Tsunami en la corte de Bélgica: La Reina Paola confiesa sus infidelidades a Alberto II
La exmonarca reveló que casi deja a su esposo por un fotógrafo francés, pero se quedó por sus hijos.
Paola de Bélgica ha confirmado en una entrevista un secreto a voces en las cortes europeas. El documental Paola junto al jardín, emitido en la televisión belga, ha sido el escenario en el que la que fue reina consorte del país centroeuropeo durante dos décadas, se ha confesado.
Paola ha revelado el romance, que en su día ocupó páginas y páginas de la prensa rosa internacional, con el conde Albert Adrien de Munt, fotógrafo de la revista francesa Paris Match. Sus fotos juntos en Cerdeña dieron la vuelta al mundo y generaron un gran escándalo.
"No me siento culpable. Pasó en un momento en el que las cosas no iban bien", ha asegurado Paola. Lo cierto en esos años también eran vox pópuli las infidelidades de su marido, Alberto II, y fruto de una de ellas nació su hija Delphine, hoy reconocida oficialmente e incluida en el día a día de la agenda oficial.
En la entrevista, Paola también confirma que la relación con Adrien de Munt le llevó a plantearse el divorcio pero el riesgo de perder la custodia de sus tres hijos, el mayor de ellos, Felipe, hoy monarca, la detuvo. Ya en su día una de las versiones que circularon es que fue su cuñada, la española Fabiola, quien le recomendó no abandonar su vida familiar.
La pareja más escandalosa de las cortes de los 60
La noble italiana se casó el 2 de julio de 1959 con el entonces príncipe heredero de Bélgica, Alberto. Eran muy jóvenes y su imagen contrastaba con la del Rey Balduino, hermano mayor de Alberto. El monarca se casó un año más tarde con la española Fabiola de Mora y Aragón y ésta pasó a ser uno de los personajes más populares de la prensa del corazón europea. Sus problemas para tener descendencia lejos de generar polémica la acercaron más al pueblo belga. Esta circunstancia convertía a Alberto y a Paola en los sucesores al trono.
Las infidelidades del matrimonio eran habitualmente retratadas por los fotógrafos. Paola de Lieja vivía en esos momentos un apasionado romance con el cantante Adamo y a Alberto se le vinculó con una periodista. Sin embargo, su relación con Sybille, madre de su hija Delphine, pasó desapercibida durante años.
En 1968 nació Delphine. A pesar de estar separada de su marido, Sybille consiguió que éste reconociera a la recién nacida aunque la niña siempre supo quién era su verdadero padre. Para evitar el escándalo, la baronesa se fue a vivir con su hija a Londres en 1976. En 1982 Sybille se casa con un noble inglés pero el matrimonio no llega a durar un año. Sin embargo, se reconcilian en 1984, un año después de romper su historia secreta con Alberto.
En una entrevista concedida a la televisión francesa en 2013, Sybille afirmó que Alberto le había pedido permiso para divorciarse a su hermano el Rey Balduino en dos ocasiones, en 1969 y en 1976, pero este le exigía a cambio renunciar a sus derechos dinásticos, condición a la que no estaba dispuesto Alberto, por lo que nunca llevó a cabo la ruptura de su unión con Paola.
La abdicación
A la muerte de Balduino, en 1993, Paola y Alberto accedieron al trono. Sin embargo, el pueblo belga siguió teniendo cierta querencia por Fabiola y durante las dos décadas que reinaron, las críticas acompañaron al matrimonio. La comparación con la anterior pareja regia no les favorecía.
En 2009 Delphine exigió en los tribunales ser reconocida como hija de Alberto II. “Lo decidí cundo fui madre. Quería que mi hija tuviera raíces. Un niño no viene al mundo de la nada. Entonces empecé a pensar seriamente en mi historia”, confesó en una entrevista para Vanity Fair.
Durante unos años, la demanda de paternidad durmió en un cajón de un juzgado de Bruselas pero en 2011 un magistrado decidió dar inicio a la instrucción del caso. La presión mediática y social fue tal que el Rey Alberto, sin reconocer su filiación, anunció el 3 de julio de 2013 su abdicación, siendo el tercer soberano en hacerlo en el siglo XXI tras el Papa Benedicto XVI y la Reina Beatriz de Holanda. En su discurso de abdicación evitó mencionar el motivo de la decisión pero las causas eran conocidas por todo el mundo.
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