Unanimidad para dedicar sendas calles a Manolo Santana y Verónica Forqué en Madrid

El Pleno del Ayuntamiento de Madrid ha aprobado por unanimidad asignar a sendas calles de la ciudad los nombres del tenista madrileño Manolo Santana y el de la actriz Verónica Forqué, también de origen capitalino.

El Ayuntamiento de Madrid  reconoce y homenajea así a uno de los nombres más importantes de la historia del deporte español, fallecido recientemente a los 83 años. Tal y como ha explicado la concejala delegada de Deporte, Sofía Miranda, Santana “llenó de esperanza a los ciudadanos y dejó un legado imborrable para las generaciones que le relevaron en el deporte”.

Manolo Santana tuvo una carrera espectacular en el mundo del tenis, donde alcanzó el número uno del mundo en 1966. Desde que en 1958 ganase el Campeonato de España, Santana logró los títulos de Roland Garros en 1961 y 1964, el Open de EE. UU. en 1965 y el de Wimbledon en 1966 y se hizo con la medalla de oro en individuales y la de plata en dobles en los Juegos Olímpicos de México en 1968. Santana fue el primer europeo que se codeó con los dominadores del tenis americanos y australianos en los 60, siendo el primer europeo en ganar el Open de EE. UU. en más de 30 años. 

En una España en la que los deportes más famosos eran el fútbol, el ciclismo y el boxeo, Santana consiguió que se popularizara una actividad deportiva poco conocida hasta ese momento. Durante los años 60 promocionó el tenis de base, fomentando la universalización de las pistas de tenis en instalaciones deportivas, clubes y centros educativos. Una vez retirado, Manolo Santana jugó un rol fundamental para la ciudad de Madrid, liderando en 2002 la creación del Masters 1000 de Madrid y el Mutua Madrid Open.

Por otro lado, como no podía ser menos, el Ayuntamiento de Madrid ha querido rendir de alguna forma un homenaje a la  artista española Verónica Forqué, recientemente fallecida a los 66 años.

Su gran trayectoria profesional ha dejado huella en grandes películas, series e incluso programas de televisión. Por esta razón, todos los miembros del Ayuntamiento de Madrid han votado para que una calle de la ciudad lleve el nombre de la artista española Verónica Forqué. Tras su muerte deja una carrera marcada por la comedia y por su característica forma de interpretar que le valió el reconocimiento de la Academia de Cine en forma de estatuilla en cuatro ocasiones.

Verónica Forqué recibió su primer Goya en 1987 con   El año de las luces, de Fernando Trueba.   Al año siguiente, hizo historia tras ganar dos premios Goya, hito que sólo emuló casi 30 años después Emma Suárez. La Academia la recompensó por su trabajo como mejor protagonista por  La vida alegre, de Fernando Colomo, y como mejor actriz de reparto por Moros y cristianos, de Luis García Berlanga. 

La intérprete recibió en muchas ocasiones más galardones. También representó la obra  Doña Rosita en el Teatro Español, de gestión municipal, mismo espacio en el que se instaló su capilla ardiente y fue despedida por cientos de madrileños.