comenzó a escribir poesía?

- Yo escribí mi primer poema a los siete años. Que además hay una copia aquí en España y hay una copia en Nicaragua, que la tiene la otra parte de mi familia. Pero ya cuando vine con once añitos aquí, a España, por el tema de la soledad y de tener que hacer nuevos amigos, lo utilicé como mi forma de vida. Empecé de los once años a tomármelo en serio, a leer… Pero ya desde los siete añitos me gustaba escribir. Sobre todo poesía, es que ha sido poesía desde el principio. No me he atrevido con otros géneros. Incluso me han preguntado si escribiría alguna novela y lo descarto por completo ahora mismo. Lo veo supercomplicado, la verdad.

- Todo poeta tiene ídolos y referentes. ¿Cuáles son los suyos?

- Mi ídolo siempre va a ser mi madre, eso lo tengo clarísimo. Pero así a nivel poético, referentes de Nicaragua: Gioconda Belli, Rubén Darío, Ernesto Cardenal, Claribel Alegría… Hay otro poeta joven nicaragüense que es muy bueno y que ganó el premio Loewe con 18 añitos que se llama Carlos Fonseca Grigsby, que también lo admiro bastante.

Y en España me gusta muchísima gente. Me gusta lo que hace Manuel Francisco Reina, Luis Antonio de Villena, Manuel Vilas… Y luego grandes escritores que no necesariamente se dedican a la poesía, por ejemplo, Irene Vallejo me encanta, por decirte algunos nombres.

Nombres jóvenes, por ejemplo Marina Casado y Jorge Pozo Soriano, me encanta lo que hacen.

Retrato en sepia de un hombre con expresión pensativa, apoyando su cabeza en su mano.
Rubén Darío. | Archivo

- Tiene tan solo 22 años y ya está triunfando. ¿Qué cree que está impulsando tanto la poesía en los jóvenes?

- Antes era supercurioso, pero el rarito era el que leía poesía. Y ahora como que se ha abierto un canal y han aparecido nuevas corrientes que han creado una serie de controversias dentro de la crítica literaria. Que si poesía de redes sociales, que si poesía de premios... Pero yo creo que la gente se ha dado cuenta del valor fundamental que tiene la poesía. Que al fin y al cabo poesía puedes encontrar en una canción. Y se ha olvidado por completo esa parte cursi de “ay, no, es que yo no muestro mis sentimientos”. Ahora la gente quiere mostrarlos. Que es, al fin y al cabo, lo que hacen muchísimos poetas.

En mi caso es más autobiográfico y estoy, sobre todo, vinculado a la poesía social.

Unos críticos te dirían que las redes han hecho bastante daño y otros que han impulsado un poco la lectura entre los jóvenes. Pero bueno, como decía Karmelo Iribarren: dejar la poesía a los críticos no es tan buena idea. Yo soy partidario de que la gente lea lo que quiera, pero que lean algo.

- ¿Usted qué opina, que las redes sociales favorecen a la poesía o no?

- Si el autor, a nivel metaliterario, hace una referencia ­—por ejemplo a alguien como Rubén Darío— y la persona que lo lee, que está leyendo ese poemario, salta de su poemario a la obra de Rubén Darío y la descubre y le parece una maravilla, pues yo creo que está muy bien logrado ese objetivo. Pero si solamente te quedas en eso y no conoces la tradición y te crees que tú has inventado la literatura y la poesía, sin tener unos cimientos literarios potentes a nivel poético… yo creo que es un error.

Hay que leer, hay que ser plural y conocer sobre todo la tradición. Yo creo que es importante conocer la tradición poética para luego ponerte a escribir.

- Ha leído mucho y se ha documentado bastante antes de ponerse a escribir, como bien comenta. Por eso con 22 años tiene tres libros publicados, todos ellos premiados. ¿Qué cree que hace de su estilo algo único?

- Yo creo que la verdad. Mi poesía sobre todo es autobiográfica y la utilizo para denunciar ciertas cosas. Mi madre ha trabajado la mitad de su vida limpiando casas en las zonas más pudientes de Madrid. Yo también he trabajado en muchísimas cosas, he hecho de canguro de esas zonas de España, de las zonas pudientes, y ahí, al igual que te encuentras a personas maravillosas que cumplen con la ley a nivel de pagos, pues hay otras que no. Y eso no le interesa a ningún movimiento ideológico, a ningún partido político, a nadie. Solo le interesa a las perjudicadas. Y al final las perjudicadas son mujeres, en su mayor parte latinoamericanas. Como mi madre, pero también hay filipinas y hay rumanas que se ven muy explotadas. Y yo lo que hago, por ejemplo, en Inmigrantes de segunda, es denunciarlo de alguna forma.

- ¿Qué más temáticas trata en 'Inmigrantes de segunda'?

- Inmigrantes de segunda tiene tres ejes sobre todo. La primera parte es una denuncia sobre las empleadas del hogar. Desde la experiencia de mi madre y de mi propia experiencia, que he estado dentro de esas casas haciendo de canguro y veo todo lo que pasa. La segunda parte es sobre pobreza, sobre todo. De barrios marginales, pobreza que pasan los inmigrantes, el tema de los bancos de alimentos… Y la última parte es ya una reflexión sobre la muerte.

- 'Inmigrantes de segunda' ha recibido el pasado 20 de marzo el Premio de Poesía Hiperión. Después de tantos galardones, ¿hay algún premio que sueñe tener?

- Ahora mismo me voy a tomar unos años relajados para centrarme en acabar la carrera, porque está siendo una locura y tampoco me lo esperé. Pero sí, el premio que me gustaría ganar, sobre todo porque no lo ha ganado ningún nicaragüense hasta ahora, es el Premio Casa de América. Es un premio que me haría muchísima ilusión y al que no descarto presentarme en un futuro.

- A todos estos premios que se ha presentado, ¿escribía precisamente para presentarse o primero escribía y luego veía las posibilidades?

- Todo lo que yo he escrito ha sido una recopilación desde los once años hasta los 20 o 21, más o menos. Yo no escribo pensando en un premio. Es más, yo cuando me presenté al primer premio, con Los nadies, al Carvajal, yo lo mandé diciendo: “Es que esto no es premiable ni de broma”.

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William González, poeta. | El Cierre Digital

- ¿Y por qué decidió mandarlo?

- Por mis amigos. Lo hice por ellos. Sobre todo por contar su historia. Más que por mí lo hago por ellos. Por ejemplo, en el tema de Inmigrantes de segunda yo lo hice por mi madre. Porque mi madre está muy malita de tanto trabajar limpiando casas y oficinas y yo creo que ese impulso de presentarme a un premio lo hago más por mi entorno que por mí mismo. Es como una forma de denuncia. Es decir: “Aquí pasa esto y, por favor, sabed que pasa esto”.

- Ha dicho que se va a tomar un descanso, pero ¿se para en algún momento de escribir?

- Es curioso, porque desde que gané el Antonio Carvajal apenas he escrito nada. Tengo un proyecto en mente, pero para ese proyecto tengo que informarme muchísimo, leer… Y es un proyecto a largo plazo. De aquí a 2026 por lo menos. Así que no, no estoy escribiendo.

- ¿Nos puede dar una pista sobre la temática?

- Violencia centroamericana. Con eso le digo todo.

- El pasado 21 de marzo fue, además, el Día Mundial de la Poesía. ¿Hay algo vinculado con la poesía que le guste hacer este día?

- No, no suelo hacer mucho, porque para mí todos los días son el día de la poesía, porque me paso leyendo poesía de lunes a domingo. Pero bueno, hay actos y escritores muy interesantes. Yo recomiendo a la gente que no solo lea libros premiados. Que les den la oportunidad a libros no premiados de editoriales independientes. Hay gente escribiendo cosas maravillosas que parece que se vienen abajo y no, por el amor de Dios. La poesía tampoco es un premio literario.

- Como comentaba antes, está estudiando Lengua y Literatura y Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos. ¿Tiene claro en qué le gustaría centrar su futuro profesional?

- En periodismo cultural. Espero que a partir de estos premios alguien se interese en mí a nivel periodístico, porque la poesía no te da de comer. Yo lo que quiero ser es periodista cultural, que es lo que me apasiona: estar en una redacción hablando de cultura. Además, entrevisto a escritores, tengo buena relación con ellos y conozco cómo funciona el panorama editorial. En ese sentido me he sabido mover ya desde que entré a la carrera.

- Lo tiene claro, combinar periodismo cultural con la poesía.

La poesía ha estado siempre unida a mi vida y sí, sería feliz trabajando de periodista cultural.

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