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Un hombre mayor con cabello canoso y bigote sonríe mientras mira hacia un lado.
CULTURA

El escritor Antonio Pérez Henares, vuelve a escena: La otra cara de los juglares

El veterano periodista ha presentado su último libro en el que aborda la figura de los juglares en España

Antonio Pérez Henares (octubre de 1953), más conocido como Chani, ejerció el periodismo desde los 17 años, cuando comenzó en la redacción de Pueblo. Ha pasado por numerosos periódicos, pero últimamente está más volcado en la faceta literaria, de escritor de novela histórica. 

En estos días estás presentando su último libro, 'El Juglar', editado por Harper Collins Ibérica. En elcierredigital.com hemos podido hablar con este escritor y periodista guadalajareño.

- ¿Qué le ha llevado a escribir sobre la vida y costumbres de los juglares?

Los juglares son la piedra angular de la literatura española. Ellos son quienes comenzaron a cantarla, a escribirla y a difundirla con sus romances y cantares. 

Son los verdaderos padres, aunque desconozcamos sus nombres de esa lengua universal que hoy hablan 600 millones de personas en todo el mundo. Por eso quise ir a encontrarme con ellos y recrear sus vidas, sus afanes, sus viajes, sus amores y ponerles voz y cara. 

- ¿Cuál era la función de los juglares en la época?

La vida del juglar era la de ir de villa en villa, de feria en feria y de castillo en castillo. Llevando música, cantares, relatos y sucedidos. 

Los había muy humildes, como los “cazurros”, y los había también de alto rango, que tenían entrada franca en las cortes de los reyes. Eran siempre el heraldo y el alma de la fiesta. 

- En este libro, “El Juglar”, relata la vida de tres generaciones. ¿Por qué?

Son tres juglares, tres generaciones que abarcan desde finales del siglo XI a principios del XIII. Abuelo, padre y nieto. El primero, contemporáneo y mesnadero del propio Cid. 

Portada del libro
Portada de 'El Juglar', de Antonio Pérez Henares. | Harper Collins

El segundo, que ya aprende a leer y llega a viajar incluso a la Occitania francesa, donde estuvo en sus cortes provenzales. 

El tercero vive y es partícipe de los momentos de zozobra de la invasión almohade. Con las guerras intestinas entre reinos y nobles cristianos. Es quien en la ficción recopila y refunde en uno el Cantar de Mío Cid, que servirá de clamor, llamada y aliento para la batalla trascendental de las Navas de Tolosa. 

- ¿Cuándo pierden su cometido los juglares?

Durante muchos siglos, hasta el Renacimiento. Y en cierto modo han seguido existiendo hasta hace muy poco. En las ferias rurales del pasado siglo había recitadores y tropillas de saltimbanquis y ciegos romanceros que se les semejaban. 

Y hoy aún existen. Quizás alguno de los grandes cantautores, como Joaquín Sabina, tenga mucho y lo mejor de ellos. 

- Se tiene poco conocimiento de la existencia de mujeres juglares, ¿en qué época aparecen?

Las hubo siempre y aparecen de continuo en frescos y tablas medievales. Las había que iban con las cuadrillas de “cazurros”, maestras de la cítara y el cedro. 

Un hombre de mediana edad con cabello canoso y bigote, vistiendo una camisa azul y chaqueta oscura, mirando a la cámara.
Antonio Pérez Henares. | La esfera de los Libros

En una escena mítica salen acompañando a la reina Berenguela, esposa de Alfonso VII el Emperador, en lo alto del alcázar de Toledo. Y con su música y sus cantos silencian y avergüenzan a las tropas musulmanas que los asediaban.

- Usted defiende que la Edad Media fue una época de colores. Sin embargo, hasta nosotros ha llegado la imagen de que fue una etapa oscura de la historia. ¿Qué ocurrió realmente?

Sí. Todo es mugre, oscuridad, barro, frío, hambre, peste, guerra y miseria. Y lo hubo, claro. Pero fue una época interglaciar muy cálida, había viñedos en Londres y Groenlandia tiene tal nombre porque era verde al deshelarse. 

Y también había alegría, música, canciones, color (los vestidos eran de colores muy vivos), amores y  bodas. Y quizá lo disfrutaban más que ahora, que estamos hartos y aburridos por tenerlo todo a la mano y no darle, por ello, valor alguno. 

- ¿Qué influencia tiene el Cantar de Mío Cid en la actualidad?

Como siempre le ha sucedido, es más apreciado por el pueblo llano que por los estirados presuntuosos que se leen y nos describen sus ombligos.

- El Cid Campeador, ¿héroe o villano?

Para la gente de a pie siempre será un héroe. Porque entre los grandes cantares de gesta, el Cantar de Rodrigo es el más grande, porque nace del pueblo. 

Él es tan solo un infanzón de carne y hueso, que ¡llora incluso! Así comienza el cantar, con él llorando, aunque sea el más fiero e invencible guerrero. La prueba es que siempre lo han utilizado como símbolo propagandístico por los unos y los otros. El franquismo le puso la camisa azul, pero antes los milicianos lo unían en dupla con Pelayo. 

Antonio Machado decía que los combatientes republicanos en el Jarama eran como los guerreros de su mesnada. Y la última estrofa del Himno de Riego dice que los españoles somos sus hijos. En nosotros el orbe se admire y en nosotros mire a los hijos del Cid.

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