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Una imagen de dos figuras históricas, una mujer con una corona y un hombre con uniforme militar, con un mapa antiguo de Europa de fondo.
CULTURA

Victoria I de Inglaterra y Christian IX de Dinamarca: 'Los abuelos' de Europa

Muchos monarcas vigentes descienden de ellos, como Ana María de Grecia, Carlos de Inglaterra, o nuestro Rey Felipe VI

Los actuales reyes y reinas europeos le deben todo a la reina Victoria I de Inglaterra y al rey Christian IX de Dinamarca ya que descienden directamente de estas testas coronadas. De ahí que no resulte descabellado que a la monarca británica se la llame ‘la abuela de Europa’ y al soberano danés ‘el suegro de Europa’. Algunos de los miembros de las monarquías actuales que descienden de ellos son la última reina consorte de Grecia Ana María de Dinamarca -esposa del fallecido Constantino II-, el Rey de España Felipe VI, Carlos III de Inglaterra y Harald V de Noruega.

Victoria I de Inglaterra pasó a la historia como la soberana que tuvo a sus pies el mayor imperio del planeta, pero desde el punto de vista más rosa sus artimañas lograron casar a sus hijos y nietos con los herederos de las casas reales europeas más importantes del siglo XIX y XX.

Casada con Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha en 1839, justo el año en el que se inventó la fotografía cuyo desarrollo siempre apoyó con iniciativas tan poco comunes como realizar posados, poner su imagen en productos cotidianos (actual merchandising de los Windsor) e imprimir ‘carte de visite’ -foto del tamaño de un carné- con su rostro para que sus súbditos la sintieran más cercana.

Su reinado no solo dio nombre a una época, la victoriana, sino fue el más largo de la monarquía británica con 63 años y 216 días hasta que su tataranieta, Isabel II, la superó con 70 años y 214 días. Tras veintidós años de matrimonio y nueve hijos en común (Victoria, Eduardo VII, Alicia, Alfredo, Elena, Luisa, Arturo, Leopoldo y Beatriz), el príncipe consorte falleció en 1861. Durante otras cuatro décadas más reinó sola, ganándose la admiración del pueblo británico. Desde un principio, la monarca se ocupó de crear estrategias para que su descendencia se casara con quiénes debían y no con quiénes querían, de ahí que esté emparentada con la mayoría de los tronos europeos.

Un hombre mayor con gafas y traje oscuro, corbata a rayas y camisa clara.
Constantino de Grecia. | El Cierre Digital

Por lo que atañe a nuestro país, la reina Sofia y, por ende, el recientemente fallecido Constantino II de Grecia, descienden de la princesa real Victoria, primogénita de la monarca británica, que se casó con Federico de Prusia -futuro emperador Federico III de Alemania de la dinastía Hohenzollern- con quien tuvo una hija, Sofía de Prusia que se unió a Constantino I de Grecia (abuelo de Sofía, Constantino II e Irene), entroncando de esta manera con los Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg. El hermano de la princesa Victoria fue Guillermo II, el último káiser de Alemania, que fue abuelo de la reina Federica de Grecia -madre de la reina Sofía- y bisabuelo del príncipe Ernesto Augusto V de Hannover, actual marido de la princesa Carolina de Mónaco.

Los lazos entre las familias reales europeas

El primogénito de la reina Victoria fue el rey Eduardo VII, casado con Alejandra de Dinamarca -hija del rey Christian IX de Dinamarca, ‘el suegro de Europa’- por lo que se convirtió en la reina consorte de Inglaterra. De los seis hijos que tuvieron destacan el rey Jorge V de Inglaterra cuya nieta fue Isabel II y la princesa Maud de Gales, quien se casó con su primo carnal Carlos de Dinamarca (nieto del rey Christian IX), quien ascendería al trono noruego como Haakon VII.

¿Por qué un danés fue soberano de Noruega? Por diferentes avatares históricos, Noruega y Suecia estuvieron unidas bajo la misma corona (la casa Bernadotte de Suecia) hasta que en 1905 tuvo lugar la disolución, Noruega alcanzó la independencia y el gobierno provisional buscó candidatos al trono. El elegido fue Carlos de Dinamarca -por vía materna era nieto de Carlos XV de Suecia de la casa Bernadotte- que ostentó la corona como Haakon VII, cuyo nieto es el actual soberano, Harald V de Noruega.

Alicia, otra de las hijas de la reina Victoria, se casó con Luis IV gran duque de Hesse y el Rin. El matrimonio de dos de sus hijas les hizo entrar en la corte imperial rusa ya que Alix fue la esposa de Nicolás II, el último zar de Rusia que tras convertirse a la religión ortodoxa cambió su nombre por el de Alejandra Fiódorovna. Por su parte, Alicia se casó con el Gran Duque Sergio Aleksándrovich de Rusia -hijo del zar Alejandro II y tío de Nicolás II- quien por matrimonio pasó a llamarse Isabel Fiódorovna Románova. Todos fueron asesinados durante la revolución bolchevique de 1918 y los Romanov dejaron de gobernar uno de los imperios más grandes del planeta.

Pintura de una familia real en una sala decorada con muebles elegantes y un techo ornamentado.
Christian IX de Dinamarca junto a su familia en 1883. | El Cierre Digital

La corte zarista también tejió sus tentáculos hasta la casa real de Oldemburgo cuya dinastía era los Glüksburg, representada a partir de mediados del siglo XIX en la figura del rey Christian IX de Dinamarca cuya hija, la princesa Dagmar se casó con el zar Alejandro III de Rusia, siendo conocida a partir de ese momento como María Fiódorovna Románova. Su primogénito fue Nicolás II.

Otra de las hijas de Alicia llamada Victoria de Hesse-Darmstadt se casó con su primo carnal Luis de Battenberg que tuvieron cuatro hijos. La primogénita, Alicia, se casó con el príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca -hijo del rey Jorge I de Grecia y de la Gran Duquesa Olga de Rusia, nuera de Christian IX de Dinamarca y nieta del zar Nicolás I- cuyo único hijo varón Felipe de Grecia y Dinamarca, conocido popularmente como duque de Edimburgo tras su matrimonio con Isabel II. Da la casualidad de que el abuelo de Felipe de Edimburgo fue Jorge I de Grecia quien, a su vez, fue tatarabuelo de la reina Sofía de Grecia.

Las conexiones con Rusia

La reina Victoria I de Inglaterra quedó encantada cuando su hijo Alfredo dio el ‘sí, quiero’ a la Gran Duquesa María Aleksándrovna de Rusia, hija del zar Alejandro II de Rusia y tía paterna del zar Nicolás II. Y, por último, la hija pequeña de la monarca británica, Beatriz no tardaría en vincularse con los Borbones españoles ya que a raíz de su matrimonio con Enrique de Battenberg tuvieron a su hija Victoria Eugenia, que se casó con el rey Alfonso XIII, abuela de Felipe VI.

En párrafos anteriores destacamos la relación entre Christian IX de Dinamarca con las cortes de Suecia y Noruega, pero ‘el suegro de Europa’ aún tenía más lazos familiares con otras dinastías. En relación con los países escandinavos, su primogénito Christian Federico ascendió al trono como Federico VIII -bisabuelo de la actual monarca Margarita II de Dinamarca, así como de su hermana Ana María, viuda de Constantino II de Grecia- y a través de su hija Ingeborg entroncó con las casas reinantes de Bélgica y Luxemburgo. Ingeborg de Dinamarca se casó con el príncipe Carlos de Suecia y Noruega -tercer hijo de Óscar II de Suecia- cuya hija Astrid de Suecia se casó con el rey Leopoldo III de Bélgica.

Astrid sigue siendo muy querida por su pueblo porque falleció a la temprana edad de 30 años en un accidente de coche que conducía su esposo. Sus tres hijos entroncaron con tres casas diferentes. La mayor, Josefina Carlota de Bélgica, a raíz de su matrimonio con Juan, Gran Duque de Luxemburgo se convirtió en la Gran Duquesa consorte de Luxemburgo. El actual jefe de la familia gran ducal luxemburguesa es su hijo Enrique, casado con la cubana María Teresa Mestre, que tiempo atrás estuvo en el punto de mira porque algunos ex empleados le acusaron de maltrato. El segundo vástago fue el rey Balduino, casado con la española Fabiola de Mora y Aragón quienes, al no tener descendencia, la corona la heredó el hijo pequeño de Astrid, Alberto II, padre del actual soberano Felipe de Bélgica.

La hija mayor de Christian IX de Dinamarca, Alejandra, se casó con Eduardo VII de Inglaterra, tatarabuelo del actual Carlos III de Inglaterra. Su segundo hijo varón, Christian, se unió con la Gran Duquesa Olga de Rusia, cuyo primogénito fue el rey de los helenos Constantino I de Grecia casado con Sofía de Prusia, hermana del emperador Guillermo II de Alemania y nieta de la reina Victoria I de Inglaterra.

Y, posteriormente, la segunda hija de Christian IX, Dagmar, se unió con Alejandro III de Rusia; la tercera hija, Thyra Amalia, se casó con Ernesto Augusto II de Hannover, bisabuelo de Ernesto Augusto V de Hannover, esposo de la princesa Carolina, que a pesar de las borracheras e infidelidades de su marido no se divorcia porque sino perdería el título de Alteza Real. De esta manera, Carolina puede acudir a los eventos más selectos de las monarquías europeas ya ser una Grimaldi no aporta demasiado glamour en la encorsetada mescolanza de tronos y coronas.

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